Nora PDV.
Me tocó abrir la puerta ya que me encontraba más cerca y no me molestaba. No esperábamos visitas o al menos Patch y yo no la hacíamos, Jean tenía amistades y tenía el derecho de invitarlos.
Abrí la puerta rápido y me quedé paralizada al ver a la persona que se encontraba al otro lado. Llevaba puesto unos jeans negros y una camiseta color roja, su cabello castaño claro estaba desaliñado, se veía muy relajado. Tenía su vista clavada en su celular. Las lágrimas inundaron mis ojos y no tardaron en salir, podía sentir a Patch y a Jean detrás de mi con su vista en mi nosotros. Scott sonrió en dirección a su celular y después habló:
-Deberías ver esto, Charly es increíble, ¿Recuerdas a Charly? - levantó su vista hacía mí al mismo tiempo que me mostraba la pantalla de su móvil. Dónde pude leer:
"Hermano, me acosté con una chica que tiene una gemela y creo que después me acosté con la otra haha x".
Sus ojos se clavaron a los míos y se llenó de sorpresa, se le notaba muy sorprendido, asustado, apenado, pero no noté ni un poco de felicidad y eso me puso mal.
Noté como tragó duro y fijó su mirada detrás de mí para después entrar sin siquiera dirigirme la palabra ¿Que pasa? Finge su muerte ¿Después regresa y no me habla?
-Jean, te eché de menos - se acercó a Jean y le dio un rápido abrazo. Pude ver como Jean y Patch se le quedaron mirando extraño tal vez sorprendidos igual de su reacción.
-¿Scott? - alcancé a decir en apenas un susurro. Noté como su espalda de tensó para después girar lentamente hacía mí. De nuevo fijó su mirada en mí y ahora pude notar dolor dolor en su mirada. Me acerqué lentamente hacía él hasta quedar a centímetros, aún lo veía directo a los ojos, mis lágrimas salían y salían sin parar ni por un segundo. Toqué suavemente su brazo para verificar sí era real, si realmente Scott estaba de píe frente a mí.
Sus ojos se cristalizaron por una milésima de segundo para después transformarse en un tipo rudo y fuerte.
-Hola Nora - me dijo esbozando una pequeña sonrisa de lado.
-¡Scott! - salté a él emocionada abrazándolo fuertemente. Al principio él fue lento en devolver el abrazo pero después se relajó y me abrazó. ¡Por Dios! Los abrazos de Scott son el número dos en mis favoritos. Si, en primer lugar están los de Patch.
Pude ver a espaldas de Scott cómo Patch llevaba el brazo por el hombro de Jean y los dos nos miraban con una gran sonrisa en su cara. Jean me guiñó un ojo y después lo recordé. Me separé rápido de Scott sin soltarlo de los hombros.
-¿Conoces a Jean? - le pregunté rápido.
-Si, al día siguiente de... Lo que pasó fue que la conocí - me sonrió feliz.
-Estás vivo - dije en un susurro más para mí que para él -. ¿Como? ¿Por qué? ¡Dimee! - le grité golpeando su brazo -. Me debes muchas respuestas.
-Claro que sí, ¿Quieres sentarte? - señaló el sofá. Patch propuso que sería mejor hablar en su habitación ya que no había mucho espacio en la sala de estar.
Tomé lugar en el sofá individual que estaba en una esquina. Scott, Patch y Jean se sentaron en la orilla de la cama. Los tres no me quitaban la mirada de encima, me sentía como si hubiera hecho algo malo.
-¡Vamos! Habla, por favor - animé a Scott.
-Bien, si no es hoy, nunca - dijo.
-Es: "Ahora o nunca", idiota - soltó Jean de mala gana. Rompimos en una carcajada los cuatro.
-Ahora o nunca, gracias Jean, te adoro - dijo con sarcasmo -. Hay que hacer esto.
Nora, ¿Recuerdas el día que... "Morí"?
-Como si hubiera sido ayer - le contesté asintiendo.
