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Esta no es una noche cualquiera, es la noche más dura que he tenido desde aquel año nuevo. Hoy desafortunadamente, perdí lo más importante de mi vida y es el control de mis propios sentimientos. Perdí mi vida, mi yo, mis cabales. Perdí a la mujer que más ciegamente a confiado en mi y me ha amado. Perdí quizá el único pedazo de mi vida que me hacía tener ánimos de seguir y esforzarme. Pero me queda algo pequeño, que es muy valioso y es la esperanza. Esperanza de verla cuando resuelva mis problemas y pueda saber que es realmente lo que quiero, para no seguir haciendoles daño.

Después de llegar a mi casa, sola nuevamente, con tantos arrepentimientos, llamé muchas veces a Bella, pero no me contestaba, luego a la quinta llamada, apagó su celular y dejé de llamarla. Mis lágrimas caían igual que la lluvia veraniega. Veía a mi celular rogando que una llamada suya apareciera.

Quizá no soy un buena persona, quizá me merezco esto... ¿Quizá? Realmente lo merezco. Le hice sentir mucha inseguridad a Bella, y traté como una basura a Lorraine. Mi problema fue ser la victima por tanto tiempo, que no me di cuenta que me convertí en la villana.

No sé qué tipo de medicina sea el alcohol, pero si no lo tengo cerca, siento que moriré de tristeza. Prefiero morir de un coma etílico que de tristeza. 

Nunca me había sentido tan sola en este departamento. Nunca pensé que lo iba a detestar tanto, porque cada lugar me trae recuerdos. Cada esquina, cada objeto, cada decoración. Todo. Lo detesto, por hacerme tanto daño.

-Buenos días, señorita Beumont. Son las 10 de la mañana, hoy el clima es de 20° Celsius...

-Maldita sea... --mi cabeza dolía mucho y todo me daba vueltas, la luz quemaba mis ojos y el sonido hacía que retumbaran mis tímpanos.-- ¡Olu! ¡Apágate! --ordené al aparato.

Me levanté con dificultad pero pude mantenerme de pie. Lo primero que hice fue revisar mi celular, a ver si tenía noticias de Bella, pero éste se encontraba muerto. Igual que mi alma.

Puse a cargar el celular y lo prendí con prontitud, necesito saber... Necesito hablar con Bella. No la quiero dejar ir.

-Conexión con ***** restablecida. Tiene una llamada perdida de señor Gruñonsito.

-Maldita sea... ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

-Llamada entrante de señor Gruñonsito.--contesté inmediatamente.--

-¿Qué quiere Andrew? --contesté exasperada.

-Vaya humor el de hoy... ¿Pasa algo?

-¡Sí! Me pasa de todo, pero ese no es tu problema. ¿Qué quiere?--mi cabeza dolía demasiado así que mientras hablaba sobaba circularmente mi sien.

-Bueno, quería saber porque no te habías despertado antes que todo. Tienes que viajar a Bristol ahora mismo. Creí que estarías allá hace 2 horas.

-Maldita sea... Lo sé, lo sé, sólo que olvidé programar a Olu. Voy volando. 

-Al final de la mañana iré a Cambridge. Me gustaría ver los espacios disponibles. Tus ganancias han subido mucho este mes, estás teniendo mucho éxito Athena. Después del escándalo, tu fama subió.

-No de la forma que yo quería.

-Lo sé, lo sé. Pero igual ayudó mucho, tienes que admitirlo... Bueno Athena, te dejo. Trabaja duro.

-Adiós. --contesté antes de que colgara.

Estaba hecha un desastre. Mi cabello olía a comida y tenía mucha resaca, así que me duché con rapidez y me serví café para llevarlo de camino a Bristol, también llevé un sandwich porque moría de hambre.

Las luces de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora