34. Perder el Tiempo

5.4K 399 7
                                    

Narrador externo.

 Darius despertó temprano en la mañana con su caramelo entre sus brazos, la había extrañado demasiado esa semana, pero por fin la tenia de nuevo entre sus brazos, él estaba decidido a evitar cualquier mal entendido entre ellos y mas aun no dejar que Katrina se le acercara, dejo un beso en su frente y salió de la habitación cerciorándose de que nadie lo viera.

Bella despertó un rato después entre las desordenadas sábanas sola, no le extrañó estarlo, sabía que Darius tenía que salir de la habitación antes que los demás despertara, con un poco de pereza ella lo hizo y fue al baño a hacer sus necesidades y darse un baño para luego bajar.

En el comedor ya estaba su padre, el padre de Darius, Tristan y los niños, que de inmediato comenzaron a preguntarle cuál de las casa que ellos eligieron haría, cosa que ella no supo como contestar sin hacer que dos de ellos se sintieran tristes.

Unos minutos después la madre de Darius, Fernanda y Darius, llegaron y se sentaron en la mesa, Darius se sentó a su lado, lo cual nadie tomó mal, de niños ambos eran muy unidos y no veían mal que ambos estuvieran cerca del otro. Casi al momento de servir el desayuno Katrina y Fedora bajaron y se unieron.

Katrina no tenía buena cara, estaba muy molesta porque en la noche anterior había intentado entrar a la habitación de Darius y este había asegurado la puerta por lo que no pudo entrar y su humor no ayudó para nada al ver a Bella y Darius sentados juntos.

El desayuno transcurrió en conversación de la hacienda, en dicha conversación Fedora y Katrina no participaron mucho y todo lo que le mostrarían.

En esa semana los Rivalde también tenían la visita de posibles compradores para sus cosechas de vino y café, así que sería una semana agitada.

–Por cierto Darius creí que al fin conocería a tu novia aquí, ¿han terminado acaso?– preguntó Katrina de repente, Bella casi se atraganta con el jugo al escuchar aquello.

–¿Tienes novia?, ¿por que no lo dijiste?– pregunto su madre.

–Si tengo novia madre, no Katrina, no hemos terminado– contestó tranquilo.

–¿Por qué no la trajiste?– preguntó su madre.

–Porque está pasando las vacaciones con su familia– mintió– en otra ocasión la conocerás madre– dijo.

–¿Otra ocasión?, suena serio– dijo Fernanda divertida, ella conocía lo mujeriego que era su cuñado.

–Espero que si, al menos de mi parte lo es– dijo Darius tranquilo mientras acariciaba la pierna de Bella por debajo de la mesa, cosa que para su beneficio nadie notaba– y espero que ella piense igual– dijo dejando un suave apretón en la pierna de Bella.

–Debe ser alguien muy especial, nunca te habíamos escuchado hablar así– dijo su padre.

–Lo es papá– afirmó.

–¿Cómo es ella?– preguntó su madre emocionada.

–Hermosa, divertida, inteligente, algo terca…–

–Homo toda mujer– dijeron su padre y hermano al mismo tiempo ganándose un manotazo de sus esposas.

–¿Cómo la conociste?– esto fue Fedora quien le preguntó.

–Por medio de mi prima, Leila– contesto, Maximiliano se tenso un poco al escuchar ese nombre, Bella lo noto, pero no le doy mucha importancia– es artista– continuó Darius.

–¿Y es buena?– preguntó Katrina con sarcasmo.

–Mi prima solo trabaja con los mejores, así que si– contesto.

–La boda será aquí– dijo la madre de Darius haciendo que Bella escupiera su jugo, en ese momento lo único que se le ocurrió fue reírse.

–Madre llevas las cosas demasiado rápido– dijo Darius, él lo había pensado también, pero no quería presionar a su caramelo, ella quería estudiar y hacer muchas cosas más, no la podía atar a él por mucho que lo deseara.

–Te encanta perder el tiempo– le reprocho su madre– ha este paso no tendré nietos– se quejo.

–No estoy perdiendo el tiempo mama y te recuerdo que ya tienes tres nietos y otro en camino– dijo Darius, esperaba que las locuras de su madre no espantaran a Bella.

–Pero también quiero nietos tuyos– le dijo.

El padre de Darius fue quien detuvo esa discusión, ambos podían pasar discutiendo sobre eso todo el día, así que los detuvo y Tristán ayudó cambiando de tema.

–Les daré un recorrido por la hacienda, hemos adquirido unos bellos sementales– dijo Tristán, mientras los empleados terminaban de recoger los platos– ahora que te puedes subir a uno Bella y no tener que usar a Darius como tu caballo– dijo divertido.

–Oh no no no, no me puedo acercar a un caballo– dijo rápidamente Bella.

–¿Por qué?–

–A Isabella le aterran los cabellos– explicó Max.

–Sí mejor que me mantenga lo más alejados de ellos– dijo ella segura.

–Es una lástima– dijo el padre de Darius– supongo que empezarás con tu proyecto de una vez– le dijo.

–Si, quiero empezar a hacerlo lo más pronto posible, no quiero que se me vaya el tiempo y que no esté listo– le dijo.

–Muy bien te mostrare donde vas a poder trabajar tranquila– le dijo levantándose y Bella lo siguió– ya han traído todo los materiales que trajeron ayer, si necesitas algo más no dudes en pedirlo– le dijo amable.

–Muchas gracias– dijo Bella y él se retiró para ir con los demás.

Bella se quedó organizando todos los materiales que iba a necesitar para después comenzar a hacer las piezas de la casa, mientras hacía las piezas su celular sonó, en una llamada de Leila.

–Hola– dijo al contestar por los audífonos.

–¿Cómo te ha ido con mis tíos?– le preguntó ella.

–Bien, son muy simpáticos, como te fue con tus padres, ¿ya les dijiste?– pregunto.

–Si– dijo con alivio sentía que se había quitado un peso de encima al decirles.

–¿Cómo lo tomaron?– pregunto mientras ligaba unas de las piezas.

–Mi madre está encantada, por fin tendrá un nieto, ya la conoces, te tiene a ti como su nieta, bueno casi– dijo divertida y ambas rieron– mi papá y Dan están un poco más renuentes, pero ya se acostumbraron y por supuesto quieren conocer a Max,–

–Es algo normal que lo quieran conocer, ¿saben que te lleva 20 años?– le preguntó.

–no, bueno, mi mama si, pero Dan y mi papa no y no se como lo tomaran– dijo un poco preocupada.

Siguieron hablando un rato más hasta que la madre de Darius fue a buscarla para almorzar, había pasado toda la mañana hay y no se había dado cuenta de ello.

Durante el almuerzo convencieron a Bella de dar un recorrido por la hacienda evitando por supuesto las caballerizas donde estaban los caballos, lo que no tuvo de otra que aceptar.

Bella estaba encantada con el lugar, era muy bello, se agradeció haber llevado su cámara, pero debía tener muchísimo cuidado, era la de su madre y todas las cosas de su madre sufrían accidentes cercas de Fedora y Katrina.

Oveja NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora