✨Capítulo 2

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Apenas iba a ser un día estando en Sídney y no conseguía adaptarme ni un poco al horario, eran medio día y sentía que no había dormido ni un poco, me puse de pie y fui hasta el baño para verme en el espejo, tenía los ojos rojos y una ligeras ojeras.

Tenía la apariencia de no haber dormido en días. Me di una ducha ya que durante la noche había sudado, había hecho demasiado calor. Y después de eso regresé a mi habitación para quitarme la pijama y ponerme unos shorts con unas lindas mariposas de estampado. Me encantaba.

Salí de la habitación y bajé las escaleras, pude percibir el olor de panqueques recién hechos. Fui lo más rápido que pude a la cocina y al entrar me encontré a mi papá sirviendo el desayuno, al verme me dio una sonrisa.

-Buenos días, siéntate el desayuno ya está servido.

-Buenos días papá.

-El jarabe esta en la nevera -asentí y caminé hasta la nevera para sacar el jarabe y llevarlo hasta la mesa.

Mi papá dejó mi plato con cuatro panqueques con mantequilla caliente, olía delicioso, puso su plato de su lado y se sentó y entonces comenzamos a desayunar.

-¿Cómo has dormido?

-Si te soy sincera papá siento que no he dormido en absoluto -sonrió.

-Al principio será algo difícil adaptarte completamente al horario pero después de unos días lo harás.

-Eso espero.

-¿Cómo van las cosas con la universidad?

-Estoy esperando resultados, estoy ansiosa aplique para cuatro universidades en Estados Unidos y dos en Inglaterra.

-Estoy seguro de que quedarás en todas.

-Es lo que más quiero.

Tuvimos un desayuno tranquilo después de eso, se disculpó conmigo ya que lo habían llamado de su trabajo para una junta importante.

Estuve en el sofá viendo televisión con Akira mientras comía helado y ella dormía, el tiempo pasaba y mi papá me envió un mensaje diciendo que la junta se había extendido, pero que llegaría para la cena.

-¿Quieres ir a dar una vuelta? -acaricié la espalda de Akira quien tan solo me vio-. Vamos...

Me puse de pie y me puse mis sandalias para después buscar la correa, al encontrarla se la puse y salimos de casa, volví a fijarme en la calle y una vez más estábamos caminando en el parque, dejé que Akira caminara sola pero esta vez me auguré de ver a dónde iba no quería que se repitiera lo de ayer. Y entonces vi como Akira corría con otro perro que estaba ahí, estaba divirtiéndose.

-Ella es muy linda -escuché la voz de una chica a mi lado-. ¿Cómo se llama?

-Akira, ¿como se llama el tuyo?

-Bobby.

-Tuve un perro que se llamaba así.

-Que coincidencia -me sonrió-. ¿Te molesta si me siento?

-Para nada.

Ella volvió a sonreírme y se sentó a mi lado, Akira estaba muy feliz corriendo con Bobby, iban de un lado a otro. Ambos estaban muy felices hasta que Gabrielle tuvo que irse.

Dejé que Akira siguiera jugando hasta que el sol se ocultara o hasta que mi papá llegara, lo que ocurriera primero. Entonces vi como ella corría y desaparecía entre los árboles la seguí, observé como ella se iba alegremente con el mismo chico de ayer, estaba en el mismo lugar.

Vestía unos pantalones negros un poco rotos, unas botas negras, y una camisa blanca, su cabello desordenado y tenía un cuaderno en las piernas y un lápiz en la mano. Cuando vio que Akira caminaba hacia él, las dejó a un lado de la banca y recibió a mi chica con brazos abiertos.

Esto se me hacía tan extraño ya que ella no acostumbraba acercarse a extraños o mucho menos dejar que la tocaran. Pero con él todo era diferente. Seguía observando a mi can desde lejos pero dejé de hacerlo cuando mi celular vibró, un mensaje de mi papá.

Papá
Estaré en casa en diez minutos, llevo la cena.

Era momento de regresar a casa, así que me acerqué un poco más y la llamé, la atención del chico y de Akira se fueron directamente a mí, él dejo de acariciarla y ella se vino corriendo a mí. Le puse la correa una vez más y mi vista se fue de nuevo al chico quien tenía toda la atención en la libreta que tenía.

Me di la vuelta y regresé a casa, y como mi papá había dicho llego en diez minutos, cenamos tranquilamente mientras veíamos una película, después de eso fui a darme una ducha y fui a dormir con Akira.

Los siguientes días fueron así, mi papá volvió a disculparse conmigo ya que dijo que lo que restaba de la semana tenía que ir a la oficina ya que hubo un problema que hizo que todos tuvieran que ir, pero después de esa semana al fin podríamos hacer un montón de cosas entre los tres.

Todas las tardes salía a caminar con Akira y Gabrielle y Bobby siempre estaban ahí, pero se iban temprano y Akira iba con el chico, todos los días el se sentaba en la misma banca haciendo lo mismo. Dibujar.

-Estaré aquí para la cena papá -le avise una vez más antes de salir de casa.

Esta vez había salido temprano, pues hoy terminaba aquella semana laboral tan inesperada, cruce la calle con todo el cuidado, uno de mis mayores pánicos en la vida es ir caminando y que algún demente me atropelle.

Estaba haciendo algo de calor por lo que había optado por unos shorts de mezclilla cortos y una blusa blanca que tenía stickers de mariposas. Creo que sin duda son mis favoritas. Tenía puesta mis sandalias, algo de lo que me había dado cuenta durante estos días estando aquí en Australia es que las personas sin importar a dónde iban llevaban sandalias, algo que en Nueva York no pasa mucho.

Las calles de Nueva York solían ser pasarelas casi todo el tiempo.

Esta vez Bobby no había venido, así que esta vez Akira y yo le dimos una vuelta completa a el parque, ella comenzó a jalarse un poco cuando nos estábamos acercando a la banca donde el chico se sentaba todos los días.

Estaba muy emocionada de verlo. El chico estaba ahí, tenía unos pantalones negros junto a una camiseta con palmeras pintadas. Estábamos pasando cerca de él cuando su lápiz se cayó y quedó en mitad del camino muy lejos de donde el estaba, pero muy cerca de mí.

Me agaché para tomarlo y entonces me acerqué a él y se lo di y lo tomó casi de inmediato, cuando pensé que no me diría nada y evitaría mi existencia, levantó la vista encontrándose con la mía.

-Gracias -su voz me desconcertó un poco, era gruesa, no pensé que así sería su tono de voz.

-No hay de qué.

Akira se acercó a él, el chico con un poco de duda la acarició.

-Le agradas -le dije y él volvió a verme.

-Ella es muy linda -volvió a verla.

-Soy Jale -mencioné, el contacto visual una vez más, solo que esta vez dejo de hacer lo que hacía para verme.

-Ashton.

Iba a contestarle pero el sonido de mi celular se interpuso, era una llamada de mi papá, la cena estaba lista y teníamos que regresar a casa.

-Un gusto Ashton, tenemos que irnos.

Él hizo una mueca lo más parecido a una sonrisa se podría decir y soltó a Akira, ella y yo seguimos con nuestro camino hasta llegar a la casa y antes de entrar no pude evitar buscarlo con la mirada lo cual fue casi inútil ya que no podía verlo ni un poco. Mientras cenaba recordé el color de sus ojos, eran muy lindos, el sol le llegaba un poco de frente por lo que el color de sus ojos resaltaban, eran de un hermoso color hazel que parecían tener un poco de verde en ellos.

Eran muy lindos.

The art of his eyes | afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora