Pov Darius.
─Gracias por traerme ─ me dice mientras abre la puerta del auto.
─Espera─ tomo su muñeca antes de que salga─ ¿puedo verte mañana?─
Dios, me hace sentir como un jodido puberto.
─Me encantaría─ dice y sonrío por su respuesta.
Para mi grata sorpresa se acerca y me besa, le respondo encantado tomando su mejilla, paso mi lengua por su boca y los separa dándome acceso a su interior donde su lengua me recibe, la tomó de la cintura y las siento en mis piernas mientras ella enreda sus dedos en mi cabello.
Gime en mi boca suavemente y gruño como animal por lo excitante que se escuchó, nuestro beso se vuelve salvaje, deseoso, nuestros cuerpos necesitados y cuando menos nos damos cuenta estoy amasando sus pechos por debajo de la blusa y ella a desabrochado mi camisa.
─Dios, como me haces perder el control─ digo.
─Me alegra no ser la única─ dice con una hermosa sonrisa.
─Debes subir, es tarde, paso mañana por ti para almorzar─ asiente encantada y le doy un casto beso.
Sale por mi lado y le entregó su mochila, la veo entrar al ascensor y no me voy hasta que veo las puertas cerrarse.
Ya en mi departamento me dejo caer en uno de los sofá pensando en Bella, en lo hermosa, maravillosa, inteligente, como su cuerpo esbelto pero con fantásticas curvas encaja tan perfectamente con mi cuerpo.
Ella me dijo que confíe en ella y lo haré, trataré lo más que pueda en controlar mis celos, pero lo haré, dijo que contestaría todas mis dudas y no dudo en contestar me acerca de ese chico.
Ella me gusta mucho, y no lo pienso arruinar por malos entendidos ridículos.
*******
La mañana se me hizo tan eterna y aburrida, debí haberla citado para vernos más temprano, pero no quería parecer desesperado y aquí estoy, en mi restaurante favorito para desayunar los fines de semana, faltando una hora para verla y yo desesperado por verla.
Debo tener más dignidad.
Solo llevo más o menos dos semanas de conocerla y me tiene loco, como un perrito faldero detrás de ella.
No me reconozco.
─Darius, que placer verte─ escucho que me dicen.
Que castigo estoy pagando.
─Katrina─ digo educado pero frío, esta chica no parece entender que no me interesa en lo más mínimo.
─Quería pedirte disculpa por lo que pasó en la fiesta hace unos días─ dice con voz melosa sentándose a mi lado─ te invito a almorzar y algo mas si te apetece─ me dice con una sonrisa coqueta.
Bueno ella tiene mucho menos dignidad que yo.
─Lo siento pero no puedo, ya tengo una cita…
─No deberías trabajar los fines de semanas, los deberías disfrutar, podríamos disfrutarlos juntos─ me interrumpe.
─La cita no es de trabajo, es con una mujer─ contestó y veo como su gesto se contrae.
Katrina no es fea, es hermosa, una belleza, es la típica chica de américa, alta, rubia, piel blanca, ojos claros, esbelta, todo eso ya me tiene cansado. Pero mi caramelo es todo lo contrario, sus ojos café dorado, su hermosa piel caramelo, ella es esbelta, muy delgada de hecho, pero con un buen culo y sus tetas, Dios que tetas.
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Oveja Negra
RomanceDesde que ellas llegaron a mi familia mi vida se fue a la mierda, pusieron a mi padre en mi contra, contándoles mentira tras otra que supuesta mente hacía, no importo cuantas veces lo negara, lo desmintiera, siempre, toda y cada una de esas veces l...