Oveja Negra

43. Cartas

─Muy bien niños, como lo ensayamos─ le dijo Bella a los tres pequeños.

Estaban todos en la sala esperando que Bella le mostrará la maqueta que había hecho, las únicas que faltaban eran Fedora y Katrina que se habían ido hace unas horas, a nadie le molesto, por el contrario estaban felices de que se fueran. Darius, Max y Bella se irían en unas horas más.

─Uno...dos...tres!─ dijo Bella, los niños descubrieron la maqueta mientras gritaban.

¡¡¡TARAN!!!

Todos aplaudieron por la ternura de los niños para después ponerle atención a la maqueta de Bella.

Era por decirlo de alguna forma, una mansión de tres pisos con toques rústicos pero elegantes también, construcción que iba muy bien con el lugar en el que estaban.

─Digan algo─pidió Bella─ no tomo el silencio como una buena señal─ continuó.

─Es precioso─ dijo Alexa.

─Me encanta, si me la presentan para construirla aceptaría de inmediato─ dijo Fernanda.

─De verdad has hecho un excelente trabajo hija─ dijo su padre con orgullo.

─Gracias─ dijo muy aliviada y contenta por los halagos, ya que no estaba acostumbrada a recibirlos. 

─¿Cómo pretendes sacarlo por la puerta?, es un poco grande─ dijo Tristán.

─Fácil─ dijo Bella.

Tumbó una de las vigas del primer piso y todo se vino abajo, pero de manera organizada, quedando una superficie lisa frente a ellos, la cual Bella cerró como si fuera un maletín.

─TARAN─ volvieron a gritar los niños.

─Hazlo otra vez─ pidió Fernanda sorprendida.

─No se arma tan fácil, como se desarma─ dijo Bella divertida.

─Además ya es hora de irnos─ dijo Darius.

Se hicieron las despedidas prometiendo volver en otra ocasión y Bella prometiendo a la pequeña que enviaría la casa de vuelta con su tío.

El vuelo estuvo tranquilo, Bella se la pasó leyendo, Darius y Max poniéndose al día con sus respectivas empresas. Bella no estaba tan concentrada en su libro como lo hacía notar, sino que estaba ideando la mejor manera para contarle todo a su padre.

Lo haría el lunes, no pasaría de ese día.

Aterrizaron en la noche, Bella moría de sueño, tanto así que se durmió en el auto de camino a la casa, así que su padre no tuvo de otra que cargarla hasta su cama, ya que no valían los intentos para despertarla.

Se sorprendió un poco al no encontrar a Fedora y Katrina en la casa, ellas salieron antes. Fedora estaba molesta ya que por fin le había dicho sobre el divorcio, hizo todo un escándalo porque decía que Bella le había lavado el cerebro con mentiras, pero él dejó muy claro que no se divorciaba por eso, sino porque ese matrimonio era por conveniencia, nunca hubo amor y se hartó de eso.

Esperaba que Fedora fuera inteligente y firmara los papeles de buena gana y aceptara el dinero así como una que otra propiedad que le cedía, pero si se negaba, apelaría y la dejaría sin un centavo, estaría separado de ella fuera como fuera.

Se sentía tranquilo de que Bella no hubiese tomado a mal que estuviera con alguien más.

Luego de dejar a su hija cómoda en su cama, fue a su habitación tomó una ducha rápida y después se fue a la cama.

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Bella despertó temprano como cada domingo, respondió mensajes de sus amigos de que ya había regresado como también recibió uno de Leila de que también había llegado.