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Pues, estoy sin hacer nada en mi trabajo y estoy aburrida, eso significa que es momento de escribir jajaja. Escribir mi libro en mi trabajo en lugar de trabajar y además me pagan mi día completo. ¿Que más puedo pedir?.

En fin jeje. Disfruten el capítulo.

Ame había querido ir ese día a la escuela y no se arrepentía de su desición

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Ame había querido ir ese día a la escuela y no se arrepentía de su desición. Pero era honesto consigo mismo, no había podido poner atención a casi nada. Toda su mente estuvo en una sola cosa desde que despertó.

Esa tarde conocería a su padre varón.

Estaba emocionado y nervioso a la vez. Y aunque trató de actuar como  en cualquier día normal no pudo engañar a sus amigos. Sosuke y Yui le habían dado ánimos a su manera y Ame realmente lo agradeció.

Pero entonces, después de un bien día de clases por lo que imaginó el pequeño, ya estaba ahí finalmente frente a la puerta de la casa de sus abuelos.

- Ame, estás un poco pálido mi niño. ¿Estás seguro de que estás bien?. - Le llamó la tranquila y dulce voz de su papá.

El menor respiró hondo, buscando valor.

- Estoy nervioso. Él... mi padre varón está ahí dentro. - Dijo con sinceridad. - ¿Q-que tal si... si no me quiere?. - Preguntó con voz rota.

Izuku inmediatamente lo abrazó, queriendo calmar sus miedos.

- Tu papá te quiere. - Aseguró el mayor acariciando sus cabellos. - Y te va a adorar aún más cuando te conozca. - Le limpió las pequeñas lágrimas de sus ojitos. - Él es un buen hombre, te lo prometo mi amor.

Las palabras de su padre doncel lograrlo calmar sus temblores y le hicieron sentir tranquilo. Si su padre le decía que todo estaba bien, él le creía.

Cuando se separaron el pequeño le regaló una sonrisa calmada y tímida al mayor. Dándole a entender que estaba listo.

Ante esa señal, Izuku le dió una última carica en la cabeza y abrió la puerta.

- Estamos de regreso. - Anunció el peliverde.

Ame siguió a su padre y cuando éste llegó al marco que daba a la sala. Impulsivamente se detuvo. Su pequeño corazón latía rápidamente.

El peliverde lo miro y le regaló una tierna sonrisa.

- Adelante, Ame. Tu padre quiere saludarte.

El pequeño bajó la mirada y respiró profundo. Lentamente se acercó al lado del doncel y con cuidado levantó la mirada para finalmente encontrarse con la otra persona que le había dado la vida.

Lo primero que sus ojitos esmeraldas vieron del varón fue la peculiar cicatriz del lado izquierdo de su rostro y sintió su respiración detenerse al reconocerlo. Después sus ojos duales y su extraño cabello de dos colores.

Como Pasaron las Cosas - TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora