My Life With You / ~Rubegetta Month~

XVII / ~Celos~

Música de Ambientación: La Campanella — Paganini

Rubén sentía un vació en su estómago, junto a una enorme ira que crecía poco a poco en su interior, tenía que confesar que nunca antes se había sentido así pero eso no impedía que quisiera golpear la cara de aquella chica por muy poco burdo o poco respetuoso que sonara eso.

Felizmente recién se habían graduado del colegio y si, Rubén por fin era libre de aquella cruel tortura a la que estuvo sometido durante años y aunque durante un par de semanas su felicidad  fue inmensa, la falta de tiempo libre lo comenzó abrumar hasta llevarlo al desesperante punto de trabajar solo por ocupar en algo todo su ahora tiempo libre. 

Para su suerte ya conocía el hecho de que su amigo azabache trabajaba generalmente en las temporadas vacacionales y debido a ello bastante gente en el pueblo ya lo conocía y tenía una imagen de muy buen trabajador. Así que no dudo en ir a pedir no como tal ayuda sino más bien recomendación de su compañero, la cual lo benefició casi al instante pues en menos de nada había terminado trabajando en una tienda de mascotas junto con su amigo.

Aunque ahora no lo agradecía tanto pues en aquel momento no sabía como hacer para contener tal su ira irracional hacía aquella chica que según había escuchado se llamaba Valentina y que durante su primer semana de trabajo no había hecho mas que fastidiar yendo todos los días al establecimiento a coquetearle a su compañero lo cual si antes ya le molestaba ahora lo hacia  a mil, pues la escena que acababa de presenciar no hacia más que hacerle hervir la sangre.

Volviendo momentos atrás aquella chica castaña había llegado tal como su rutina a las diez en punto para el único propósito de invitar a salir a Vegetta, y tras varias insistencias a las cuales el oji amatista ya se había negado, en un impulso de valentía tal y casi como su nombre mismo, se había atrevido a besar de manera descarada y sin permiso a Samuel.

El azabache que no sabía muy bien cómo reaccionar ante aquella situación simplemente la tomó de brazos y la separó de sí para empezar a decirle como las anteriores veces que no estaba interesado en ella y que lo dejara de molestar y mientras seguía su charla sin prestarle atención alguna a su compañero no noto la cólera del susodicho cuando simplemente estallo.

— Mira sabes que Valentina el ya te lo ha repetido un montón de veces y como no te ha quedado claro ¡Yo te lo voy a decir! —hizo una pequeña pausa para tomar aire—. No le gustas, no le atraes y no le interesas y ¿Sabes por que? ¡Por que eres  una fastidiosa, intensa, desvergonzada e irrespetuosa! ¡Así que ya déjalo en paz y vete de aquí y haznos el favor de no volver nunca pero nunca más! —vociferó dejando ver por primera vez dos colmillos que se asomaban entre sus labios.

— ¿Oh que pasa? ¿No me digas que el osito está celoso o si? ¡Lástima cariño porque un animal como tu no me atrae para nada! —replico enfadada frunciendo el ceño.

— ¡No es eso Valentina! ¡Lo que Doblas dice es cierto! ¡Estoy harto de verte aquí todos los días para que solo vengas a fastidiarme y sabes que la próxima vez que vengas llamaré a la policía! ¡Estoy harto de ti! ¡Vete! —advirtió Vegetta con notable molestia llamando la atención de la chica que rápidamente cambió su expresión de enfado a una de a gusta.

— ¿Pero Sam cariño que dices? —cuestionó con tono dulzón haciéndose la inentendida.

— La verdad, y no me llames así nunca más —dijo poniendo fin a la conversación y sacando a la contraria a la fuerza sin dejarla siquiera protestar.

— ¡Por fin! ¡En paz! —exclamó suspirando Rubius aún alerta pero más tranquilo.

— Siento si te molesto —disculpó inconsciente su amigo también sintiéndose mucho más relajado pues para él también había sido estresante.

— No está bien, no es tu culpa —tranquilizo con agrado brindando una sonrisa a su compañero la cual correspondió.

— Bonitos colmillos por cierto —dio un cumplido sorprendido por aquella habilidad que desconocía de su compañero.

— ¿Qué colmillos? —pregunto confundido a lo que su compañero hizo señas como un vampiro referentes a él mismo—. Oh, ¿Tengo colmillos?

— Si, aunque ahora no se te notan como antes —observo detalladamente.

— ¿Antes se me notaron más? —siguió cuestionando curioso por descubrir sobre su nueva característica mientras metía sus dedos índice a su boca para intentar palparlos.

— Si, cuando le dijiste todo eso a Valentina —informó recordando la escena anterior.

— Vaya, nunca los había visto —comentó sorprendido aún palpando sus colmillos.

— Parece ser que salen cuando estás molesto —noto con atención su compañero.

— Bueno eso es nuevo, pero cool —mencionó divertido mientras sacaba sus dedos de su boca y dejaba ver su gran sonrisa.

— Si que eres todo un oso —enunció negando con la cabeza mientras con una mano acariciaba las delicadas orejitas de su compañero, que solo para aclarar y para nada por su orgullo, era el único que tenía aquel privilegio.

— Ci, pero soy tu oso protector! —afirmo con gracia disfrutando las caricias de su compañero y acercándose para tener más contacto.

— Si, mi osito protector —murmuró suave y dejó de acariciar las orejitas de su amigo. Enfoco su vista en aquellos ojos verdes notando la cercanía que había entre los dos sin decir nada al respecto y solo dejo un pequeño toque en la pequeña nariz de Rubén con su dedo índice y sin más volvió a su puesto de trabajo para atender al cliente que acababa de entrar.

Pdta: En la última parte quise escribir "Tu oso protector de z*rras" XD 

Att: Maruna_07