29. Fiebre

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Pov Bella.

Mami no se que hacer, dame una señal, papá me ha metido en un gran problema con mi novio.

Digo abrazando mis rodillas frente a su tumba, ayer cuando fui al departamento de Darius no estaba, lo llamé, pero no me contesto como tampoco contesto mis mensajes, Leila tambien intento llamarlo, pero nada.

Por ahora no puedo decirle a papá con quien estoy saliendo, traería más problemas, además no creo que le guste que esté saliendo con alguien que me lleve más de diez años. No quiero que me deje y más por lo que mi papá iso....

***********

Paso todo el dia caminando por la ciudad tomando fotos de algunos momentos que llaman mi atención, eso al menos mantiene mi cordura para no sentarme en el piso y llorar como si fuera una niña que perdió a su madre en el centro comercial.

Leila fue mi paño de lágrimas anoche y le arruine la noche, ya que iba a salir con su novio, así que preferí salir y no molestarla, ella tiene una vida y no puedo estar acaparando la tanto.

No me he sentido bien en todo el día, no es solo por lo triste que me siento por lo que pasa con Darius, si no también es un malestar corporal, me siento muy cansada y no retengo mucho la comida, vomite la mitad de lo que almorcé y todo mi desayuno, no se que tengo

Después de pasar todo el dia fuera voy a la casa de mi padre, no quiero ir y verle, por su culpa estoy mal con Darius, pero necesito mis cuadernos, estan en la casa, bien guardados claro.

Entró a la casa y me voy directo a las escaleras y escuchó las irritantes voces de Katrina y Fedora, pero no le presto atención.

Solo quiero tirarme a la cama y dormir.

-Isabella- escucho a mi padre llamarme, pero no me detengo, sigo mi camino hasta mi habitación, me duele todo el cuerpo como si me hubieran dado una golpiza, para mi sorpresa escucho sus pasos de mi padre detrás mío y la voz de Fedora que diciendo:

Cariño, déjala, solo le das mas fuerza a que siga haciendo berrinches.

Sigo mi camino y entró a la habitación, pero como no puedo ponerle seguro sigo hasta el baño, este si tiene seguro.

-Isabella!!- me grita enojado golpeando la puerta y me dejo caer en el suelo dándole la espalda.

-Maximiliano deja de seguirle el juego- escuchó decir a Fedora como tantas veces atrás- ella....

-ella es mi hija y yo decidiré si la dejo en paz o no, asi que dejanos solos- le escuchó decir a mi padre serio, nunca lo escuche hablarle así.

-pero mi amor....

-Vete Fedora- dice molesto y segundos después escucho un portazo.

Tendré que pasar mucho menos tiempo en la casa desde ahora.

-hija - me llama mi padre con un tono más calmado- al menos contesta por favor- me pide.

-que- digo seca.

-donde pasaste la noche?- me pregunta.

-por qué me preguntas a mi?, tu esposa e hija pueden contestarte, al final crees mas lo que ellas dicen- digo molesta, jalando la goma de mi muñeca para que golpee mi piel.

-no las quiero escuchar a ellas, te quiero escuchar a ti- me dice- no es lo que quieres, que te escuche, no puedo hacerlo si no hablas conmigo-

-desde cuando te importa lo que yo quiera?- preguntó irónica- si quieres saber donde estuve....no, no la pase con mi novio, ya que por tu culpa no quiere hablarme- digo y jalo la goma más duro para que golpee más fuerte.

-entonces dónde?....que es ese sonido?- pregunta.

-fui a casa de una amiga- contestó y comienza a dolerme la garganta.

-y mi otra respuesta- dice.

-tire algo al piso- miento.

-así quieres que confíe en lo que dices, Isabella dime la verdad, que estás haciendo ahí adentro?- me pregunta.

-por una vez que adivines, no te hace un experto en detectar mentiras- le digo- si lo hicieras no estaríamos así- digo un poco más bajito sin de jalar la goma una y otra vez.

-cierto, pero de todos modos no has contestado mi pregunta- insiste.

-es una goma elástica- digo simple.

-Isabella abre- me dice.

-solo si te irás, quiero dormir- digo y mi voz se escucha un poco áspera, siento mi garganta seca.

-esta bien, sal primero- me dice.

Con pesadez me levanto, siento como si pesara 150 kilos, abro la puerta y me quedo recostada mirándolo, todo me da vuelta.

-ya te pue...- no puedo terminar de decirlo cuando me da un a un ataque de tos.

-hija, estas....- se acerca a mi y toca mi frente- estas ardiendo- dice y me sostiene, no tengo muchas fuerzas- te llevare al hospital, no estás bien- me dice.

No soy capaz de decir algo encontra de eso ya que todo a mi alrededor se vuelve negro.

Oveja NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora