-Quítame esa mirada de encima.- exigió Hailey mientras terminaba de arreglarse para salir con sus amigas más cercanas, Kendall y Justine.
-Se siente un Aura muy liviana cuando te relajas.- respondió Justin sin quitar esa sonrisa de bobo mientras la miraba maquillarse atentamente.
Justin nunca se imaginó verla ebria, no era parte de ella ser tan relajada y mal hablada, al principio las amigas de la chica lo habían invadido de preguntas, pero conforme él mostraba desinterés, ellas igual lo hicieron. Ahora él estaba sentado en la esquina del bar al que habían ido, mirándolas desde ahí cantar, bailar, y hacerse de ojitos con los hombres que las acosaban por estar en estado inconveniente. Eso no le agradó demasiado, pero tampoco quería intervenir. Además, Hailey no permitía que nadie se le acercara de más, sin ser grosera o mezquina como acostumbraba sabía poner sus límites.
A altas horas de la madrugada salió sosteniendo como pudo a las tres mujeres, Kendall y Justine habían pedido un auto para que las llevara a casa, y él tuvo que hacerse responsable de Hailey, quien no dejaba de decirle lo guapo que era.
Nunca había conducido, pero suponía que no era tan difícil, además él era un ángel, ¿qué de malo podía pasar? Encendió el Volvo de la rubia mientras ella protestaba por hacerse cargo del volante, sin poder siquiera levantarse del asiento trasero. Quitó el freno de mano y movió la palanca hacia donde indicaba el número uno. Poco a poco fue sacando el clutch y el auto comenzó a avanzar por si solo.
Si manejar era complejo, estacionarse era todo un reto, así que no lo hizo, le pidió al portero estacionarse por él, y sacó de la billetera de Hailey un papel verde que indicaba ser de diez dólares.
Toda experiencia era bastante extraña para Justin, nunca había pasado tanto tiempo en la Tierra, conviviendo tanto con los humanos, siempre había repudiado la idea de permanecer fuera del Paraíso, pero ahora que lo experimentaba no era tan malo.
Sostuvo entre sus brazos a la chica durante el resto del trayecto hacia la cama, ella todavía no se callaba pero había dejado de prestarle atención porque ni siquiera entendía que era lo que decía.Sólo sintió como, antes de dejarla recostada en esa enorme nube blanca que los humanos llamaban cama, ella lo jaló de la nuca con fuerza y pegó sus labios a los de él.
Al principio había sido un beso violento, pero cuando Hailey notó que el ángel no se oponía al contacto se suavizó, poco a poco entreabrió los labios y pescó entre sus dientes el labio inferior de Justin.
Lo miró para descubrir el nivel de aceptación del rubio y se llenó de regocijo al encontrar que Justin tenía los ojos cerrados, y una expresión que dejaba en claro que disfrutaba ese baile entre sus lenguas.
Hailey se sintió excitada, no sabía si por el alcohol o porque él de verdad era muy guapo, pero tenía la necesidad de continuar besándole.
Cabe destacar que era el primer beso que Justin había dado en toda su larga existencia, nunca había conocido el placer de probar otros labios, aunque supieran a vino en su mayoría. Pero le gustaba, le gustó tanto la sensación, el vaivén en su vientre.Él nunca había dormido, no conocía el sueño, pero esa noche se acostó a lado de ella y cerró los ojos, esta noche había tenido dos experiencias completamente nuevas y satisfactorias, el placer de un beso y del descanso.
Hailey se despertó demasiado tarde para su gusto, dio un brinco en su cama al sentir a alguien acostado a su lado, relajó su tensión cuando se dio cuenta que era Justin y tomó unos segundos para admirarlo. Después de la noche anterior, le había comenzado a tomar cariño, poco recordaba de lo acontecido pero dentro de ello estaba el beso que habían compartido. Ignoró el dolor de cabeza que la invadía porque no podía detener sus actividades diarias por una noche de parranda. Se levantó con cuidado de la cama para no despertar al ángel y salió al balcón para hacer su rutina de yoga.
Al finalizarla se metió a bañar, le tomó un tiempo más de lo normal el preparar la bañera porque le urgía poder relajarse un poco y pensar con claridad. Se desnudó con cuidado y se metió al agua permitiendo que ésta compartiera su temperatura. Apenas había cerrado los ojos para relajarse cuando escucho al rubio gritar desesperadamente su nombre.-¡Oh, Hailey aquí estás!- suspiró Justin abriendo la puerta del baño. Como si no conociera la privacidad.- Fue horrible, creo que me he quedado dormido, ¿como los humanos se permiten perder la conciencia de ese modo?
-¿Pero qué mierda, Justin?- exclamó tratando de taparse con las burbujas.- ¡Sal de aquí!, estoy desnuda, me estoy bañando.- obvió avergonzada.
-¡Oh, cierto! Perdón, no recordaba que los humanos eran muy hipócritas con la desnudez, no te preocupes, no vi nada.
-¡Ya sal de aquí!- repitió confundida por las palabras del chico.
No permaneció más tiempo dentro de la bañera de lo que su ducha regular le exigía, temía que Justin volviera a entrar sin su permiso. ¿Que había sido eso de la hipocresía de los humanos? No había nada de hipócrita en no permitir que la vieran desnuda.
Salió del baño envuelta en una toalla y cuando estuvo segura que él no merodeaba por la habitación se vistió lo más rápido posible con lo primero que encontró.
Cuando estuvo vestida y pudo abandonar la habitación se encontró con Justin, peleando por preparar té en su cocina, se sintió como boba espiándolo a sus espaldas, pero no pudo evitarlo, era muy guapo, y no llevaba más ropa que un short enorme que ella había encontrado entre su ropa vieja. Era tan desinhibido, liberal y tierno que sentía casi imposible no tener alguna atracción hacia él.-Así no, tonto.- le corrigió, sosteniendo las manos de Justin entre las suyas para que dejara de pelear con la tetera.- Aquí pones el agua, y debes prender el fuego para que se caliente. Yo pondré la cafetera porque prefiero café que té, ¿de acuerdo?
-Lo que tú digas, boss.
Ella no pudo evitar una risita divertida ante el gesto de Justin de estar a sus órdenes. Y sonrió aún más cuando él la abrazó por detrás muy fuerte, agradeciéndole por preparar su té.
¿Era normal ese revoloteo en su vientre? ¿Por qué se sentía tan nerviosa ahora que lo tenía cerca? Antes deseaba deshacerse a toda costa de él y ahora no podía dejar de disfrutar su compañía.
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Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?