Revicé mi reloj, «1: 38 am».
Hacía tiempo que Jev se había metido a la cama con Nora, estaban profunda mente dormidos. ¿Como lo se? Uno de los dos ronca, y muy fuerte.
Abrí lentamente la puerta, la habitación estaba completamente a obscuras. Sabía dónde estaba la puerta por memoria. Me guíe con la pared para llegar a ella lo hice lo más silencioso posible para no despertar a ninguno de los dos.
Salí, y por suerte había una lámpara encendida. Cerré la puerta con cuidado y me dirigí por mis cosas que se encontraban en uno de los sillones, tomé mi celular y las llaves del auto. En el sofá individual estaba una sudadera negra, de Jev. La tomé y me la puse, me llegaba bajo las rodillas y mis brazos se veían pequeños bajo las mangas.
Arriba de un pequeño baúl estaba una billetera, la tomé y cuándo la abrí me topé con una fotografía, de Nora. Mostraba una gran sonrisa que hacia marcar sus hoyuelos, los rayos de sol hacian que su cabello castaño se mostrara de un color rojo fuego.
Saque un par de billetes sólo por si los llegaba a necesitar.
Comencé a caminar hacia la salida dispuesta a tomar mi camino, hasta que una voz me detuvo.
-¿A dónde? - preguntó con una voz ronca por haber estado durmiendo. Me giré lentamente y me topé con sus ojos, más obscuros de lo normal.
-Necesito hacer unas cosas, Jev. No te preocupes, regresa a dormir - su ojos pasaron de mi rostro a la sudadera, juro que si alguna vez que me puse roja en mi vida, fue justo en este momento.
-No. No irás a ningún lado, te quedarás aquí - amenazó acercándose a mi.
-Jev, no se cuánto tiempo me tome todo lo que tengo que hacer y necesito hacerlo lo más pronto posible - le dije apenas en un susurro. Me observó por unos segundos, suspiró y cerró los ojos por un momento.
-Bien, iré contigo - se fue directo a su habitación, segundos después regresó con unos jeans obscuros, una playera de manga larga color gris, su cabello corto estaba despeinado y con su mano trató se
acomodarlo -. Vamos, iremos en tu auto, si vamos con el mío pueden reconocerlo. Digamos que no tengo una buena fama.
-Creí que tus problemas con los de arriba se habían terminado.
-¿Los de arriba? - preguntó riendo, tomando mi mano y cruzando la puerta, la cerró con llave y encendio una alarma - No es nada de los de arriba, Jeanne. Tengo problemas aquí abajo, suelo apostar.
-¿Apuestas? ¿A que te dedicas? - caminamos rumbo a mi auto, abrió fácilmente el candado y salimos de ahí. Cuándo llegamos a mi auto él ocupó el lugar del piloto.
-Las llaves - le entregué las llaves y encendió el motor -. Pool, a eso me dedico - río al pronunciar la última palabra.
-¿Me enseñarias a hacer, pool?
-Cuándo quieras - llevabamos diez minutos de camino, es realmente cómodo estar con Jev, Mamá desearía estar en mí lugar.
Íbamos en una calle ancha y rodeada de árboles. Estaba completamente a obscuras, sólo las luces del auto nos hacian distinguir el camino.
Me giré a ver a Jev y tenía una pequeña sonrisa en su rostro que de la nada desapareció, tomó el espejo retrovisor y enfocó su mirada en la parte trasera, sus ojos estaban alertas. Redujo la velocidad y no quitó sus ojos del retrovisor.
-¿Que pasa Jev?
-Alguien nos sigue - susurró, volvió su mirada al camino -. Me detendré detrás de esos arbustos.
Unos metros después aparcó tras un arbol grande y muchos arbustos, apagó las luces y se puso a vigilar. Yo hice lo mismo.
-Quedate aquí, bajaré a revisar - bajó del auto y me dejó ahí, sola. Desapareció por los arbustos. No quité mi vista de dónde cruzó. »¿Será que los del inframundo me encontraron? No puede ser, el collar lo llevo puesto«. Revicé mi cuello y de ahí colgaba el collar Solva.
Decidí bajar del auto e ir por dónde Jev, tal vez necesite de mi poca fuerza, todo ayuda.
Crucé los arbustos y vi a Jev de pié revisando la calle. Pisé una hoja seca que hizo que Jev rápidamente se girara hacia mi.
-¿Que haces? - me susurró con un tono molesto - Te dije que te quedaras en el auto, Jeanne.
Estaba a punto de responderle pero algo captó mi atención; Un hombre se acercaba lentamente detrás de Jev, sólo podía ver la silueta.
-Jev, detrás de ti - le dije en un susurro, pero fui demasiado lenta, ya que el hombre lo tomó del cuello y lo inclinó hacia abajo. Jev trató de zafarse pero aquél hombre era demasiado fuerte aún que por su físico no lo pareciera. Tomé una decisión que me tomó segundos. Corrí y salté a su espalda, mordi su nuca con todas las fuerzas que tenía haciendo que soltará a Jev.
Cuándo Jev se enderezó estaba a punto de golpearlo pero se detuvo.
-¡Noah! - le gritó.
-¡Quitame a ésta loca! - le gritó Noah, de vuelta. Jev se acercó, me tomó de la cintura y me bajó suavemente.
-¿Loca? ¡Tú atacaste a Jev! - lo apunté.
-Primero, no lo ataqué. Segundo, ¿Quien es Jev?
-Noah - le habló serio Jev - ¿Que haces aquí? ¿Tú nos seguías?
-Te vi unas calles atrás, imaginé que ibas a una fiesta de la cuál no me enteré, así que decidí seguirte - se encogió de hombros y sonrió, después me miró -. Tú nueva chica, ¿Eh?
-¿Mi nueva..? No. Ella es... - comenzó hablar Jev.
-Su hermana - le extendi la mano -. Jeanne. - tomó mi mano y depositó un beso en ella.
-¿Ella es tú hermana Patch? ¿De la que me..? - fue interrumpido por Jev.
-Cierra la boca Noah. Tenemos que irnos ya. - la voz de Jev se notaba igual de sería pero con un tono nervioso.
-¿Puedo ir? Anda, estaré callado, cómo si no estuviera. - Jev me miró por un momento y yo le asenti, la verdad no afectaba el que fuera o no.
-De acuerdo, pero en silencio. - lo amenazó Jev.
-Te lo prometo - Noah levantó su mano derecha -. ¿A dónde vamos?
-En silencio.
-Si, ya.-o-
Estábamos estacionados fuera un pequeño Museo de Portland: "Así en en cielo, como en el infierno".
Eran las 2:56 am, yo sólo estaba esperando la señal.
-... Y después, Hilary se acercó a mi y me besó, Patch, ¡Me besó! ¿Puedes creerlo? - Noah llevaba veinte minutos hablando sobre la fiesta del fin de semana pasado, a la que no fue Jev.
-Noah, sinceramente, eres atractivo y Hilary es una zorra hija de perra - le comentó Jev riendo.
-Por Dios Jev, te escuchaste cómo un gay celoso de Hilary - Noah estalló en una carcajada y Jev se me quedó viendo escondiendo una sonrisa. No duró mucho ya que ésta apareció en su rostro.
-¿Cuanto tiempo estaremos aquí? Muero de hambre.. - dijo Noah.
-Si, Jeanne, ¿Que hacemos aquí? - Jev me miró un momento. El reloj digital del auto marcó las 3:00 am, mi celular sonó.
-Estoy afuera - contesté.
-¿Con quien vienes?
-Jev viene conmigo, y Noah.
-¿Quién es Noah?
-Larga historia, ¿Dónde estás?
-Dentro del museo, sólo hay dos guardias y son distraídos.
-Voy para allá, ¿Dónde de encuentro?
-Por la puerta trasera, la de los empleados, te estaré esperando allí. Ven tú sola.
-De acuerdo, voy para allá.
Colgué la llamada y me quité el cinturón de seguridad, Jev comenzó hacer lo mismo.
-Iré yo sola, Jev. - se detuvo en seco y me miró.
-¿Que? Claro que no, iré contigo. Te puede pasar algo...
-Jev, vine sola del inframundo, puedo con esto - al parecer eso lo tranquilizó, ya que regresó a su asiento.
-Bien, ¿En cuanto tiempo regresas?
-Veinte minutos, es rápido.
-Si no regresas en treinta, iré con Noah por ti, ¿De acuerdo? - le Sonreí.
-De acuerdo.
Me bajé del auto y comencé a caminar, cubrí mi cabeza con la gorra de la sudadera de Jev, había cámaras de seguridad en el estacionamiento y si algo salía mál, mejor que no vieran mi rostro.
Llegué a la parte trasera de el museo, lo primero que vi fue a él, de pié fuera de la puerta que decía Solo personal autorizado.
El levantó la cara y al verme su cuerpo se relajó, corrí hacia él. Me tomó por la cintura y me abrazó elevandome un poco debido a la diferencia de estatura.
-Scott, me alegra tanto verte - mis ojos se cristalizaron, ver una cara familiar en ésta situación me alegraba.
-Jean - dijo sin soltarme -. Creeme que a mi también - me bajó lentamente sin soltar mi cintura -, tenemos que entrar, se hace tarde.
Nos dirigimos a la puerta y entramos, el lugar, por dentro no estaba totalmente obscuro. Había pequeños muebles con una lampara encendida cada tres metros, eran de mucha ayuda. Scott tomó mi mano y me dirigió a nuestro destino. Estaba al otro extremo de dónde nos encontrábamos. Era una habitación resguardada, en la puerta se leía: "Réplicas de cosas sagradas".
Scott abrió la puerta y entramos en silencio. Había muchos collares, piedras, libros, plumas, ropa.
-¿Segura que está aquí? - susurró Scott.
-Mamá dijo que algunas cosas de aquí son las originales, y que debía probar - Scott asintió y nos dirigimos a los estantes de collares.
Había demasiados, pero yo ya sabía cuál era el que necesitaba.
En la segunda fila noté el collar, »Es de un blanco sumamente precioso, Jean« Recordé las palabras de mi madre, y ahí estaba, el collar blanco sumamente precioso.
Abrí la puerta del estante y saqué el collar, me lo puse por el cuello y escondí debajo de la sudadera, cuándo bajé mis brazos mi codo chocó con la puerta de vidrio y está calló y su lugar de origen, el golpe fue tan fuerte y rápido que al caer se rompió e hizo u ruido realmente fuerte. Scott se quedó quieto y después se acercó a mi, me tomó entre sus brazos y me llevó al rincón de la habitación.
-Shh - tapó mi boca con su mano.
Segundos después escuché algo que me detuvo el corazón. Unos pasos acercandose.
-¿Quien está ahi? - gritó un hombre.
Estabamos pérdidos.N/A: Siento mucho tardar en actualizar :( Pero aquí está el capítulo 5 un poco largo:)
Les prometo que ya no tardaré tanto en subir, con mi corazón ♡
Voten, comenten, compartan.
♡Dedicado a: _RebelHeart, disfrutalo ♡