XII / ~Amigos por siempre~

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Música de Ambientación: Fantaisie Impromtu (Op. 66) — Chopin

Las hojas empapadas bailaban con el viento y la luz blanca del farol alumbraba aquel banco de madera en la mitad de la noche, un pequeño <tap> se escuchaba entre el silencio de aquel parque que se encontraba casi solo

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Las hojas empapadas bailaban con el viento y la luz blanca del farol alumbraba aquel banco de madera en la mitad de la noche, un pequeño <tap> se escuchaba entre el silencio de aquel parque que se encontraba casi solo.

No sabía qué hacía allí en la mitad de la noche pero tampoco tenía algo mejor que hacer ni razones para marcharse, tal vez solo estaba allí por nostalgia de su "ex" amigo o por alguna razón igual de absurda cómo perderse. Por ahora no le importaba, solo quería un momento de calma entre el caos de los últimos días. Ahora no solo era mitad oso probablemente por un largo tiempo, sino que estaba castigado y en sus próximas vacaciones tendría que trabajar sumándole el hecho de que Samuel no le había vuelto a hablar o siquiera acercarse a una considerable distancia desde lo que había ocurrido.

Por ahora solo quería estar allí, observando las estrellas que alumbraban entre el oscuro mar del cielo y dejándose mecer por el viento primaveral, o al menos esos eran sus planes pero alguna vez ya dijimos que a aquel pequeño niño albino que leía el principito debajo de un árbol nunca le salían las cosas como las planeaba y está no era la excepción. Escuchó unos pasos lentos que venían por su derecha y bajó su vista encontrándose aquellos cabellos azabaches que reconoció al instante. La mirada amatista estaba enfocada en él y al conectar su mirada detuvo sus pasos y simplemente dejaron que el silencio inundará el entorno por tan solo unos segundos.

— Hola —hablo finalmente el albino para romper el silencio

 Hola —respondió sereno sin denotar expresión alguna—. ¿Qué haces aquí? —interrogó sin interés aparente.

 La verdad no lo sé —contestó simple—. y tú? —cuestiono devuelta intentando vanamente sonar abnegado.
 
 Venía a tomar aire —informo con tranquilidad y un poco de soberbia—. Pero ya me voy —aclaró cortante.

 Samuel, ¡Espera! —detuvo con tono suplicante—. Yo quiero disculparme contigo —pidió indirectamente tomando la mano del contrario para evitar que se alejara.

¿Por qué? No tienes porqué disculparte Rubén, solo estabas diciendo la verdad —comentó suave jalando sutilmente para que el otro la soltara.

— No Sam yo, estaba molesto por todo lo que pasaba y no pensé bien las cosas, Lo siento si? —se disculpó sinceramente arrepentido esperando la respuesta del azabache con tenue esperanza de que lo disculpara.

— Ya... —hizo una pausa silenciosa pero pensativa dentro de su mente—. Pero es que tienes razón, todo el mundo solo me tolera —concluyó.

— Eso no es cierto Sam, sabes que no es así —replicó con tono apacible mientras afianzaba el agarre y dirigía una de sus manos a la mejilla de Samuel acariciándolo suavemente.

— No es cierto, yo lo noto sabes, se que se incomodan por qué no les dejó hacer cosas o
simplemente —dijo con tono melancólico pero Rubén lo interrumpió.

— Hey escúchame, eso es cierto, eres un mandón, el señor más legal y fastidioso —comentó haciendo que el oji amatista hiciera una mueca—. Pero eso está bien, tú eres así y todos te queremos tal y como eres. Yo te quiero tal y como eres —recalcó al final y brindó una sonrisa sincera a su compañero conectando sus miradas.

¿Enserio? —preguntó incrédulo intentando no alegrarse en un momento de ilusión.

 Ci —garantizo y lentamente se acercó para darle un cálido abrazo que Samuel sin dudarlo correspondió—. Entonces me perdonas? —susurro para separarse del confortador abrazo.

— Está bien, te perdono... Pero! —resaltó.

— Hay no no no —negó a la vez con la cabeza.

— Si si si hay una condición —reafirmó al contrario ante negación.

¿Cuál es? —consultó rendido sabiendo que Sam lo molestaría.

— Tendrás que prestarme tu balón para jugar —murmuró suave con una delicada sonrisa.

— Está bien, pero entonces guíame siempre que me pierda... —replicó con nostálgico cariño.

— Bien así será —aseguró alegre a su amigo.

 Siempre? —averiguó alegre.

— Siempre.

Samuel tomó a Rubén de la mano y juntos salieron del parque ya mucho mejor, no solo con el otro sino consigo mismos, durante el camino se divirtieron entre risas y bromas sobre el ahora aspecto del menor y la insistencia del contrario en tocar sus nuevas orejas peludas y entonces Rubén pensó que tal vez no era tan malo ser ahora mitad furro.

Samuel tomó a Rubén de la mano y juntos salieron del parque ya mucho mejor, no solo con el otro sino consigo mismos, durante el camino se divirtieron entre risas y bromas sobre el ahora aspecto del menor y la insistencia del contrario en tocar sus...

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Att: Maruna_07

My Life With You / ~Rubegetta Month~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora