✨Capítulo 3

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Estaba haciendo muchísimo calor y a mi papá se le ocurrió la maravillosa idea de ir a la playa, estaba emocionada, había visto varías fotos de las playas qué hay en Sídney y me habían dejado enamorada.

Akira tenía la cabeza afuera del auto disfrutando del aire, en la radio se escuchaba Ariana Grande y yo de repente comenzaba a cantar la canción que pasaba.

Esta era la primera salida que teníamos como padre e hija desde hace varios meses. La playa estaba algo concurrida, habían personas corriendo, podía ver a surfistas por casi todo la playa y algunos en el mar.

Después de unos minutos encontramos un buen lugar para pasar la tarde, mi papá me dijo que si no quería ir con él a tomar algo en un pequeño bar que estaba cerca de la playa, pero me negué.

Así que estaba con Akira corriendo en la orilla del mar mientras que mis pies se hundían y evitaba chocar con alguna persona.

Casi fallaba, pero por suerte no pasó nada, simplemente hubo un roce de brazos con una chica la cual no se dio cuenta de lo que había pasado.

Quería nadar un poco en el mar, pero me daba algo de miedo, sabía nadar pero el mar era algo extremo y a mí no me van esas cosas. De hecho me sorprende muchísimo que haya podido venirme en un avión sola desde Nueva York hasta Sídney.

15,979 km recorridos.

Ahora que lo pensaba todo esto me impresionaba, no puedo creerlo simplemente no puedo hacerlo.

Todo a funcionado...

Me sentía feliz por ello, dejé de correr y esta vez únicamente caminé, Akira seguía jugando con el agua y de vez en cuando conmigo.

Por una extraña razón el castaño de nombre Ashton se me vino a la mente, su nombre era bastante llamativo.

Ashton...

Sonaba tan lindo al pronunciarlo.

Lo repetí varias veces en mi mente hasta que llegamos donde las cosas estaban, sorprendentemente aún se encontraban ahí.

Me senté sobre la toalla que había sobre la arena y Akira hizo lo mismo, bueno más bien ella estaba sobre mí.

Estuve ahí por varios minutos hasta que mi papá llegó para decirme que era momento de irnos, tomamos la cosas y nos dirigimos al auto, en el camino me compro un helado y después compramos comida, ya que ninguno de los dos después de esto querrá preparar algo.

Al llegar a la casa, fui a darme una ducha ya que tenía arena en todo el cuerpo, estaba comenzando a oscurecer. Hoy no saldría a pasear con Akira además de que estaba demasiado cansada, al final si me metí un rato a nadar en el mar, aunque con algo de miedo.

Cuando regresé a mi habitación para cambiarme, vi a Akira acostada en la cama, mañana tendría que bañarla. Busque algo de ropa, bueno más bien mi pijama y me la puse.

Comencé a cepillarme el cabello mientras caminaba por toda la habitación que estaba con todas las luces apagadas. Jealous de Nick Jonas se reproducía en mi celular en un volumen moderado.

Cantaba la canción animadamente y de vez en cuando creía que el cepillo era mi micrófono, me acerqué hasta las ventanas hice a un lado las cortinas y abrí la ventana, dejando que el aire fresco entrara a la habitación, seguía cepillándome el cabello ahí parada viendo el cielo que pronto sería uno nocturno.

El parque parecía estar vacío no había nadie rondando por ahí, bueno eso fue lo que creí hasta que pude verlo.

Ashton estaba sentado en aquel banco que parece ser su preferido, no podía observarlo muy bien por la distancia bastante considerada desde la habitación hasta la banca al otro lado del parque. Pero pude observar que tenía unos jeans negros y una camisa blanca, sobre sus piernas tenía una libreta y en su mano un lápiz y sus auriculares blancos se camuflaban perfectamente con su camisa.

Se veía tan diminuto desde aquí, bueno en realidad no sabía si era alto, las únicas veces en que lo he visto él está justo en la posición de este momento.

Entonces de la nada se levantó de la banca y entonces tuve una perspectiva diferente de él, pero por la distancia aún seguía viéndolo pequeño.

Quería ver si vivía cerca y si era así averiguar cual era su casa.

Él comenzó a caminar y yo lo seguí con la mirada, estaba tan concentrada en ello que al escuchar la voz de mi papá y dos toques en la puerta de la habitación hizo que casi soltara un grito.

-Jale, la cena está servida.

-Enseguida bajo papá -le respondí.

-Bien, no tardes mucho.

Regresé mi vista a la ventana con la esperanza de aún encontrarlo pero no fue así, él ya no estaba ahí.

The art of his eyes | afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora