XX / ~Confesión~

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Música de Ambientación: Kioku — Manabu Miwa, Bruno Wen-li

Samuel nunca se había sentido atraído de esa manera hacia su compañero, mas eso no significaba que alguna vez no se hubiera sentido raro o no hubiera notado algo en sí mismo en el contrario que le indicara algún otro tipo de intenciones

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Samuel nunca se había sentido atraído de esa manera hacia su compañero, mas eso no significaba que alguna vez no se hubiera sentido raro o no hubiera notado algo en sí mismo en el contrario que le indicara algún otro tipo de intenciones. Por parte de Rubén internamente ya lo había percibido desde hace un tiempo pero siempre se había negado ante sí mismo la posibilidad de tener sentimientos o intenciones más allá de la amistad con su fiel amigo.

Pero contra toda marea estaba allí de pie dispuesto a expresar sus sentimientos a aquel que había sido su acompañante por varios largos años y por primera vez en su vida nuestro pequeño protagonista de blancos cabellos se confesaría ante alguien y quien mejor que aquel pequeño niño azabache que nos y lo acompañó desde el inicio de esta historia.

Estaba bastante nervioso y ansioso pero se prometió así mismo que sería lo más optimista del mundo así que nada podría detenerlo. Se había preparado bastante bien, pues realmente quería hacer las cosas como correspondían, por primera vez en su vida se puso traje y corbata e intento en lo que más pudo arreglar su cabello, había comprado un ramo de variadas flores el día anterior y llevaba una sorpresa peluda adicional aparte del discurso preparado que había intentado memorizar.

Había citado a Vegetta en un sitio que adecuo detrás de su casa, eso sí dejándole bien en claro que era una cita con todas las letras de la palabra, y aunque hubo una leve sorpresa por parte del contrario, no se negó y aceptó gustoso asistir a la invitación del albino.

Samuel no sabía cuál era el objetivo de Rubén al invitarlo a una cita, pero fuera cual fuera el motivo sentía que era la perfecta oportunidad para por fin declararle sus sentimientos al contrario que simplemente ya no podía sentir ignorando, aunqu...

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Samuel no sabía cuál era el objetivo de Rubén al invitarlo a una cita, pero fuera cual fuera el motivo sentía que era la perfecta oportunidad para por fin declararle sus sentimientos al contrario que simplemente ya no podía sentir ignorando, aunque en el fondo se sentía algo culpable en caso de que por aquello terminará arruinando la cita, decidió que fuera cual fuera la respuesta de su osito debía decirle lo que sentía.

Así que con mucho valor se arregló lo más presentable posible y con un pequeño regalo que había conseguido para aquel momento que esperaba en un futuro fuera especial. Durante el camino pensó en todo aquello que deseaba decirle y tan solo rogaba internamente para que su deseo fuera correspondido, aunque a ser sincero estaba algo seguro de ello pues no era ningún tontito de por ahí y de vez en cuando notaba acciones o reacciones de su compañero que le indicaban algún interés particular por él.

Finalmente llegó y rodeó la casa como su cita le había explicado en algún mensaje de texto y allí lo encontró sentado en medio del prado donde estaba preparado un picnic natural. Le sorprendió ver a su compañero tan presentable pero lindo a la vez a lo cual no dudo en dar un cumplido al respecto provocando inmediatamente un lindo sonrojo en el contrario.

El mitad oso invitó a sentar a su anfitrión quien sin dudarlo acato, comieron entre una agradable charla los variados snacks que había preparado Rubius postergando un poco el objetivo de su encuentro debido aquel presente miedo sobre la probabilidad del rechazo y de arruinar toda su relación pero lo inevitable tarde o temprano llegaría y para saciar su abrumante ansiedad Rubén decidió lanzarse y dar el primer paso a lo que sería su confesión.

 Sam yo quiero decirte algo muy importante —hablo jugando nervioso con sus manos.

 De hecho yo también —comento observando las acciones del contrario sintiendo como su ansiedad crecía.

— Tu primero! —exclamó queriendo cederle el turno a su acompañante.

 No tú hablaste primero, no te voy a quitar la palabra —replico curioso a lo que diría Rubén.

— Está bien —aceptó evitando la mirada del contrario—. Pero primero quiero darte dos cosas —aclaro y se dirigió al pequeño huerto de su casa donde abrió la pequeña cerca y recogió un canastillo y un variado ramo de flores—. La primera son estás flores, es solo un detalle sin más —obsequio con una sonrisa—. Y bueno lo otro —tomó una pausa y abrió sacó del canastillo el lobillo que en alguna ocasión se encontró—. Es este pequeño de aquí, lo encontré así un mes herido y lo cure y lo adiestre, no tiene nombre por qué quería que tú se lo pusieras —informo mientras veía como su cita recibía al animalito en brazos y le agradecía por aquel detalle—. Bueno antes de empezar, quiero agradecerte por siempre estar ahí para mí y ser tan buen amigo, me gusta mucho pasar tiempo contigo por qué me siento en confianza y bueno yo... —empezó a hablar nervioso jugando con su cabello desesperadamente intentando no olvidar lo que había preparado y no trabarse al hablar—. Solo... 

Rub cálmate, está bien, sea lo que sea sabes que aquí me tienes —tranquilizo con una sonrisa.

Yo quería decirte que, me gustas mucho por qué eres muy lindo conmigo, a pesar de que a veces peleamos mucho me gusta estar a tu lado y molestarte —pronunció más seguro y relajado sin importarle poco lo demás—. Y también siento que quiero besarte y abrazarte todo el tiempo —confesó vergonzosamente esperando alguna respuesta que no llegó tan pronto como esperaba—. Y yo no sé sientes lo mismo pero quería decírtelo y lamento si-

 No lamentes nada, solo lamenta el hecho de que me pondré un poco bravo contigo por ganarme —comentó con una sonrisa juguetona.

 ¿Ganarte? —pregunto confundido.

 Si, yo también me iba a confesar ¡No es justo! ¿Sabes? —rechisto sin dejar de sonreír.

 ¿Qué? —cuestionó extrañado sin creer lo que sus oídos escuchaban.

— Sí así como lo escuchas, el gran Samuel De Luque venía a confesar sus sentimientos a este osito que lo trae loco —sincero acercándose a su acompañante—. Y también tengo un regalo para ti —dijo sacando una pequeña bolsa azul donde venia un saco blanco con detalles negros—. Lo vi y pensé que te gustaría, los huequitos los hice yo para que no te molesten las orejitas —indico señalando los agujeros de la capota.

 Gracias Sam —agradeció tomando el saco con gusto—. ¿Entonces...?

— Entonces ven aquí y bésame y abrázame como tanto dijiste que querías hacerlo —mencionó coqueto para recibir al chico en sus brazos.

Y así por fin después de tal vez una larga espera dieron inicio a aquella bella relación y abrieron una nueva etapa en sus vidas que esperaban durará para siempre.

Y así por fin después de tal vez una larga espera dieron inicio a aquella bella relación y abrieron una nueva etapa en sus vidas que esperaban durará para siempre

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Att: Maruna_07

My Life With You / ~Rubegetta Month~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora