Contract.

Contract. Capitulo 8

Capitulo 8:

Despierto de las brumas de mi cerebro adormilado debido a la voz de Bruno. Poco a poco abro los ojos y me siento puesto que me doy cuenta que estoy sobre una cama, en una habitación cómoda, lujosa y masculina. No doy créditos a mis ojos. Creo que estoy en el penthouse de mi jefe, ahora prometido.

No puedo creer el camino que han tomado los acontecimientos. ¡Voy a casarme con Bruno Marchetti!. 

A pesar del temor que me causa esa perspectiva, una parte importante de mi consciencia siente una dulce anticipación. Me siento ilusionada. Me siento contenta porque Bruno será mío. Finalmente pude alcanzarlo. Soy alguien especial para él. 

Mi corazón se altera ya que comprendo que he estado enamorada de Bruno durante cinco años. No quería aceptar aquellos sentimientos porque le temo a ese dulce, pero agras sentimiento. 

Me negué tozudamente el hecho de estar amando a Bruno. Pero sin duda ese poderoso anhelo de convertirme en su asistente ejecutiva no era mas que un deseo secreto de estar cerca del hombre que amaba. Me estaba conformando con ser su asistente. Era mejor que ser una amante temporal. 

Trabaje incansablemente todo este tiempo no solamente para ser el proveedor de mi familia y para tener un mejor futuro laboral y económico. También soñaba secretamente con ser un miembro importante de la vida del único hombre que admiro y respeto en este mundo. 

Me siento diferente después del sexo que tuve con Bruno en su oficina. Me siento una flor en capullo floreciendo. 

Mi pecho y mi mente se llenan con un dulce y preocupante anhelo. Mi ego de mujer se inflama. Me siento orgullosa y satisfecha como si hubiera alcanzado un sueño imposible de realizar.

 Le gusto a Bruno al punto de elegirme como su esposa. 

Acepte su propuesta de matrimonio permitiendo que mi cuerpo experimentara el placer sexual. Sé que ahora no podré retractarme. Estoy a su merced.

 Debo tratar de hacerme a la idea de que ahora soy la prometida del hombre que no me atreví a desear ni como amante porque pensaba que era alguien imposible de alcanzar.

Cuando me estudio noto que estoy vestida con el saco de su traje. No llevo brasier ni blusa. Mis mejillas se ruborizan. Quisiera hacerme invisible debido a la vergüenza.

¡Dios!. ¡¿Bruno me saco de su oficia en estas fachas?!.

Sin duda comenzaran molestos comentarios y rumores en la empresa. Seguramente más de alguien vio cuando Bruno me saco de Fantasy en brazos y me trajo a su espacio personal.

Mis colegas en el trabajo deben estar pensando lo peor de mi. 

Sin duda habrá un fuerte impacto en la compañía y en la familia de Bruno cuando se sepa que no soy una simple amante de Bruno, sino su prometida.

Creo que la madre de Bruno estará en desacuerdo con este matrimonio, porque no calzo con el tipo de mujer que ella desearía como nuera. Ella quiere nietos.

Mi compromiso con Bruno dará de que hablar. Habrán repercusiones. Las demás secretarias me odiaran, incluso mi hermana, puesto que ella gusta de Bruno. 

Mientras trato de sentarme en la cama de Bruno siento incomodidad en las caderas y un suave ardor en mi interior. Bueno me digo, es comprensible sentirme adolorida debido a la pasión que experimente entre sus brazos. Pero no es tan malo como pensé que seria. Creí que quedaría peor por lo grande y duro que es su miembro viril erecto. 

Mis mejillas se encienden mucho mas rememorando como que perdí totalmente el control de mis actos cayendo en la pasión y en el deseo. Perdí totalmente la compostura. Anime a Bruno a hacerme el amor. Y lo disfrute enormemente, tanto que no me arrepiento, al contrario.