Crystal Jones, sedienta de venganza y dominada por la tristeza a causa del asesinato de su padre, decide buscar desesperadamente a la principal líder de los Flag Smashers, Karli Morgenthau para ajustar cuentas y para ello es designada por Rhodey par...
-¡YA BASTA!- se oye un grito de furia y rabia y de un momento a otro los metales se doblan, el edificio tiembla, los muebles se dañan, los tanques de gas y el sistema eléctrico explotan y chispean causando un gran incendio y pequeñas y fuertes ráfagas de viento hace que las llamas aumenten, el fuego trata de alcanzarla pero no puede arder...
De un momento a otro, ve a un hombre vestido de negro y con un brazo de metal ser mandado violentamente contra un árbol debido a otra ráfaga de viento para luego caer al suelo quejándose del fuerte dolor, por más que lo intentaba, no podía verle el rostro.
De un momento a otro, Crystal despierta algo asustada en la cama.
-Maldita sea, hasta cuando ese mismo sueño...- murmura a la nada algo harta en la oscuridad de su habitación.
Todas las noches desde que la rescataron de HYDRA soñaba con un incendio. Frustrada, decide levantarse e ir al patio del lostal a mirar las estrellas que alumbraban la noche parisina. Miró su celular, eran las 2 de la madrugada.
Hacia un calor de infierno y la castaña sólo dormía con una camiseta grande holgada. Tenía calor en sus manos, que estaban cubiertas con guantes de cuero en el que sólo se podía ver sus dedos.
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No se los quitaba por nada del mundo, solo cuando se duchaba, nadie vería esas horribles marcas que en ese horrible lugar le dejaron y que marcaron su personalidad de por vida. Se sentó en el césped a contemplar la luna y una vez más, pensó en su padre, en como murió y ella no pudo despedirse de él.
No fue a su funeral, no estaba lista para verlo en una caja de madera listo para ser enterrado dos metros bajo tierra, estaba lejos de todo, específicamente en París, Francia, huyendo de un posible nuevo rapto por parte de HYDRA, pero al desmantelarse dicha organización años atrás podía haber vuelto a su hogar pero se negó. Según ella quería seguir aprendiendo por sí misma a controlar sus poderes, pero en realidad tenía miedo de volver a enfrentar ese cruel pasado que tanto la aterraba. Pero esa noche decidió volver después de casi ocho años a Estados Unidos, a buscar venganza contra aquellos rebeldes que asesinaron a su padre, los mataría lenta y dolorosamente, sobre todo a la mente ejecutora del plan cuando sepa su identidad.
Al amanecer, fue a comprar el pasaje de avión a una agencia más cercana. Empacó y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en el avión. Al llegar a Washington, se encuentra con la sorpresa de que el mismo Coronel James Rhodes la estaba esperando.
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Se dieron un abrazo y fueron hasta la cafetería del lugar. La castaña siempre vio a Rhodey como un tío aunque no tuvieran un lazo sanguíneo, ya que después de su padre, siempre se preocupó por ella. Se sentaron en una de las mesas del lugar y después de ordenar, comenzaron a hablar.
-Te ves tan cambiada, Crystal. ¿Cómo has estado?- sonrie levemente el coronel.
-De salud me encuentro bien, tío. ¿Y bien?. ¿Estoy adentro?- decidió ir al grano.
-Sí. Fuiste designada para trabajar con Joaquín Torres, me costó hacer que te aceptaran pero tus labores como "espía" en nombre del gobierno en Europa fueron de gran ayuda- bebe de su café un poco preocupado.
-No tenía alternativa, tenía que estar en la base para practicar mis poderes y lo sabes- responde rodando los ojos.
-Pudiste ser una de nosotros y te negaste... - recriminó el moreno.
-¿Crees que es bonito tener esto y no saber como ni porque lo tienes?. Estaba asustada y podría ponerlos en peligro. Necesitaba aislarme de todo para poder entender lo que me estaba ocurriendo a causa de ese jodido suero- menciona la castaña furiosa-Tener esto para mí siempre fue y será una maldición- masculla enojada- Toda mi vida luché para ser alguien normal, tener estabilidad, ser alguien común. ¿Y de qué sirvió?. Estoy sola en el mundo- murmura algo triste.
-Debes desistir de esta locura Crystal, te hace daño, podrías morir- insiste el moreno.
-No me importa Rhodey, vengaré la muerte de mi padre así sea lo último que haga en mi vida, ya que no tengo nada que perder y no está en discusión este tema.- se dispone a beber el café y guarda silencio la castaña.
...
-¿A dónde vamos?- pregunta Crystal mirando las calles de Washington con nostalgia. Extrañaba su país y en el fondo estaba contenta de haber regresado, aunque no lo demostraría.
-Al Smithsonian- responde Rhodey manejando de forma tranquila- Conocerás a uno de tus compañeros de misión- la castaña asiente y se dispone nuevamente a mirar las calles de la ciudad.
Rhodey sintió pesar por la castaña. Desde su rescate no volvió a ser la niña alegre que era, se cerró en si misma y se distanció de todos una vez que se fue a Francia huyendo de HYDRA, que ansiaba sus poderes que la castaña poseía desde muy pequeña. El día de su cumpleaños número 19 se convirtió en el peor día de todos, pues aquél día había comenzado en su vida un calvario que jamás mereció.
Lo que Rhodey y la castaña no sabían era que la vida de esta última cambiaría para siempre y que la persona que aportaría a ese cambio estaba muy cerca de aparecer.
