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Pov. Bella

Londres, Milán, Crawley, Bristol, ¿Qué otros lugares me llevarás,  Athena? ¿La luna? O ¿Harás que arda lo suficiente como para opacar el sol?

Tenía mucha curiosidad de como era su departamento, que estilo tiene, si es ordenada o un completo desastre. Con alegría y tranquilidad, puedo decir que es una persona bastante ordenada y pulcra, es algo de ella que ahora conozco y me gusta.

-Bien, este es mi armario.--Athena abrió una puerta corrediza de piso a techo que nos daba paso a su armario y baño personal a la vez, era maravilloso, todo lo tenía perfectamente clasificado, tenía muchos abrigos, en su mayoría eran finos, sus vestidos eran tan elegantes y algunos tan deslumbrantes que recuerdo la primera vez que la vi. Sus vestidos estaban colocados en maniquíes que tenían la forma del hermoso cuerpo de Athena, a pesar de estar recién empezando su vida laboral, ha tenido mucho éxito.

-Wow.--sorprendida entré inmediatamente husmeando el lugar. -- Necesito algo así en mi casa.

Ella me dejó sola y al parecer no tenía problemas con eso. No podía dejar de abrir cajones. Además estaban etiquetados, es decir, sólo abría los que debía. Tenía mucha ropa del mismo estilo, y no es que sea malo, sólo me costó encontrar uno parecido al mío.

Después de habernos arreglado, recogimos al mánager de Athena, al principio creí que sería amargado, por la forma en que habló esta mañana con Athena, pero ahora que lo conozco mejor, es muy genial es solo que el carácter de Athena es complicado y la tiene que tratar con rigidez, a pesar de que no parezca es algo perezosa y muy pocas veces tiene ánimos para el trabajo, según lo que escuché.

En el tráfico, me comentó sobre su ex, me dijo que se iba a quedar en su casa un tiempo... Sé que debo confiar en ella, y lo hago, pero no conozco a esa tipa, quizá la pueda manipular y así, no me siento cómoda del todo, pero algo que me pone más tranquila es que me lo haya contado, al menos no me esconde eso. Cualquiera lo hubiera hecho.

Durante el recorrido, Andrew me preguntó si estaba soltera o si estaba junto a alguien. Entonces, Athena automáticamente cambió de tema. Lo cual me hizo sentir algo incómoda. Debe ser porque no quiere que Andrew sepa lo nuestro. De todas maneras pude decir que sí pero no con quién. 

-¿Qué sucede?--Athena preguntó con un tono de seriedad.

-Nada...-intenté cambiar el tema, pero ella siguió insistiendo.

-¿Es por lo de mi ex? Estás molesta por eso... ¿Cierto? --¿Molesta? No lo creo. Insegura es la palabra correcta.

Cuando estuvimos en Crawley, ella me preguntó...

-¿Qué soy para ti, Athena? --esta pregunta es muy inteligente y lo aprendí de ella.

En el momento que me lo preguntó me puse muy nerviosa y estaba casi indecisa con mi respuesta, pero decidí ir con todo, quería que confiara en mi.

Hablando del tema, aún se me hace complicado aceptarme en un relación con una chica, pero no lo he visto como si nunca más pasaría, sólo no me llamaba la suficiente atención. Tampoco conocía a Athena.

Tengo que dejar en claro, muchos chicos y chicas, anteriormente internaron conquistarme, pero algo en ellos no me cuadraba, es como si les faltara algo parecido a una esencia.

No sé explicarlo bien, pero cada uno tenía ciertas cosas que no me lograban convencer. No sé si es porque anteriormente sabía que les gustaba o simplemente había algo en ellos que no me convencía.

Pensarán que mis sentimientos empezaron cuando me besó en Milán o la vez que dijo que debería volver a actuar, pero lo cierto es que cuando fui a su restaurante y la vi esperándome con una sonrisa como si me hubiese conocido desde hace mucho tiempo causó en mi una sensación de tranquilidad, confianza y seguridad.

Las luces de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora