Las luces de Londres

25

Pov. Bella

El mejor momento de nuestras vidas está por terminar, el final está más cerca de lo que me esperaba. ¿Esto es un recordatorio de que debo dejar de pensar en tonterías y centrarme más en mi éxito personal? O quizá que debo encontrar un equilibrio en mi vida.

Llegué casi a tiempo, digo casi porque vi como Athena se marchaba después de discutir con Lorraine. ¿Por qué está aquí? ¿Qué le pasa? ¿No tiene dignidad?

Noté las lágrimas en ella que secó rápidamente, al girar notó mi presencia. ¿Esto es bueno?La verdad me preocupa el que esté sola en la calle, está muy embarazada como para salir sin compañía. 

Pronto vi como se alejaba en la dirección contraria a la mía. No sé que sucedió en esa discusión o porqué ella quería ver a Athena, pero Lorraine se notaba muy triste, impotente, frustrada. Al menos sé que no la está pasando tan bien como creía.

No le guardo rencor, pero claramente no me agrada como persona. El meterte con alguien que sabes que está en una relación sólo para confundirle es un acto egoísta e irrespetuoso. El simple hecho que se haya atrevido a acercarse a Athena por primera vez, me hizo sentir incómoda, preocupada, insegura. Aún así, creí y confié ciegamente en Athena, ya que me había demostrado ciertos principios y valores que tomé mucho en cuenta durante el tiempo que descubría mis verdaderos sentimientos. 

Quizá huir de la situación no fue mi mejor decisión. Quizá no haberle respondido cuando me dijo todas esas cosas fue un error, pero no sabía que decir, es más no es como si su explicación pudiera sacarme la imagen de ellas dos besándose en mi cabeza. 

¿Habrá pensado en ella mientras estaba conmigo? O ¿Me utilizó de reemplazo?

Quizá lo que me dijo esa noche fue para no perderme, pero lo sentí tan sincero. Tengo nervios de lo que pueda hacer esta noche, no puedo mirarla aún, a lo lejos me escondía mientras caminaba entre la multitud y saludando a la gente mientras agradecía sus felicitaciones. Escuchaba su voz, y se me erizaba la piel, ella se veía feliz, pero su sonrisa no era la misma que vi cuando la conocí en aquella premiación.

Su presencia hacía que hasta los insectos la admiraran. Cada vez que llega a un lugar, llama la atención de todos e ilumina los ojos de todos a su paso. Su sonrisa causa mariposas en todos, como si fuera una diosa... o por lo menos eso sentía cada vez que la veía llegar.

Mientras recitaba su discurso, su mirada nunca era fija, miraba a los alrededores, buscando algo o alguien. ¿Me estará buscando? Seguía haciéndolo, deja de buscarme, no estoy donde crees que estoy... Concéntrate. Hoy es tu noche, Athena.

-Creí que no vendría, señorita Bella Sallow. 

-Andrew. --sorprendida por aquel hombre me sobrexalté.

-¿Cómo lograste entrar?

-La gente aquí me conocen, he venido antes a este lugar, así que les hice creer que vine por Athena a buscar algunas cosas...

-Y te escondiste aquí. 

-Exacto.

-Bueno te voy a pedir que te vayas porque Athena no le conviene más escándalos en la farándula. Por favor, no me hagas llamar a los guardias. 

-Andrew, sólo quiero hablar con ella hoy día, es la última vez que lo haré, por favor. No puedo hacer esto otro día...

-¿Por qué? ¿Te irás? --confundido preguntó.

-No... Sólo que necesito acabar esto ya. Déjame hacer esto...

-Jajaja! --No dejaba de reír. Aunque trataba de recuperarse el simplemente no se detenía-- ¿Tú crees que voy a dejar que HOY, en la NOCHE DE ATHENA, de la apertura de SU PRIMERA SUCURSAL, voy a permitirte romperle el corazón. --seguía riendo.-- No seas ilusa. Por favor vete ya. Te lo digo a las buenas.