A la mañana siguiente Elliot me llevó al centro de la ciudad. Cuándo estaba a punto de marcharme, él me detuvo.
-Jean, tengo información que tal vez te sirva. Conocí a una chica que era muy apegada a Patch, tal vez ella te pueda ayudar a encontrarlo.
-¿De verdad? ¿Podrias... Pasarme sus datos?
-Claro, espera - tomó un pedazo de papel que estaba en el auto y anotó algo -. Ésta es la dirección de dónde ella vive, espero y siga ahí. Su nombre es Nora, Nora Grey.
-Muchas gracias Elliot, de verdad, gracias por todo.
-No hay problema, me gusta ayudar.
-Adiós.
Me fui de ahí prácticamente corriendo, necesitaba encontrar a esa tal Nora. Recorrí algunas calles y me di cuenta que era inútil seguir caminando, no conocía las calles. A lo lejos divisé un taxi y con mi mano le indiqué la parada. Me subí y le pasé el papel al conductor.
-Lo más rápido posible, por favor.
-Haré lo que pueda señorita.
No tardó mucho en llegar al destino, yo no sabía que era ahí hasta que el hombre dijo "su parada"
Le entregué unos cuántos billetes, y caminé a la casa.
-Disculpe, señorita, su cambio.
-Esta bien, para usted.
-Vaya, gracias.
Me quedé de pie por un momento observando el lugar, era un casa grande y con un aspecto antiguo, muy retirado de la ciudad.
Llegué al pórtico de la casa y toqué la puerta. Rogando qué Nora o algún familiar atendiera.
La puerta se abrió y atrás de ella apareció una mujer, se le notaba que habia estado dormida.
-¿Si? - dijo con la voz algo débil.
-Busco a.. - Verifiqué el nombre en el papel - Nora Grey.
-No se encuentra, ¿Quien la busca, perdón?
-Sabe dónde la puedo encontrar, necesito hablar con ella. - le Sonreí.
-Salió con su novio, fueron al juego de béisbol, ahí están, sólo que dudo que los encuentres rápido.
-Muchas gracias señora Grey.
-Por nada - alcancé a escuchar de su parte, yo ya había salido de ahí. Corrí tan rápido, cómo nunca lo había hecho, éste lugar estaba retirado de la ciudad y para rematar, no sabía dónde era el juego de béisbol.
Al estar en el centro de la ciudad, entré a un local, una floreria.
-Buenas tardes, ¿En que pudo ayudarte? - se me acercó una chica con un vestido rosa, y su cabello perfectamente peinado.
-¿Sabes dónde es el juego de béisbol?
-¿En.. El estadio?
-Si, si,si, pero ¿donde está el estadio? Soy nueva en la ciudad y necesito encontrar a un amigo.
-Claro, mira, saliendo de aqui, gira a la derecha, tres calles siguientes y después a la izquierda, rápido reconoceras el lugar.
-¡Muchas gracias!
Salí de ahí y seguí las indicaciónes que me dio la chica
Gira a la derecha, tres calles siguientes a la izquierda. ¡Listo! Ahí está el famoso estadio. Me acerqué a un hombre joven que se encontraba detras de una vitrina, tenía un letrero que decia "Entradas".
-Una, por favor. Rapido. - El chico me entregó la entrada y yo salí corriendo de ahi, entrando al estadio.
Tu instinto te guiará, lo reconocerás. Recordé las palabras de mi madre. Así que emprendí mi búsqueda, rogando que todo saliera bien.La gente estaba de pié, saltaban y gritaban, algunas tenían trompetas, otros tambores. Muchos tenías vasos de cerveza en sus manos derramándola cuándo celebraban.
Busqué fila por fila, subía y baja escalones. Caminé entre los pasillos, y nada.
Tal vez se marcharon.Estaba a punto de irme cuándo en la penúltima fila que se encontraba arriba vi el perfil de un chico, llevaba una camisa blanca y vaqueros color negro. Lo acompañaba una chica castaña.
Es el Jean, ve con él.Subí las escaleras rápido.
Él se encontraba de espaldas a mi, charlaba con la chica y reían. Rocé su brazo con mi mano.
El no puede sentir. Si no voltea, es él.Volteó rápido ante el tacto y clavó sus ojos en mi.
-¿Si? - musitó.
-Lo.. Lo siento, creí que eras otra persona. Lo siento.
-No hay problema. - me sonrió y enfocó de nuevo su mirada en la chica.
Estaba caminado de regreso hasta que algo me alertó.
-¡Patch! No hagas eso, por dios.- la voz de una chica riéndose, la que lo acompañaba me confirmó qué él era Jev.
»¿Jev?«
Jev se puso rígido y se giró rápidamente, yo me encontraba con mi mirada enfocada en él. Sus ojos me evaluaron unos segundos y después se acercó a mi, después de a verle dicho a la chica, Nora, un: Ahora vuelvo.
-¿Por que puedes sentir? - dije cuándo ya se encontraba lo suficientemente cerca como para escucharme.
-¿Quien eres tú? - preguntó con sus ojos oscuros clavados en mi.
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