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Pov. Athena

La navidad para mí, solía ser la mejor época del año, siempre habían dulces, regalos, mi familia estaba unida y fingíamos que todo estaba bien y que la semana pasada no habíamos tenido problemas.

Nunca cambió, sólo empeoró...

Después de escapar de Crawley, las navidades fueron solitarias... O al menos no me sentía amada.

-¡Athena!--una de las tantas chicas que conocí en la universidad me llamó desde el otro lado de la habitación. Yo con normalidad, me levanté del sofá en el que estaba descansando para saber que necesitaba.

Esta casa era como un club, es decir, era una fiesta navideña muy... jovial. Habían personas ebrias y haciendo de todo en alguna esquina de la casa, como si fuera una fiesta normal y no una tradición.

-¿Qué pasa?--ella tomó mis manos y me arrastró hasta la azotea que estaba totalmente solitaria.-- ¿A dónde me estás llevando?

-Aquí estarás más tranquila...--se rió.-- ¡Mira!--ella señaló el jacuzzi que solo usaban los dueños de la cas pero como ella era una de las dueñas, pudimos tener acceso.-- Sólo venimos los dueños aquí.

-¿Para qué me trajiste aquí?--me acerqué a ella.

-Porque sé que no estas feliz abajo, y yo quiero que estes feliz en navidad.--me abrazó del cuello rodeándolo.-- ¿No te parece una buena idea?--me besó lentamente como para cautivarme. Yo definitivamente crucé un par de palabras con esta chica en la universidad, no tengo ni idea de como llegamos a esa situación.-- ¿Quieres entrar?--preguntó entre besos.

Yo no dije nada, ella sólo empezó a desvestirse con normalidad... como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo... ¿Por qué desprovecharía la oportunidad?

En otra navidad, me encontraba en un bar cerca de un restaurante en el que trabajaba, había venido con mis compañeros de trabajo y había un chico que nunca me cayó bien... Esa navidad, me di cuenta de lo fuerte que puedo ser.

-¿Te gusta mi novia o qué tanto la miras?--preguntpo muy a la defensiva y él estaba muy ebrio.

-Estaba imaginándome en qué poses la pondré esta noche.--terminé mi bebida que en ese tiempo no tenía suficiente dinero como para tomar escocés de etiqueta azul, así que me conformaba con un ron dorado puro.

Él en su instinto macho alfa, me tomó de la camiseta que llevaba y mis otros compañeros del trabajo me empezaron a defender y me soltarón del idiota.

-¡Aléjate de ella, maldita lesbiana!--amenazó.

-Pídele ese favor a ella. Que deje de llamarme a las 3 de la madrugada.--lo hice enojar más y mis amigos no pudieron aguantar más la fuerza de ese idiota y lo soltaron a la fuerza. Noté eso y lo único que hice fue golpearlo en la cara antes que él intentara algo.

Se quedó tirado en el suelo, pues el alcohol, más el golpe que le di en la sien, lo noqueó. Y así pasaron muchas navidades en las que la pasaba haciendo cualquier estupidez, menos celebrar un tradición.

La anterior navidad... Fue la mejor que he tenido en mi vida hasta ahora. Pues me enamoré de la mujer que no he podido olvidar y que me rehuso a olvidar. La mujer rubia que me cautivó con una sola palabra aquella noche de noviembre y que nunca olvidaré. La chica por la que no puedo rendirme por más que quiera...

-¡¿QUÉ CARAJOS QUIERES DE MI?! --exploté toda la ira que tenía.-- ¡¿QUE MIERDA PASA POR TU CABEZA?! ¿Porqué carajos no puedes dejarte ser feliz?!--supe que ella entendía mi enojo cuando sus ojos empezaron a lagrimear.-- ¡¿Alguna maldita vez te pusiste en mi puto lugar?! ¡NO! ¿Sabes por qué? --Al verla así, toda asustada y sorprendida, me sentí muy mal, entendí que mi mayor erros fue que nunca le di a enteder mi angustia y dolor, de una forma más...sana.- Porque tienes miedo de aceptar quien eres. Tienes miedo de decirles a todos lo nuestro y tienes miedo de saber que me amas demasiado porque nunca antes habías amado de esta manera a nadie. Porque sabes que te conozco como tú a mí. Y detestas amarme porque besé ¡A MI MALDITA EX! ¡LA CUAL SÓLO ME HA JODIDO LA VIDA DESDE QUE LA CONOCÍ! --me alejé un poco para tomar aire, pues me estaba hiperventilando.-- ¿Y sabes qué?... Es mi culpa por dejar que me manipulara y no puedo parar de tomar porque me arrepiento de todo en mi vida. Me arrepiento de no demostrarte cuanto te amo, cuando tenía la portunidad de hacerlo.

Las luces de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora