My Life With You / ~Rubegetta Month~

XXII / ~Despertando juntos~

Música de Ambientación: Cascada (Etude Op. 10 No. 1) — Chopin

La noche buena había acabado y el sol anunciaba el nuevo día luego de la gran fiesta. Entre suaves sábanas y pesados párpados se removía con pereza un chico albino, buscando inconsciente un tacto cálido que había sentido durante aquella noche y del que no recordaba su origen.

Finalmente luego de un rato removiéndose sintió un calor abrasador y gustoso se acomodo con el fin de seguir descansando sino fuera por el molesto pitido de una alarma que acabó con sus intenciones. Se quejó en un leve sonido por el ruido que interrumpía su descanso y al instante el calor que lo abrazaba desapareció por unos segundos junto con el tedioso despertador y volvió a sentir de nuevo la calidez de extraño proceder.

Durmió tal vez una hora más entre aquellas comodidad que sobrecogía su cuerpo y concluida su pereza por fin decidió abrir sus párpados con el fin de darle término a su maravilloso descanso. Probablemente si le hubieran dicho algunos años que iba a estar completamente enamorado como un bobo, del que era su amigo en ese entonces no lo hubiera creído, pero ahora mismo sí que lo hacía.

Para muchas personas tal vez no sea muy agradable despertar y ver la imagen de su pareja a su lado, y a lo mejor no por falta de amor, sino por que el panorama no suele ser muy agradable para alguien en sus primeros minutos al despertar, pero para Rubén Doblas quizá era la mejor vista que había tenido en mucho tiempo y por un momento deseó tener aquella vista todas las mañanas de su vida.

Observó con atención los mechones azabaches que caían por la frente de aquel chico de piel blanquecina, las pestañas largas crespas que se tendían sobre aquellos cerrados párpados indicando aun, un descanso profundo, las delicadas mejillas sonrojadas acaso por el calor y unos bellos labios rojos entreabiertos que exhalaban una lenta y larga respiración.

De repente y sin previo aviso aquellos párpados se abrieron de par en par dejando ver claramente unos orbes amatistas brillantes que ahora miraban sorprendidos como aquellas esmeraldas lo miraban atento y algo embobado.

— Buenos Días —saludo el azabache nervioso sin poder desviar su mirada de aquellos hipnotizantes ojos que lo miraban atento.

— Días, por qué bueno estás tú —piropeo sin pensarlo bien aún mirando curiosamente a su pareja que ahora se sonrojaba por lo anteriormente dicho.

— De cero a cien Doblas —comentó mientras acercaba su rostro y depositaba delicados e inocentes besos en los labios de su novio.

— Sabes descubrí algo nuevo —menciono mientras recibía alegré los besos y mimos mañaneros de su pareja. Escucho un "¿Que?" curioso como respuesta y prosiguió—. Adoro despertar junto a ti —dijo en un tono suave y melodioso a los oídos de su pareja que solo sonrió por el comentario.

— Yo podría decir lo mismo.

Luego de aquel alegre despertar se dispusieron a recoger todo el desorden que habían dejado de la noche anterior, que agradecían no fuera tanto pues generalmente pasaban las fiestas con sus amigos pero aquel año por diferentes cuestiones cada uno terminó tomando un camino distinto esa noche especial. Algunas cosas habían pasado no solo en su vida sino en la de sus compañeros y su pueblo, aunque no habían vuelto a sufrir algún ataque de magnitud como el de la tragedia que tuvieron que vivir, se rumoreaba que tenían planeado crear un grupo "especial" para proteger el pueblo debido a sospechosos ataques indiscriminados a pueblerinas del pueblo que aparecían muertas repentinamente, lo cual había llamado la atención de su pareja pero del cual no tuvo mucha respuesta. Por el lado de sus compañeros, Alex empezó no hacía mucho como guardia de la policía, Lolito y Mangel se hicieron pareja y nunca se los veía sin la compañía del otro, Auron se volvió psicólogo y abrió un consultorio y Luzu iniciaba con su sueño infantil en la política haciendo labores sociales, de parte de Willy y Fargan no sabia más que hacían trabajos ocasionales de obreros. 

El así como sus últimos dos compañeros hacía trabajos de ocasión que le servían de mucha ayuda, aunque recientemente pensaba en un nuevo trabajo mas estable, pues el cura de la iglesia había fallecido a causa de su edad y algunas personas le habían ofrecido el cupo para capacitarse como cura, sin embargo, aún no definía nada al respecto. Su pareja por otro lado era arquitecto y tenía grandes contratos por construcciones de casas que poco a poco iban avanzando y si alguien le preguntaba se sentía demasiado orgulloso de él, e indirectamente esperaba que algún día construyera aquel que sería el hogar de ambos.

Lo que Rubius claramente no sabía era que eso ya estaba sucediendo, pues aunque Vegetta tuvo la idea de querer una mansión desde muy pequeño, tampoco pensaba tener todo ese gran espacio para el solo y desde hacía un tiempo se hacía la ilusión de compartirlo con ese albino de cabellos alborotados que lo enloquecía tanto.

Por ahora todo se encontraba tranquilo en sus vidas y eso era lo único que deseaban a corto y tal vez a largo plazo, su agradable e incluso adictiva compañía, y hacer las cosas juntas paso a paso simplemente disfrutando cada momento de sus vidas.

Att: Maruna_07