Existe un bar en donde los requisitos de admisión son bastante estrictos y la identidad y privacidad de los clientes es lo primordial. Por ello es necesario el llevar antifaces durante toda su estadía, cambiar un poco algunos rasgos del rostro y cre...
Primero me quiero disculpar por la tardanza. Las cosas no han sido fáciles para mí últimamente. Pero aquí me tienen, contenta de volver a subir capitulo.
También quiero agradecer a todos por sus bonitos comentarios dándome ánimos y deseandome bien. También por su paciencia y el cariño que me han dado a mí y a mis historias.
Los quiero mucho.
Al final de este capítulo me gustaría mostrarles algunas fotos del cosplay que hice en la convención de hace unos días, realmente me divertí muchísimo y me ayudó a volver a sentirme yo misma. Espero les guste.
Sin más que decir. Disfruten el capítulo.
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En el pequeño departamento se podía disfrutar del aroma de la cena que el joven peliverde había cocinado.
- Ame, Sosuke-kun, vayan a lavarse las manos. La cena ya está lista. - Llamó el peliverde quien salía de su cocina con los platos servidos.
- Está bien. - Respondieron los dos infantes antes de levantarse de la mesa ratonera en dónde jugaban y hacer lo pedido.
La cena transcurrió con los niños contando sobre su día en la escuela.
- Sosuke estaba rojo hasta las orejas y Yui no dejaba de burlarse de él, papá. - Relataba el pequeño albino. - Aunque puede que fuese mi culpa. - Dijo mirando a su amigo, no se veía tan expresivo, pero había un deje de pena en su voz. - Si yo hubiera visto con tiempo, te hubiera evitado entrar por error al baño de niñas. Lo siento.
- Y-ya no te disculpes, Ame-kun. Ya te d-dije que no fue tu culpa. - Dijo el pequeño azabache claramente nervioso y sonrojado.
- Lamento que tu día no fuera bueno, Sosuke-kun. Afortunadamente las maestras pudieron encontrar tus lentes. Y no te metiste en problemas por el incidente del baño. - Dijo el mayor queriendo tranquilizar al amigo de su hijo.
Tenía alrededor de tres meses conociendo a Yamamoto Sosuke. Había sido transferido a la escuela de su pequeño. El niño era muy tímido. A Izuku le recordaba mucho a él mismo cuando tenía esa edad. Desde el primer día Ame se acercó a él y le ofreció su amistad. Su hijo le hablaba mucho del pequeño azabache.
- Las maestras no encontraron los lentes. Ni a quién se los quitó. - Dijo Ame de forma tranquila. - Después de lo que pasó en el baño, Sosuke quiso quedarse en la enfermería. Yo, decidí no entrar a clases para poder buscar a quien lo hizo. Yui quiso ayudarme pero le dije que volviera a clases. Se molestó conmigo y me llamó tonto, pero aceptó. No encontré a los culpables pero si logré encontrar los lentes. Estaban colgados en la rama de un árbol.
Izuku veía a los dos niños. El azabache estaba sonrojado y nervioso, tal vez pensando en que él se molestaría porque Ame faltó a clases. Su hijo solo le relataba los hechos mientras seguía comiendo su cena, con esa seriedad que lo caracterizaba.
