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Aclaración:

Hola morenazos y güeros de fuego. Mis bellos y sensuales lectores.

Ok, creo que me emocioné un poquito, pero es que los amo tanto.

En fin. Ya he publicado el capítulo 31 de "La Voz de un Ángel".

Así que, disfruten.

Aquellos ojos turquesas eran intensamente hinópticos

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Aquellos ojos turquesas eran intensamente hinópticos. Decidió el pelirrojo una vez que los tuvo tan cerca y los contempló.

Por alguna extraña razón, ese doncel había captado su atención la primera vez que lo vió hace ya unas semanas.

Recordaba que fue la tercera vez que visitaba aquel extraño bar desde que ingresó, cabía decir que lo hizo después de tanta insistencia de un amigo, y nunca le había interesado nadie en particular. Hubo mujeres y donceles clara y descaradamente interesados en él, quienes se le acercaron e invitaron a pasar la noche con ellos en alguna habitación del mismo establecimiento, obviamente para tener sexo. Pero nunca les aceptó, a ninguno de ellos. Aunque sabía que la mayoría de las personas que frecuentaban a aquel lugar lo hacían para tener sexo, él no se vio muy tentado ante esa idea. Además nadie parecía encender nada dentro de él como para que quisiera llevárselos a la cama. No hasta que vió a ese doncel.

Aquella delgada figura de altura un poco baja a la del promedio, ondulado cabello oscuro peinado hacia atrás, labios tan finos a simple vista. Esos eran los aspectos físicos que le habían llamado la atención al varón pelirrojo.

- Mucho gusto Sou. - Y aquella dulce y suave voz creó un plus en la aceptación del nombrado.

- Veo que no eres tan frecuente. - Se atrevió a decir.

- En realidad no mucho. Sólo una o dos veces por mes. - Dió en respuesta el azabache con una sonrisa confiada. - Si mal no recuerdo, la última vez que vine sentí una fuerte mirada sobre mí durante un momento. Se sentía igual que hace rato antes de que me acercará a tí. ¿Te gusta observarme? - Soltó aún con la sonrisa en su rostro.

Por culpa del antifaz, además de la poca iluminación del bar, no era capaz de apreciarlo bien, pero el doncel frente a él tenía un aspecto joven y bien cuidado. Y su actitud lo hacía ver hasta un punto dulce, tierno y seductor, todo a la vez.

- Eres difícil de ignorar. - Dijo de forma directa.

Eso hizo reír un poco a su acompañante.

- Eso me halaga. - Agradeció.

El pelirrojo tenía un conflicto interno. Aquel doncel parecía tocar todos los botones correctos dentro de él. Lo tenía cautivado. Pero se esforzaba por no perder el control con él.

Había un fuerte sentimiento en su pecho que lo hacía mantener su cordura.

No se dió cuenta que de tanto divagar ya había terminado su bebida, al igual que el azabache.

Como Pasaron las Cosas - TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora