Contract.

Contract. Capitulo 11

Capitulo 11:

Estamos Bruno y yo en una sala vip de la boutique exclusiva que diseña su ropa hecha a medida. 

Debí venir a este lugar vestida con una de sus camisas, además de la falda de mi traje de oficinista. El en cambio se vistió con un traje gris, luciendo una corbata roja sobre una impoluta camisa blanca. 

El esta ahora mismo cómodamente sentado en un sofá de cuero blanco, con forma de L con respaldo. 

El cruzo la pierna derecha sobre la pierna izquierda. Luego observa atentamente como me saca las medidas la diseñadora que le confecciona la mayoría de los trajes de ejecutivo que viste. Lo mismo tengo a mi lado a la estilista y a las ayudantes de la diseñadora para confeccionar prendas de ropa especialmente para mi, según las disposiciones de lo que desea Bruno Marchetti que luzca como su prometida y luego como su esposa. Deberé decirle adiós a mi ropa sencilla, sosa y sobria de secretaria. 

En casa, en mi rutina visto jeans y suéteres de hilo o de lana, lo mismo camisetas de manga corta.

Luego aquellas mujeres que me han medido de pies a cabeza, son reemplazadas por cuatro dependientas de la tienda de ropa exclusiva para traer prendas femeninas de mi talla, lo mismo zapatos de tacones altos, de mi número. 

Veo como esas mujeres profesionales y solicitas traen ropa y zapatos y luego ante mi desconcierto comienzan a desnudarme delante de los ojos atentos de Bruno para ponerme la ropa nueva que esta lejos de mi estilo de moda. Lo mismo traen ropa interior de encaje y satén.

Frente a los ojos de Bruno observándome mientras me desvisten y visten desde la ropa interior, me siento avergonzada y cohibida, pero también excitada porque adoro como su expresión lasciva expresa fascinación debido a mi desnudez. 

Gracias a su intenso escrutinio me siento hermosa y sensual. Ahora comprendo que Bruno pagara para verme siendo transformada paso a paso en una mujer elegante y sofisticada. No tendré nunca mas privacidad. A él parece excitarle el exhibicionismo o puede que lo que le excite sea yo.

Deberé acostumbrarme a dejarle ver todo lo que haga desde ahora en adelante. 

Debo acostumbrarme a controlar la vergüenza, el recato y el pudor. Tengo que acostumbrarme a que me vea desnuda. 

Mas que nunca debo hacer uso de un pensamiento abierto. No tengo que hacerme de prejuicios. 

No tengo que aferrarme al pudor, mucho menos a un pensamiento conservador. Por el contrario, debo acostumbrarme al exhibicionismo, y a todo tipo de practicas sexuales obscenas. Es lo que corresponde aceptando como amante, como prometido y luego como marido a un hombre que esta envuelto en el mundo oculto del erotismo y del bondage.

Vestida con el conjunto de ropa y zapatos a juego con el vestido juvenil y elegante que tengo encima modelo para Bruno y él con ojo critico afirma que me queda bien. Así que las dependientas me ayudan a desvestirme para colocarme otro conjunto de ropa. 

Poco a poco se acumula mucha ropa y zapatos de diversos diseños y texturas. Ropa y zapatos que debo lucir aún en la oficina, según lo que él me anuncio. 

Finalmente Bruno ordena traer un vestido con un diseño chino tradicional, color rojo oscuro. Y como si fuera magia las dependientas lo ponen frente a mis ojos, a continuación me ayudan a colocármelo. El vestido es hermoso. La tela es de satén. Tiene además bordados hermosos. Son motivos de flores de cerezos. 

El vestido me queda como una segunda piel, destacando sensualmente mi silueta. El vestido tiene aberturas laterales, por lo tanto mis piernas se verán cuando camine. Las aberturas del vestido llegan hasta los muslos.