-¿Pero qué estás haciendo?- gritó escandalizada cuando, al entrar a su oficina, vio a Justin sentado en su silla, comiendo su pasta, platicando con amenidad con su asistente.-¿Acaso tú no tienes trabajo? ¿Te pago para holgazanear? Sal de mi oficina, en este momento.- le gritó a Ly. Quien asustada tomó sus cosas y salió corriendo.- Y tú.- apuntó a Justin con su dedo amenazante.- Levántate de mi silla, deja ahí mi comida y da gracias al cielo de donde vienes que no me puedo deshacer de ti.
-No debías ser tan grosera con Ly, fui yo quien la entretuvo. ¿Sabías que está a punto de casarse?
Hailey sostuvo sus sienes entre los dedos, tratando de guardar la calma.
-Desaparece, ahora.- ordenó en un susurro.
-Lo haré, sólo si prometes que te disculparas con ella, no me hagas esos ojos, sabes que no juego y no quiero tomar medidas extremas para que puedas pedirle perdón a esa mujer por tu pésima actitud.
Salieron de la oficina un par de horas más tarde, Hailey se detuvo unos minutos con su asistente para darle una carpeta con todas las instrucciones para atender en su ausencia así como prohibirle determinantemente publicar la revista de este mes sin haberle enviado antes una copia.
"... Y, Ly, lamentó el exabrupto de esta tarde" concluyó odiando la estúpida sonrisa de simpatía que se le dibujó en los labios a su asistente. La misma que se le dibujó a Justin, que a pesar de estar del otro lado del pasillo, había alcanzado a escuchar todo.Llegaron a su departamento tiempo después. El chico se abalanzó sobre el sofá y se quedó acostado, ella, exhausta, sacó del refri una botella de vino y un bote de helado. Sabía que esas vacaciones le destrozarían la carrera, pero ¿qué otra opción tenía? Debía deshacerse de Justin antes de retomar su carrera profesional.
-¿Bebes?- le preguntó Hailey tendiendo dos copas en la mesa del centro, de quito los zapatos y descanso en el sofá, a lado del Ángel.
-No.- respondió quitándole el bote de helado.- Esto es realmente delicioso, debería bajar más seguido para comer un litro entero.
-Te acabarás mi helado, tonto.- se quejo quitándole la cuchara de las manos para disponerse a comer del mismo bote. Retiro sus zapatos, se desabrochó la chaqueta y encendió el televisor.
-¿Así que está es tu vida? ¿Trabajo y dormir? ¿Nunca sales?
-No conseguí mi posición saliendo a divertirme. No puedes ser exitosa y divertirte al mismo tiempo.
-¿Y por qué elegiste el camino del éxito en lugar de la diversión?
-Porque al final, ser divertido no te deja nada. Ser exitoso, tener una posición, mueve mundos.
-¿Quién te hizo pensar eso?- inquirió con las cejas arqueadas, dispuesto al debate.
-Verás,- se dispuso a explicar terminando el vino en su copa.- cuando era adolescente, mis padres casi quedaron en bancarrota, su contador les robó todo, los estafó. Obviamente demandaron, pero el maldito defraudador era pariente de un gran empresario. Perdimos casi todo. Fue una época bastante oscura, mi hermana tuvo que comenzar a buscar trabajo, yo tuve que conseguir becas para la universidad; en fin, poco a poco las cosas se acomodaron en su lugar. Pero ahí entendí que debes pelear por lo que quieres, nadie te lo servirá en bandeja de plata cuando tu clase económica es media/baja.
Justin se acercó a ella, continuaron conversando un largo rato, bajo los efectos del alcohol, Hailey se sentía mas liviana, menos a la defensiva, fue más sencillo convivir así. Se recostaron en el piso de la sala, en una gran manta que él había acomodado, Justin no dormía, así que cuando notó que ella no volvió a abrir los ojos, la levantó con cuidado para llevarla a su cama y después de acomodarla desapareció, debía atender unos asuntos pendientes de dónde venía para poder continuar con su misión.
Cuando Hailey despertó, estaba algo consternada por encontrarse en su habitación, recordaba haberse quedado dormida en la sala. Y Justin no aparecía por ningún lado, mejor así, debía poner manos a la obra para deshacerse del ángel lo más pronto posible.
Se soltó el cabello y se metió a dar un baño muy corto, pero lo suficiente para hacer todo su ritual de belleza diario. Al salir, se colocó una sudadera enorme, y unos pantaloncillos muy cortos. Se puso frente a la computadora y empezó a enlistar a toda la gente a la que pudo haberle arruinado la vida para investigar como remendar sus errores y poder hacer desaparecer a tan fastidioso y encimoso ángel.
-¿En serio, Hails? ¿En esto gastas tus vacaciones?
Ella debía estarse acostumbrado a estas apariciones y desapariciones, porque, contrario a la costumbre, esta vez no gritó cuando de repente, Justin estaba de nuevo a lado de ella.
-Tengo que hacer algo para deshacerme de ti, no puedes seguir arruinando mi carrera por tu estúpida misión, así que ayuda o vuelve a desaparecer.
-Hailey, la mitad de tu lista está mal, muchas de esas personas mejoraron su vida después de que las humillaras, despidieras, o "quitaras del camino".- esto último lo dijo con una voz de bobo, fingiendo imitar a la rubia.
-Justin sólo tengo dos semanas para resolver esto, Conan se quedará en mi puesto si no termino pronto.
-Creí que tenías acumulado mínimo dos meses de descanso.- ella volvió a poner esa mira furtiva que intimidaba a cualquiera.- Bien, mira, te propongo los siguiente. Dame un mes. Tú sólo diviértete y descansa en este tiempo, yo intervendré cuando sea necesario para finalizar esta misión, ¿qué te parece?
-Un mes es demasiado.- finalizó decidida.
-Si no aceptas, no podrás deshacerte nunca de mi, Hails.- respondió interviniendo en su camino.
¿Un mes? ¿Treinta días completos? ¿Cómo podría sobrevivir a eso?
No tenía otra opción más que aceptar, pero no estaba de acuerdo. Si quería conservar su puesto no podía retirarse de la oficina tanto tiempo, pero tampoco podía volver con Justin a cuestas. Haría todo lo que estuviese a su alcance para finalizar cuanto antes toda esta locura.

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Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?