-La verdad es que sí morí, morí de verdad, no fue mentira, ese idiota que ni siquiera logro recordar su nombre, sí me asesinó - asentí levemente -. Lo que recuerdo después es estar en una habitación blanca, vestido igual, de blanco. Por un momento creí que me encontraba en el cielo pero lo descarte al instante, era ilógico.
A penas y me senté en la cama cuándo una mujer entró por la puerta, llevaba un vestido ajustado color negro y el cabello era un negro que jamás había visto, cómo color carbón combinado con el color de la galaxia. Sus labios eran rojo opaco, era una mujer muy hermosa y sumamente joven.
Llevaba una carpeta gris en su mano con un nombre escrito al frente: "Scott Parnell", por si no lo recordaban - bromeó -. Se me quedó mirando unos dos segundos y después se acercó a mí tomando mi brazo, dejó la carpeta en la orilla de la cama y dentro de la misma sacó una jeringa demasiado gruesa, el contenido era azul brillante, lo inyecto justo aquí - señaló su doblez del codo, justo en donde se encontraban las venas, había una marca, un círculo color negro con una "A" en el medio -. Me dijo que era mi marca personal, mencionó algo de un localizador que sólo sería activado si cometía algo malo como huir. Me preguntó si recordaba mí nombre y le respondí que sí, pero sólo eso, solo podía recordar mi nombre. Ella me dijo el suyo.
Apuntó la carpeta y me dijo que ese era mi nombre, le creí.
"-¿Que pasó? - le pregunté - ¿Donde estoy?
-Pasó que te rescatamos - me respondió calmada -, moriste Scott, y nosotros te tomamos antes de que los de allá arriba se llevaran tú alma y "Descansaras en paz". No podíamos permitir eso.
*Después de que me dijo eso - continuó Scott -, todo lo que había ocurrido, toda mi vida se vino a mi mente rápidamente, recordaba todo, como ella me había dicho que después de la inyección ocurriría.
Le pregunté que porqué me rescataron.
-Por qué eres muy valioso Scott - me respondió -. Pero tú aún no lo sabes.
-¿Podré regresar a casa? - le pregunté ignorando su pregunta.
-No Scott, todo el mundo cree que moriste, llevas aquí dos meses, ya tuviste funeral y todo, no eras muy popular, máximo unas diez personas. - me sonrió y comenzó a caminar hacía la salida, hizo una expresión de haber recordado algo y se volvió hacía mí - ¡Por cierto! Nadie puede saber de tu existencia, como dije, estás muerto para todo el mundo. Por último, te quiero a las cinco horas de mañana en la sala de entrenamiento, en punto.
Salió de la habitación y seguido de ella entró otra chica, más joven, vestía un vestido azul marino muy elegante, y sí, se trataba de la mismísima Jean - señaló a Jean con una sonrisa divertida.
-La mujer era Melissa ¿Cierto? - le preguntó Jean -. Ella me agradaba, muy linda.
-Em, no, no era Melissa - le respondió sorprendido -. Su nombre era Alyne, tú...
-Mi madre - término Jean -. ¿Pero como? Melissa era quien siempre recibía a los nuevos, esa vez la saludé cuándo salió de tú habitación. Me ordenó el darte la ropa para asistir a la cena, era Melissa, lo juro.
-No Jean, era tu madre, nunca te lo comenté por que creí que ya lo sabías.
¿Por que te diría mentiras?
-No entendió - hablé yo -, ¿Por que veían a diferentes personas?
-Jeanne - habló por primera vez Patch -. Esa tal... Melissa, ¿Que papel tenía en el inframundo? O bueno tiene, no se.
-Ella es... - se quedó pensativa unos segundos, después sus ojos se cristalizaron - La líder, es la mujer más poderosa, ¡Por Dios! - gritó furiosa -. ¡Todos lo sabían menos yo! ¡Soy una estúpida!
-Tiene que ser una maldita broma - se metió Scott -, ¿Tú mamá es Melissa?
Yo sí conocí a Melissa, todos los días la veía, también me engañó a mí.
-¿Por qué lo haría? - le pregunté curiosa.
-Por que se hizo mi amigo íntimo, si él lo sabía es obvio que me lo diría, así que también lo engañó. Ella no me quiere - dijo en voz baja, sus lágrimas cesaron y su mirada se llenó de ira -. ¡Cielos, cómo la odio!
-¿Por qué no te lo dijo? ¿Para que mentirte? ¿Por qué fingió su muerte? Y ¿Para que quiere ese collar? - les pregunté.
-Una pregunta más importante - habló Jean -. ¿Por qué te desterraron por ayudar a mamá? A ella le agradas, ¿Para que tenerte lejos? ¿Por qué aquí?
-Por qué sabía que haría equipo con nosotros - respondió Patch tranquilo -. Ella aún confía en ti, no sabe que la descubrimos, por eso no permitió que murieras, tú eres su favorito desde antes de que la conocieras, te usará para algo Scott, estoy seguro.
-¿Ella no sabe que la descubrimos? - les pregunté con un poco de emoción.
-Claro que no - respondió Patch.
-Pero... ¿Lo que me pasó? La alucinación de ustedes en la cocina...
-Si, tal vez ella lo hizo, pero en ningún momento la viste.
-O tal vez no fue ella - hablé -. Tal vez alguien que quiere decirte sobre tú madre, pero tiene miedo a decírtelo directamente.
-Dave - dijeron Scott y Jean al mismo tiempo. Jean tomó rápido su teléfono y marcó un número. Esperó un momento.
-¿Dave? - dijo -. Soy Jean, ¿Podríamos vernos?... Si, de acuerdo... Nos vemos, avisa a Sam.
-¿Que dijo? - preguntó Patch.
-¿No tienen hambre? Nos esperará en "Joe's". Al parecer hacen unas buenas hamburguesas.
Respondimos que si. Scott se fue con Jean en su auto y yo, bueno, con Patch.
Estaba a punto de encender el auto cuándo mi móvil sonó, era Vee.
-¡Bebé! - gritó emocionada del otro lado.
-¡Vee! Que gusto, ¿Como estás?
-Estoy con una falda color negra ajustada y una blusa amarilla y sandalias - bromeó -. Estoy bien, ¿Y tú? -De maravilla - Patch emprendió el viaje a Joe's -. Me alegra que llamarás, de verdad.
-A mi igual, te tengo dos sorpresas, ¿Quieres saber?
-¡Claro, claro!
-De acuerdo. Número uno: - pausa dramática - ¡Estoy en Coldwater! - me quedé pasmada, claro que estaba feliz de que Vee estuviera de visita pero al mismo tiempo aterrada, teníamos muchos problemas y no podía meterla en esto.
-Vee... Me alegra mucho, tengo tantas ganas de verte en serio, ¿Donde éstas?
-Estoy en casa de mamá, llegué hace unos treinta minutos ¿No es genial?
-Más que genial Vee. Y dime, ¿Cual es la otra sorpresa?
-Tranquila querida, esa te la diré cuándo te vea, ¿Estas ocupada?
-Me iba a juntar con unos amigos de Patch pero quiero verte, ¿Voy a tu casa? - Patch se giró hacia mí confundido, le susurré un: "Vee está aquí". Asintió.
-Por supuesto, te veo aquí. Saluda a Patch de mi parte.
-Claro, nos vemos, te quiero - me respondió un: "¡Yo mas bebé!".
Recordé a Scott, recordé que sería genial que se encontraran, pero aún que lo hicieran nada cambiaría, Vee está felizmente casada y vive un cuento de hadas, y Scott prácticamente está muerto para todo el mundo. No se ni por que pienso esto.
-¿A casa de Vee? - preguntó Patch tomando otra dirección.
-A casa de Vee.
N/A: ¿Me podrían decir el nombre del tipo con el que se casó Vee? y también a dónde se fue a vivir, gracias
