Contract. Capitulo 20

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Capitulo 20:

El miércoles y el jueves de la semana pasada me dedique a resolver el lío con mis abuelos. En primer lugar fui al banco y retiré los 50.000 dólares del cheque al portador que me dio Bruno el día anterior. Y luego de eso fui al banco con el cual mi abuelo mantenía la deuda de la hipoteca y luego de aquello fui en compañía de mi viejo con alma de niño al casino ilegal para pagar el préstamo con el usurero.

Teniendo esas deudas saldadas preparé la maleta más pequeña que encontré con mis cosas personales mas básicas y me mude al departamento de Bruno.

Antes de salir por la puerta de salida de la casa de mis abuelos, les dije de manera directa, concisa y fría que no volvería a vivir con ellos y que desde ese momento no proveería mas, porque debía dedicarme a mi nuevo hogar junto a Bruno. No les di tiempo de reaccionar y pedirme reconsiderar. Partí antes de que me ganara el viejo habito protector.

El departamento de Bruno no se abre con llave sino con una clave de seguridad. Clave que me dio Bruno en persona. Lo memorice de inmediato.

No tarde en dejar mis cosas personales de aseo junto a las de Bruno en el baño. Con eso ya estaba instalada en su casa.

Estando sola en su espacio personal sentí el lugar demasiado grande para una sola persona y me pregunte como pudo Bruno vivir en ese lugar sin sentirse solo, durante tantos años.

Senti un espasmo en el vientre y mi corazón se contrajo de pena comprendiendo que Bruno, si se sentía solo. Y se mantuvo de aquel modo porque esperaba que tarde o temprano compartiera su departamento conmigo.

Bruno estuvo durante cinco años anhelándome en su hogar. Soñó una vida junto a mi. Se proyecto una viva juntos. Me imagino a su lado. Seguramente fantaseo mil cosas que hacer solos los dos. Vivió de ilusiones y de sueños. Sueños que esperaba verse cumplidos cuando me convirtiera en su mujer y debido a ello pudo soportar aquella asfixiante soledad.

Su departamento no será un verdadero hogar para él si no estoy a su lado. Este es mi verdadero hogar. Es aquí dónde me necesitan y me añoran.

Estoy echándolo mucho de menos. Me muero de ganas de estar juntos en este lugar. ¿Qué tan duro debió haber sido para él soportar esta sensación de angustia y de soledad opresora durante cinco años?. No puedo ni siquiera imaginarlo.

Si con cinco días ya estoy enloqueciendo debido a la necesidad de su compañía. No puedo imaginar mi estado anímico si tuviera que esperar por él un año, dos, tres, cuatro o cinco años como hizo él.

Me cuestiono si merezco tanta paciencia, tolerancia, entrega, fidelidad e idolatría. El me tiene en un pedestal.

Sin duda no soy merecedora de tanto amor. No merezco ese cariño ciego. No después del último día juntos.

Merezco después de mi actuar, el martes, que me saque de su vida sin derechos a reclamos.

Debería salir por mi cuenta, por mi misma de su camino. Soy un plomo demasiado pesado para que cargue en sus hombros. Le estoy dando mas malos ratos que buenas memorias que atesorar. El se hizo cargo de todas mis mierdas sin esperar nada.

Bien puedo marcharme y no dejar rastro. Me dio la libertad para hacer lo que quisiera aunque aquello lo destroce.

El me dio todo de si mismo y lo que obtuvo de mi fueron un par de polvos.

Con solo con un par de días juntos, siendo amantes me convertí en alguien egoísta. La ambición de estar con él puede mas que mi consciencia. No puedo ni quiero apartarme de su vida. Quiero estar más cerca. Quiero que me ame incluso más. Tanto que jamás sea capaz de hacerme a un lado.

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