✨Capítulo 5

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-¿Ketchup? -preguntó mi papá abriendo la nevera.

-Por puesto -le respondí de inmediato, dejé un tenedor a un lado de su plato y luego me senté en mi silla y él dejó el jugo de naranja y la ketchup en la mesa.

Tomé la ketchup y le puse a mis huevos revueltos que mi papá me había hecho, llevo aquí en Australia una semana, ya estoy acostumbrándome al horario, he salido varías veces para conocer la cuidad, conocí a una chica súper agradable resulta que ella vive muy cerca de la casa de mi papá y algunas veces viene a verme.

Eso de salir con Akira antes de que el sol se oculte se había hecho una costumbre, todos los días a la misma hora y podía verlo. Ashton hablaba demasiado pero también podía aparentar y ser lo contrario cuando él quisiera.

No me a dejado ver sus dibujos.

Puedo decir que ya somos amigos y Akira está a nada de querer casarse con él, literalmente, ella amaba estar junto a él.

Me ponía un poco celosa ver que lo prefería en muchas ocasiones lo admito.

-¿Qué haremos hoy? -pregunté.

-¿Quieres ver alguna película?

-Eso suena bastante bien, la idea me gusta muchísimo.

-Bien entonces serán películas.

-Y helados.

-Y helados -me aseguró y le sonreí.

Me la había estado pasando bastante bien con mi papá, me gustaba la relación que teníamos, de vez en cuando solíamos sentarnos en la sala y ver programas de televisión por horas, otras no hacíamos nada y dejaba que yo hiciera algo sola o con Ivette, la chica que conocí en un centro comercial.

Terminamos de desayunar, lavamos los platos y nos fuimos al cine, nos tomó mucho tiempo elegir una película la cual duraba dos horas, algunas partes habían sido aburridas pero había estado buena. Llegamos a casa y él fue a la oficina que tenía en casa ya que tenía unas cosas que hacer, él no estaba de vacaciones, estaba trabajando en casa por unos días que pudieron darle y después regresaría a la oficina.

Se disculpó conmigo y le dije que no tenía que preocuparse que comprendía la situación y que estaba bien.

-Si necesitas algo sabes dónde estoy -me dijo antes de que entrara a su oficina.

-Gracias.

Akira estaba en el sofá acostada y yo estaba en el suelo de la sala viendo la televisión, era un programa de pintura y esas cosas, una vez intenté aprender a dibujar pero simplemente no era lo mío así que lo dejé y me busqué algo que fuera más con mi estilo.

Estaba haciendo bastante calor por lo que llevaba puesto un vestido gris que era uno de mis favoritos y estaba descalza y tenía un bun mal hecho y lo más probable era que mi cabello en ese momento estuviera enredado, más tarde ese sería el verdadero problema.

El programa era más como una clase para dibujo, la explicación era buena y hacía que se viera de lo más fácil del mundo pero por propia experiencia sabía que no lo era. O quizás si y yo definitivamente no era buena en el dibujo.

Lo vi durante casi una hora, hasta que lo cambie ya que estaba frustrándome por no haber podido hacer algo de mi agrado aún cuando había puesto todo mi esfuerzo y me puse a ver caricaturas. Eso definitivamente relajaba mis días.

Akira dormía en el sillón y yo seguía en el suelo viendo la televisión, estuve ahí durante bastante tiempo hasta que Akira se levantó y supe que era la hora.

Subí rápidamente a mi habitación por mis zapatos y me los puse para bajar con la correa y Akira estaba esperándome en la entrada.

-Espera aquí un momento.

Regrese a la sala para apagar la televisión y luego toque la puerta de la oficina de mi papá y me indicó que podía pasar.

-Iré a dar el paseo de todos los días con Akira, estaré aquí para la cena.

-De acuerdo, cuídense mucho.

Le di una sonrisa y salí de la oficina para regresar con Akira quien estaba ansiosa por salir de casa, le puse la correa y abrí la puerta de la casa esta vez llevaba mi celular en la mano ya que el vestido no tenía bolsas. Cruzamos la calle con un poco más de confianza pero sin ignorar la posibilidad de algún accidente.

Esta vez habían más perros que de costumbre así que dejé que Akira fuera a jugar, le quite la correa y ella salió corriendo a dirección donde estaban los demás y rápidamente estaba jugando con todos. Me senté en una banca que estaba debajo de un árbol y la observaba detenidamente.

-¿Te acabas de despertar? -ahí estaba él de nuevo.

-¿No?

-¿Qué te ha pasado en el cabello?

Recordé que mi cabello estaba hecho un desastre y se había enredado aún más...más sufrimiento para más tarde.

-El cepillo se ha peleado conmigo esta mañana.

-Te ves bien -canturreó y volvió a ver a su cuaderno.

Mis mejillas ardían, sabía que debían de estar más que rojas, ojalá no se de cuenta de ello. Volví a ver a mi can corriendo de un lado a otro.

-Parece que se la está pasando muy bien -dijo refiriéndose a mi can.

-Sí -lo vi-. ¿Por que no vienes? -le dije-. Ahí no pareces tener buena iluminación -dejo de dibujar y me vio para después sonreír.

-Eso ha sido muy ingenioso, no descansarás hasta que te enseñe lo que estoy haciendo, ¿verdad?

-Está vez no estaba intentando nada, sólo lo decía ya que tu propio cuerpo te hace sombra en el dibujo así el dibujo pude salirte mal.

-¿Desde cuando sabes de dibujo? -cuestionó, me encogí de hombros.

-Tomé clases de dibujos hace algunos años, fue algo que mi maestra solía decirme mucho.

-Bien iré, sólo si prometes que no intentaras ver.

-Lo prometo -dije sincera.

Él me vio por unos segundos y después de eso suspiró para levantarse y sentarse a mi lado cubriendo su dibujo a toda costa, se acomodó en la banca a modo de que yo no pudiera verlo.

No lo haría, aún así esté muriéndome de ganas, cumpliría mi promesa, mantendría mi palabra, así que dedique a ver a Akira. Escuchaba el sonido muy ligero del lápiz y las veces en las que borraba.

-¿No te da calor estar todo el tiempo con jeans? -le pregunté sin voltear.

-No -respondió sin pensarlo.

-Ni un poco.

-Ni un poco -me aseguró.

Me giré un poco para verlo y al darme cuenta de que había cerrado su libreta lo hice con más seguridad, lo observé detenidamente, estaba viéndome directamente a los ojos, hice lo mismo por un momento pero después observé otros detalles de su rostro.

Ashton era muy lindo. Su cabello algo rizado, castaño, una piel linda y sus ojos de un color avellana tan lindos.

Así estuvimos durante varios minutos hasta que Akira nos interrumpió, esta vez vino primero conmigo y luego con Ashton.

Estaba teniendo una discusión interna, si no lo hacía en ese momento quizás no podría hacerlo nunca.

-¿Puedes darme tu número? -solté sin más.

Ashton dejo de acariciar a Akira y me vio, tenía su expresión relajada como siempre solía estar. Se enderezó para verme bien.

-Claro -frunció ligeramente los labios.

Saque mi celular y él me dio su número, después de todo ya éramos amigos, bueno, eso es lo que quiero pensar y todo lo que indica la situación.

¿Verdad?

The art of his eyes | afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora