Capitulo 4:
Impactada e incrédula sostengo la penetrante mirada de Bruno. Mi mente en medio del impacto se niega a aceptar que he escuchado de sus labios que tiene la intención de convertirme en su esposa. Jamás me lo hubiese imaginado.
En efecto tenia la impresión de que me desea como mujer, aunque jamás me lo dijo directamente. Fueron sus expresivos ojos los que me decían que se sentía atraído por mi. Muchas veces me observo con ojos hambrientos y lascivos. Debido a ello mi ego como mujer floreció.
Que alguien tan atractivo y sensual como él me considere atractiva me infundio confianza en mi misma. Aquella confianza ahora esta aplastada hasta sus cimientos. Espera de mi demasiado. ¿Y si no calzo con sus expectativas?. ¿Qué sucederá conmigo si no puedo darle lo que me pide, ósea placer sexual?. ¿Qué pasará si resulto ser un fracaso como amante?. Todo habrá sido en vano. Me quedaré sin trabajo, sin casa y sin amor propio. ¡Me habré vendido para nada!. ¡Es aterrador!.
Hoy estaba dispuesta a aceptar una propuesta indecente de su parte a cambio del préstamo que necesito con suma urgencia.
Iba a aceptar convertirme en su amante sin mayores reparos porque se iba a tratar de simplemente sexo. Poner mi corazón entre medio no entraba en mis planes.
He mantenido celosamente a resguardo mi corazón para que nadie me lastime ni me defraude. Amar a alguien es un voto de confianza que no estoy dispuesta a otorgarle a ningún hombre. Me aterra ser dependiente afectivamente de un hombre. Bruno sobre todo es un hombre controlador y avasallador. Los recuerdos de mi padre dominando y abusando de mi madre me asaltan. No creo ni por asomo que Bruno sea capaz de golpearme, pero si temo que se adueñe de mi voluntad.
Atarse a un hombre machista y controlador como Bruno Marchetti es muy peligroso. Es un hombre que considera a la mujer una posesión. ¡Yo no soy un objeto!.
No me siento cómoda frente al deseo de Bruno de tomar mi cuerpo con mi corazón incluido. ¡No me imagino siendo esposa de nadie y mucho menos de él!. Que no me exija hijos no alivia mis temores. Estaré atada irremediablemente a él.
Sé que si acepto su propuesta no me dejara ir jamás. Se apoderara de mi. Seré su esposa para toda la vida para bien o para mal. El no acepta el fracaso. Por mi parte, fracasar siendo su amante o como su esposa es mi mayor preocupación. No soportaría ser objeto de sus recriminaciones, frialdad y rencor. Me agrada que me considere digna de su confianza. No anhelaba nada más. No soportaría su desprecio.
Con Bruno por lo que veo es todo o nada.
Presentía que cabía la posibilidad de que Bruno me pidiera convertirme en su amante. Iba a apostar en ello mi futuro. Pensé que podría ser su acompañante sexual para mantener mi trabajo hasta que pudiera pagarle los 50.000 dólares.
Aquella propuesta de matrimonio dicha de ese modo seria un halago para cualquier mujer, pero no para mi.
Si fuera mas ingenua pensaría que me ama. Pero no me atrevo ni siquiera a plantearme esa posibilidad. Es completamente imposible que un hombre que lo tiene todo; dinero, belleza, sensualidad, inteligencia, elegancia, clase y carácter, pueda estar enamorado de una mujer tan simple como yo. El y yo pertenecemos a mundos diferentes.
El tiene pasión y sensualidad para regalar, yo temo ser frígida. Hasta el momento jamás he sentido el corazón palpitar debido al amor o a la pasión. El es puro fuego, yo soy un tempano de hielo.
El ama el sexo, yo en cambio no he sentido ganas ni siquiera de besar a un chico. Bruno y yo somos totalmente incompatibles como pareja sentimental.
No me halaga que pretenda que dependa 100% de él, poniendo todo aspecto de mi vida a su cuidado porque sumaria una deuda económica y moral con él, que no tendría como pagarle ni con dos vidas.
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Contract.
RomanceEma White es una joven secretaria la cual su único sueño en la vida es convertirse en la asistente ejecutiva de Bruno Marchetti, siendo él un exitoso, atractivo, sensual, carismático, profesional y enigmático ejecutivo con una personalidad magnética...