Narrador externo.
Bella pasó la noche acompañando a Leila que parecía un manojo de nervios por la noticias, esa noche se supone que iba ir a cenar con Max, pero lo llamó para cancelar y Bella le envió un mensaje avisando que pasaría la noche con una amiga.
Cosas que Maximiliano no tuvo otra que aceptar por parte de ambas.
Al día siguiente fueron al hospital para hacer una prueba de sangre para estar totalmente segura del resultado y en efecto lo estaba, Leila tenía seis semanas de embarazo.
–Voy a ser tía– dijo Bella con alegría, aunque Leila seguía un poco en shock aún– ¿no te alegra tener un bebe?– le preguntó Bella al percatarse de su expresión.
–Si me pone muy feliz ser mamá– dijo dejando salir unas pequeñas lágrimas de alegría– pero ¿y si Max no lo está?– preguntó con temor.
–Es un imbécil– le dijo sentándose a su lado– eres alguien estupenda y si él no se queda con ustedes, yo si– contesto simple.
–Eres la mejor amiga– dijo abrazándola mientras lloraba.
Pasaron todo el día juntas planeando lo que harían en caso de que Max no tomara bien la noticia, también que la próxima semana hablaría con su família sobre la notícia y esperaba que ellos no sé lo tomaran del todo mal, ella era una mujer adulta de todos modos, no estaba buscando su aprobación solo les avisará la nueva situación.
Así pasó el día, Bella se fue a casa de su padre, para su suerte no había nadie en casa además de los empleados, así que fue directo a su habitación a ponerse hacer tareas, tenía una semana para hacerlas, pero en todo caso eran muchas.
*************–Max, ¿qué haces aquí?– preguntó Leila sorprendida. Estaba en su cocina comiendo helado tratando de pensar la mejor manera de decirle lo que pasaba.
–Vine a verte– dijo mientras se acercaba a ella, pero ella se separó evitandolo –¿qué pasa?– pregunto.
–Nada– contestó evasiva.
–Entonces ¿por qué me evitas?– presunto.
–No te estoy evitando– dijo mientras seguía alejándose de él mientras comía helado.
–Leila– dijo tomándola del brazo– si es por esta semana, te había avisado que estaba cuidando a hija, te lo compensaré. Me reine (mi reina) yo….
–No estoy molesta contigo por eso, no estoy molesta contigo– le aseguró.
–¿Entonces?, ¿qué pasa?– preguntó.
–Solo me he sentido un poco cansada, nada más– dice.
–Lo has estado mucho desde que volviste, ¿no habrás pescado un virus o algo?– le dijo.
–No creo, pero solo necesito un buen descanso y estaré como nueva– dijo con una sonrisa para hacerlo más creíble.
–Voy a extrañarte mucho– le dijo.
–Y yo a ti– dijo para después besarlo
–Je t´’'aime( te amo)– susurro sobre su boca, no era la primera vez que se lo decía, solo que Leila no lo entendía.
–¿Qué?– pregunto, pero Max solo sonrió y la volvió a besar.
Se despidió de ella y volvió a su casa, esperaba encontrar a Bella allá, debía comunicarle de un viaje que harían mañana, Katrina y Fedora ya lo sabían y estaban de compras para ello.
Al llegar fue directo a la habitación y en efecto ya estaba ahí mirando muy concentrada algo en él su portátil, se acercó curioso a ver que era.
–Malo, malos, pésimo, peor, cuando hice algo tan malo– se quejó Bella de sí misma mientras miraba trazos que había hecho, entre sus tareas estaba diseñar y hacer una maqueta para su clase de arquitectura.
– El número tres no está mal– le dijo su padre.
–Tienes un gusto muy malo para las casas entonces papá– dijo, se estaba acostumbrando a que su padre entrara en su habitación sin avisar– son horribles debo empezar de cero para entregar algo decente en la clase– se quejo.
–Decente sería quedarse muy corto cariño– le dijo– pero la razón por la que vengo es para avisarte para que hagas una maleta para mañana, nos vamos de viaje– le dijo.
–No, papá tengo mucha tarea, no puedo salir de viaje– dijo.
–Ya tengo todo listo, podrás hacer todas tus tareas muy tranquila allá y tu maqueta también– le dijo.
–¿Por qué no te la llevas a ellas?– se quejó.
–También irán, pero tú no te quedaras sola toda una semana, irás y no hay discusión– dijo firme.
–¿pe...si le paso algo a mi maqueta?– dijo preocupada.
–Nada le pasara vamos en avión privado, tu trabajo estará seguro– le aseguró su padre.
–Está bien– dijo rendida– ¿a qué hora nos vamos?– preguntó levantándose para ir a hacer la maleta.
–A las nueve, si quieres después de desayunar pasamos por el cementerio antes de irnos– propuso.
–Si, sería genial– dijo Bella feliz.
–Muy bien, entonces te dejo para que empaques– dijo para después salir de la habitación.
Bella se quedó organizando todo lo que se llevaría para el viaje, ropa, sus cuadernos, portátil, libros y los instrumentos para hacer su maqueta. Mientras ella hacía eso su padre preparaba unos últimos detalles con su amigo para que su hija no tenga ningún inconveniente para hacer su tarea.
Pasarían la semana en la hacienda de un viejo amigo, por lo que tenía confianza para pedirles esos favores. Al terminar la llamada recibió la llamada de su abogado para avisarle que los papeles del divorcio estaban listos.
Esa noticia lo puso muy feliz, al volver de ese viaje se volvería un hombre libre, libre para estar con la mujer que amaba.
Al día siguiente Bella se levantó temprano, comió algo ligero, cuando su padre bajó para desayunar ya había terminado, así que espero que él terminara para ir a dejar flores a la tumba de su madre. No tardó mucho ahí, en el camino al aeropuerto recibió una llamada de Leila.
–Hola– dijo al contestar.
–No te vayas, necesito apoyo moral– dijo Leila.
–¿Ya se lo dijiste?– preguntó mientras su padre conducía.
–No–
–Tienes que decirle– le dijo.
–Lo haré cuando cada uno vuelva de su viaje, pero primero dime qué significa esto– le pidió.
–Te escucho– dijo Bella.
–Ma reine– dijo con un pésimo acento, lo que hizo reír a Bella.
–Significa mi reina, ¿quien te dijo así?– pregunto curiosa.
–Max, me dice de muchas maneras pero en francés y no lo entiendo– se quejó.
–Bueno, tu eres la que quiere un novio francés– le dijo y escuchó a su amiga bufar– ¿otra cosa?– preguntó mientras su papá la miraba con curiosidad.
–Si, esto me lo dice casi todo el tiempo, es em...je...je...je t´aime– dijo.
–¿Te a dicho eso?– preguntó confundida.
–Sí, ¿qué significa?– preguntó Leila, mientras Bella y su padre llegaban a la zona donde tomarían el avión.
–No te voy a decir, te lo tiene que decir él, lo siento– le dijo mientras su padre estacionaba– debo colgar, te quiero y ya no te preocupes mucho por como se lo tomara– dijo para colgar antes de que su amiga hablara.
Bajo del auto con una sonrisa divertida mientras bajaban el equipaje, pero esa sonrisa de inmediato se borró cuando vio a Katrina y Darius besándose.
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Oveja Negra
RomanceDesde que ellas llegaron a mi familia mi vida se fue a la mierda, pusieron a mi padre en mi contra, contándoles mentira tras otra que supuesta mente hacía, no importo cuantas veces lo negara, lo desmintiera, siempre, toda y cada una de esas veces l...