30. Estás Embarazada

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Narrador externo.

Al llegar al hospital Bella aun seguía inconsciente, pero con la misma fiebre, en el camino Maximiliano había llamado a un amigo de confianza que tuviera todo preparado para recibir a su hija.

Casi dos horas después recibió noticias de ella, Bella había pescado una infección en la garganta, lo que provocó su fiebre y malestar, junto con una gran deshidratación, para ese momento la fiebre había bajado, pero iba estar dormida el resto de la noche, Max se sintió muy aliviado al saber que no era nada grave.

—Maximiliano, tenemos que hablar algo sobre tu hija— le dijo el médico, el cual también era su amigo, Max asintió— es mejor hacerlo en privado, ven— le dijo y este lo sigo hasta el consultorio.

—¿Qué pasa con mi hija?— preguntó Maximiliano.

—hago esto porque eres mi amigo, pero en vez de esto debería llamar a servicios sociales— dijo el médico serio.

—¿Por qué?— pregunto confundido.

—Tu hija, tiene mucha evidencia de abuso físico en su cuerpo y posiblemente psicológico— le dijo el doctor dejándolo sorprendido.

—¿Marcas de qué tipo?— preguntó Max.

—Por lo que vi, algunas parecían ser hechas con un cinturón, otras eran de quemaduras, también tiene unos golpes en su muñeca izquierda, parecen auto infringidos, pero lo más inquietante es que tuvo una costilla rota.

—No puede ser— dijo Max con horror.

—Se lo que se dice de tu hija, pero te aseguro que no consume sustancias ilícitas está limpia— le dijo— yo no reporte esto pero alguien más lo puede hacer y es mejor que tengas una explicación para esas marcas— le dijo para después de dejarlo solo.

Max no sabía qué pensar y crear hipótesis respecto a su hija nunca funcionaban, así que simplemente fue a su habitación y se sentó a su lado velando su sueño, como cada noche cuando era pequeña y tenía pesadillas.

¿Qué te ha pasado mi pequeña?

***********

Bella despertó un poco desorientada, cuando su vista se enfocó, noto que estaba en un hospital, lo último que recordaba era estar hablando con su padre.

—Que bueno que despiertas— dijo su padre cuando la vio abrir sus ojos, Bella no lo había notado a su lado.

—Qu….cssss...cssss—no pudo hablar por la tos y lo seca que se sentía su garganta. Su padre de inmediato se levantó y le sirvió un vaso de agua y se lo dio.

—¿Mejor?— pregunto.

—Sí, ¿por qué estoy en un hospital?— preguntó con voz áspera

—Porque tuviste una infección en la garganta, una gran deshidratación y una terrible fiebre— le dijo su padre sentándose a su lado.

¿Qué hora es?— preguntó.

—Las diez— contestó y Bella se sentó de golpe en la cama.

—Debo estar en la escuela, ¡tengo un examen de cálculo!— dijo alarmada— ¿por qué no me despertaste?— dijo intentando levantarse de la cama.

—Hija tu no vas a ningún lado, estarás en cama hasta nuevo aviso— le dijo su padre.

—No puedo quedarme en cama, tengo responsabilidades en la escuela, de….

—Debes quedarte en cama hasta que estés recuperada por completo, llame a tu escuela y les comunique sobre tu estado de salud, no volverás hasta el viernes— le dijo su padre.

—Me perderé toda una semana, la próxima no habrá clases— se quejó.

Después de eso, el médico fue a revisar cómo seguía, Bella iba a quedarse en el hospital hasta el jueves, ya que aunque la fiebre había cedido, la infección no. Max se disculpó con ella por una hora para ir a su oficina a firmar unos papeles muy importantes para después regresar con su hija, al regresar encontró a Isabella hablando con un hombre, otra doctora y un oficial en la puerta que no le permitía entrar.

—te dije que si no los llamaba yo, alguien más lo haría— le dijo su amigo llegando con él mientras los veía hablar a través del cristal, pero no los escuchaban.

—Natalia, no debiste llamar a mi abogado— le dijo Isabella.

—Yo no fui, Leila fue quien lo envió— se defendió la joven doctora— tuviste suerte de que lo mandara a él y no viniera ella— le dijo.

—Créeme que sí— contestó Bella, Leila de seguro se iría en pelea con su padre.

—¿Y qué has decidido?— le preguntó el abogado a Bella.

—Mi padre no estará en la demanda y si ellas lo acusan lo defenderé— dijo Bella muy segura.

—Sí es lo que quieres, así lo haré— dijo el abogado— ¿sabes cuándo estarán separados oficialmente?, eso ayudaria mucho—

—Se supone que no sé sobre el divorcio, pero espero que cuando salga la demanda ya lo esten— dijo.

El abogado y la doctora se retiraron minutos después, Maximiliano aunque quería hacer muchas preguntas, no hizo ninguna al respecto de su visita.

Los días siguientes Max la pasó con su hija en el hospital, solo se iba por una hora por asuntos muy urgentes y una visita rápida a Leila y volvía con ella, Bella también recibió visita de sus amigos, los cuales las visitaban cuando no estaba su padre.

En todos estos días no había recibido noticias de Darius, parecía que se lo hubiera tragado la tierra, varias veces había hablado con Leila y le había preguntado por él, pero seguía sin contestarle las llamada y los mensajes.

Así llegó el viernes, el jueves en la noche le habían dado el alta en el hospital, de donde quería escapar.

Como le había dicho su padre, él había hablado para que su inasistencia no le afectara demasiado, los profesores para cubrir sus faltas le dejaron varias tareas y proyecto que debía entregar al volver de las vacaciones lo que aliviaba mucho a Bella.

************
—¿En serio no te molesta que tu papá esté saliendo con otra mujer?— le preguntó Leila, después de la escuela Bella la fue a ver a la galería, y de allí salieron a hacer unas compras.

—No— contestó simple mientras caminaba a su lado por los pasillos.

—¿Y si es peor que las brujas actuales?— le preguntó.

—Nadie puede ser peor que esas brujas— contestó Bella.

—Si tu lo dices— contestó mientras continuaban con sus compras, hasta que Bella se detuvo en un pasillo.

—Se me han acabado, hace dos semanas, lo olvidaba— dijo distraída tomando un paquete de tampones, dejando a su amiga un poco pálida de repente— Leila, ¿qué pasa?— pregunto al ver a su amiga sin color de repente.

—Tengo un retraso— susurro.

—¿Segura?— pregunto Bella sorprendida.

—Si, nuestros ciclos van casi juntos, cuando tu periodo termina el mío empieza, recuerdas, nunca falla— le dijo.

—Ok, tranquila, no te alteres aún, mejor no te alteres si estas embarazada no te hace bien— dijo Bella tratando de que su amiga estuviera calmada— vamos a una farmacia y compras una prueba, ¿si?— su amiga solo asintió.

Así mismo lo hicieron luego de pagar lo comprado, fueron a una farmacia de camino al departamento y compraron tres pruebas para saber si estaba o no embarazada.

—Ya se cumplió el tiempo— le dijo Bella a su amiga.

—Mira tu, yo no tengo el valor de mirar— dijo mordiéndose las uñas.

Bella se levantó y caminó hacia donde había dejado las tres pruebas de embarazo, encontrando dos líneas en cada una.

—¿Y?— preguntó Leila desde su lugar aun.

—Estás embarazada….

Oveja NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora