Capítulo 16.

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Saqué mi movil del bolsillo de mi pantalón y marqué su número. Atendió al tercer tono.
-¡Jean! - gritó emocionado por la bocina, algo bueno había pasado.
-Scott, ¡Hola! ¿Por qué tan feliz?
-¿Te importa si te mando una dirección por mensaje de texto y cuándo llegues te cuento? - aún sonaba muy contento.
-¡Claro! Mandala - corté la llamada.
Segundos después el texto llegó. Tomé las llaves del auto y salí de la casa. Jev había salido con Nora ya que mencionó algo sobre una fecha importante para ambos, al parecer su primer aniversario. Se les veía muy felices por eso. Realmente espero que esos dos sienten cabeza y tengan muchos hijos, podría ser tía. Si, lo deseo.
Tomé una sudadera y me la puse, el clima estaba nublado y con algo de frío. Al salir me llevé una gran sorpresa, hombres, hombres vistiendo uniformes sucios caminando de aquí para allá. Llevaban cascos de protección color naranja, cargaban largos pedazos de madera y muchos más materiales de construcción. Había tres hombres vestidos de traje con cascos blancos y lentes oscuros, los llamaban ingenieros al dirigirse a ellos.
Noté cómo un hombre a lo lejos, afroamericano, de gran tamaño, me vio. Frunció el entrecejo y después reaccionó.
-¡Oye! - gritó acercándose a mi - ¡No puedes estar aquí, es peligroso! - comencé a trotar hacía una salida que se encontraba a mi derecha, no corrí para no llamar la atención de más trabajadores.
Estaba a punto de llegar a la cerca* que tenía un gran agujero por dónde cruzar, cuándo unos brazos que tomaron mis hombros me lo impidieron.
-¿A dónde, niña? - habló con voz firme un hombre de traje.
-Lo siento, yo... - observé sus ojos, eran color miel. Comenzaron a cambiar a rojo poco a poco. Su casco desapareció y el traje fue reemplazado por unos vaqueros negros y una camiseta de lana azul marino. Ya no tenía el rostro de un hombre mayor, ahora era un chico aproximadamente de la edad de Dave. Sus ojos no dejaban de mirarme, cómo si no supiera que descubrí que no es humano.
-Responde - repitió algo molesto.
-Yo.. Sólo estaba bromeado, unos amigos me retaron a entrar - hablé lo más normal que pude para que no sospechara.
-Sal de aquí ahora, es peligroso.
-Claro - acomodé mi sudadera de la parte de mi cuello ya que me estaba provocando comezón. El hombre, o bueno, lo que sea, se quedó mirando un segundo a mi cuello, bajé la vista y noté la correa del collar Solva, lo había olvidado por completo. Es por eso que descubrí quién es realmente éste chico, es el collar de la verdad.
-¿Que es eso? - señaló el collar. Si mentía se daría cuenta.
-Oh, ¿Esto? - lo saqué, mostrándole la hermosa piedra blanca - Se le llama collar Solva - me miró interrogante.
-¿Tú...?
-¡Soy fanática de éstas historias! - salté como niña pequeña - Conozco todo sobre ángeles caídos, ángeles custodios, los del inframundo, los arcángeles, los...
-Entendí, gracias - su rostro se notó molesto, y al mismo tiempo relajado.
-Bien, me voy - caminé lentamente hacia la salida para que no pareciera que estaba huyendo.
-Se que eres tú, Jean - me detuve en seco -. Entregame ese collar, ahora. - respiré hondo y comencé a caminar de nuevo - ¡Tú madre lo necesita!
-¿Qué? - me giré hacía él - ¿Que has dicho?
-Tú madre necesita ese collar, ¿No? Por eso es que te mandó aquí, no entiendo por que aún no se lo entregas.
-Mi madre está muerta, la asesinaron.
-¿Qué? ¿Quien te dijo eso? Ella no está muerta.
-¿Como.. dices? - mi corazón comenzó a later rápido, sabía que lo que decía era verdad ya que traía el collar y no pasó nada - A mi me dijeron que ella...
-¿Sabes? No soy una buena persona, pero tampoco soy mala - le creí - El que esté aquí no tiene nada que ver con el collar, ni tu madre. Pero te diré una cosa, soy la persona más sincera que puedas conocer, odio las mentiras y no permitiré mentirle a las personas - se acercó un poco más a mi -. Tú mamá, no está muerta, ella fingió su muerte.
-¿Qué? Pero.. ¿Por qué?
-Dímelo tú, por un momento creí que tú me responderias esa pregunta, quiero saberlo tanto cómo tú - mi movil comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo tomé y pude leer: "S.P".
Había olvidado por completo a Scott. Con mi dedo índice le indiqué al chico que esperara un segundo. Respondí a la llamada.
-¿Si? - traté de sonar calmada.
-¡Jean! ¿Que pasó? Ya deberías estar aquí.
-Scott, lo siento, se me presentó un pequeño problema, en cuanto pueda llego, ¿De acuerdo? No tardaré mucho.
-De acuerdo - le susurré un corto "gracias" -. ¿Jean? ¿Está todo bien?
-No. Al llegar te cuento, ahora tengo que cortar.
Corté la llamada. Noté cómo el chico de traje me mirada con el ceño fruncido.
-¿Que sucede? - le pregunté.
-¿Scott Parnell? El de la llamada - señaló el movil.
-Oh, si, era él. ¿Lo conoces?
-He escuchado mucho de él, ¿Sabes?
-Si, ha hecho muchas cosas...
-¡No! - sonrió de lado - Me refiero a que he escuchado de él gracias a mi hermana, está enamorada de ese chico.
-¿De verdad? - le pregunté sorprendida - Vaya, qur noticia. Pero oye, volviendo al tema de mi madre, ¿Como sabes que está viva?, ¿Como sabes mi nombre?
-¿Podemos ir a otro lugar? Es muy incómodo aquí - asentí levemente. Comenzamos a caminar hacia la salida, cruzamos a los hombres que caminaban de aquí para allá con materiales de construcción.
Llegamos a un auto color negro, un mustang último modelo con vidrios polarizados. Abrió la pierta del copiloto para mi y esperó a que estuviera dentro para cerrarla. Cuándo entró al auto tras el volante ya no llevaba puesto el traje negro y ya no tenía la apariencia de un hombre, tosoqlo contrario, su cabello era color negro, liso, lo llevaba algo largo, no por gusto, sólo se notaba que no había tenido tiempo de cortarlo, al igual que su barba, se comenzaban a notar vellos negros sobresaliendo. Sus ojos eran color verdes, un verde demasiado fuerte muy distindos a los ojos verdes comunes.
Tomó fuerte el volante y emprendió camino hacia un destino. Sabía que esto podría tardar un poco así que decidí mandar un mensaje a Scott.
»Para: S.P.
S. No podré llegar, lo siento. Estoy en un asunto muy importante. No digo que tú no seas importante, me encantaria saber que te tiene tan feliz, pero de verdad necesito hacer esto. Te cuento cuándo te vea. Suerte, amigo :).«
Fijé mi vista en el camino, había llegado rápido a una carretera, a los lados había árboles, tomó el camino corto para salir de la ciudad. El cielo comenzó a nublarse y no tardó en que calleran unas ligeras gotas de agua. Me fijé en el chico, su vista fija en el camino.
-¿Cúal es tú nombre? - le pregunté. Se giró hacía mi por un segundo para regresar rápido la mirada al camino.
-Wesley. Lo había olvidado, lo siento.
-Wesley - repetí -. Te queda, si.
Asintió con una pequeña sonrisa. No me había dado cuenta que habíamos entrado a un camino rocoso, adentrándonos al interior del bosque. Había poca luz, debido al cielo nublado y a los enormes pinos que cubrian el cielo.
Sentí como mi bolsillo comenzó a vibrar. Lo tomé y se trataba de un mensaje de texto de Scott.
»De: S.P.
No te preocupes, esta bien. Confio en que todo está bien contigo, no te metas en problemas. Dime dónde estás por si algo malo llega a pasar. Suerte tú.«
Teclee rápido un: En el bosque fuera de la ciudad, diez kilómetros al norte hay una brecha angosta.
Al presionar "Enviar", lo marcó cómo error, noté que dónde nos econtrabamos no había señal y no podía comunicarme.
Wesley frenó el coche, a mi derecha había una vieja cabaña, humo salía de la chimenea y se veía cómo una mujer andaba en el interior, sólo veía su silueta. No me di cuenta cuando Wesley había bajado del auto, ya se encontraba abriendo mi puerta.
-Llegamos, puedes bajar - dijo conna penas una sonrisa. Cómo ordenó él, bajé del auto y seguido de él caminamos hacia la cabaña, la madera estaba humeda debido a la lluvia. Wesley abrió la puerta y me invitó a pasar. El interior se veía realmente acogedor, contaba con un sofá color marrón de tres piezas junto enla entrada, en el lado izquierdo se encontraba una pequeña cocina económica. Por el ladp derecho había dos puertas, lo que debía ser el baño y una habitación. De una de las puertas que vino siendo la habitación salió una chica, vestía un holgado pantalón de lana color negro que tal vez pertenece a Wesley, una polera roja igual, de hombre, su cabello estaba suelto, lasio y castaño claro, lo llevaba algo despeinado. Sus ojos era color miel claro, entrandole al verde. Era alta y delgada.
-¡Wesley! - regañó la chica -. De haber sabido que traerias visita me hubiera puesto mis mejores prendas, me siento incomoda - sus mejillas se tornaron más rosadas que lo que ya las tenía. Se acercó a mi limpiando sus manos en sus pantalones para después extender la derecha en mi dirección.
-¡Hola, soy Carolina! - dijo con mucho entusiasmo, estreché su mano y le sonreí.
-Jeanne - dije.
-¡Me alegra tanto conocerte! - tenía una enorme sonrisa - ¡Es genial al fin conocer a una novia tuya, Wes! - Espera, ¿Que ha dicho?
-No es mi novia, Carolina - corrigió Wesley a mis espaldas.
-Yo creía que tú eras su novia - le dije, comenzó a reír.
-¡Pff! Es mi hermano, así que tienes el camino libre - golpeó mi hombro levemente.
-Carolina - amenazó Wesley -, no la molestes, por favor. Jean vino para aclarar algunas dudas.
-Oh - su rostro mostró tristeza pero en menos de un segundo regresó a la normalidad.
-Su nombre completo es Jeanne Cipriano, Carolina. ¿Te suena?
-¡Tiene que ser una broma! - saltó emocionada acercándose a mi -. ¿Conoces a Scott, me supongo?
-Supones bien, si. Es mi mejor amigo.
-¡Lo amo completamente!
-Carolina, ¡Por favor, no empieces! - le gritó Wesley desesperado.
-Osh, aguafiestas - murmuró hacia mi.
-Jean, toma asiento, creo que hay que charlar - Wesley estaba sentado en un extremo del sofá, yo tomé el contrario, Carolina se sentó en el suelo frente a nosotros.
-¡Oh, que tonta! Hice cupcakes de chocolate, ¿Gustas? - se dirigió a mi.
-Estoy bien, gra... - se levantó de golpe.
-¡Iré por ellos! - caminó a la cocina sonriendo como niña pequeña -. Puedo hacer chocolate caliente, comienza hacer frío, ¡Si! - se dijo a ella misma.
-Es muy... -comencé hablarle a Wesley sin dejar de ver a Carolina que daba vueltas por la cocina.
-¿Extrovertida?, ¿Alegre?, ¿Gritona? Ya lo sabía - reí -. Bien, puedes comenzar con tu cuestionario.
-Si. ¿Como sabes que mi madre no está muerta?
-Mi padre me lo dijo, por eso es que Carolina y yo estamos aquí, nos protegemos de los del inframundo.
-Una amiga mía me dijo que ella estaba muerta, ¿Por qué mentiría?
-No lo hizo. Todos creímos eso, hasta que mi padre escuchó que fingieron su muerte, tal vez la piensen usar para algo. Por eso estamos aquí, por que si hicieron eso es por que piensan hacer algo grande.
-No lo entiendo...
-¡Traje los cupcakes! - Carolina llegó con tres cupcakes grandes cubiertos de glaseado color azul, junto con tres tazas de chocolate caliente, llevaba todo en un gran recipiente -. Disfrutenlos.
Nos entregó a los dos nuestro cupcake y una taza, traté de sonreirle.
-¿Ya le dijiste lo de su madre, Wes?
-Si.
-Yo creo que ella tiene que ver en todo esto, insisto - comentó Carolina ocupando de nuevo su lugar en el suelo.
-Carolina, no, aún no - la detuvo Wesley.
-¿Por qué no, Wes? Si la trajiste aquí es para resolver todo esto, ¿No?
-¿De que hablan? - les pregunté -.¿Creen que mi madre está detrás de todo esto?
-No, no lo creemos - habló Carolina.
-Lo sabemos - confirmó Wasley. Yo no sabía que pensar, no sabía en que creer, el collar aún no negaba nada.

Éste cap, va dedicado especialmente para: @carogaroli
ya sabes por qué :)

¿FINAL? (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora