Habían pasado casi dos horas, y la maldita junta con los editores todavía no veía final. Hailey no veía la hora de poder apagar la maldita computadora y volver a la cama para seguir durmiendo, no entendía como es que estas retrasadas personas podían poseer un puesto laboral como el suyo, honestamente era humillante.
La junta era más del tipo informativa, así que no participó demasiado ni prestó mucha atención. Cuando por fin termino la videollamada tomó su celular y pulso el número de Ly."Ly, necesito que en la edición de Julio pongamos algo referente a la comunidad LGBT... Si, ya sé que ha pasado el pride month, pero es necesario visibilizar el tema no sólo en un mes, no quiero una nota común, que alguien relate la vida de una persona de la comunidad para que sea más realista, cercano. También necesito que consigas una exclusiva, no importa el tema... Si, si, cualquier cosa me regresas la llamada, adiós."
Necesitaba liberar su cabeza del aburrimiento y el estrés, no podía parar de pensar que estaba pasando en el universo divino de Justin para que él fuera requerido tan repentinamente, si estaría bien, y lo más importante, cuando volvería.
Preparó la tina de baño para pasar un largo rato dentro del agua caliente, y música de fondo, se preparó un café frío y entró a la bañera, dispuesta a relajarse.
Cuando el agua comenzó a volverse fría, ella salió de ahí, realizó con lentitud y delicadeza su rutina del cuidado de piel y se envolvió en una bata para ir a abrir su puerta, porque el timbre acababa de sonar.Era Kendall, le abrió dejándola pasar y recibiéndola gustosa, aunque pasaban poco tiempo juntas y era muy raro el día que Hailey recibía visitas, cuando estaban juntas siempre la pasaban bien.
-¿Dónde escondiste a ese rubio caliente de la otra noche? No lo quieras guardar solo para ti.- le preguntó Kendall dirigiéndose hacia la habitación de la rubia, quien la seguía de cerca.
-Ya te dije que sólo es un amigo, pronto dejaré de verlo.- no mentía, tenía menos de dos semanas para pasar con Justin antes de que desapareciera de su vida para siempre.
-¿Estás un mil por ciento segura de eso?- insistió con un tono juguetón.
-Vamos, ya dime que es lo que escondes.
La rubia sabía que algo fuera de lo normal pasaba, como ya se dijo, no era común que Kendall la visitase, y menos que insistiera tanto con un hombre en la vida de Hailey, siendo su amiga, Kendall sabía que las personas de género masculino no duraban más de un día en la vida de Hailey Baldwin.
-De acuerdo, pero no te molestes conmigo.- hizo una pequeña pausa para dar dramatismo a la noticia.- Jay me ha estado preguntando por ti, pero en verdad muy insistente. Yo le dije que quizá tú estarías interesada en tener una cita con él.
Jay había sido el único hombre en la faz de la tierra que podía tener el privilegio de decir que fue novio de Hailey, se conocieron en la universidad, ella era muy joven todavía y estaba enamorada de la idea del amor, y de Jay. Pero tuvo que dejarlo al elegir su vida profesional, no tenía tiempo de novios, y cualquier otra cosa que no dejara nada productivo en su carrera. Habían seguido en contacto mínimo, casi no se hablaban pero no tenían ningún problema en hacerlo.
Eso no evitó que Hailey pulverizara con la mirada a su amiga mientras negaba repetidamente con la cabeza.-Estás loca. No, sabes que no puedo. No, ¿cómo se te pudo ocurrir? Es la peor idea que has tenido desde la depilación con cera, olvídalo.
-¡Oh, vamos, por favor! No lo pediría si él no hubiera sido tan insistente, además ya tengo todo listo, tendremos una cita doble, yo estaré contigo. Será como una simple salida de amigos.
Hailey no supo en qué momento su contundente negación la llevo a estar buscando vestidos para su cita de esta noche, a Kendall no le habían parecido adecuados ninguno de las miles de prendas que la rubia tenía; así que la arrastró fuera del departamento para llevarla de compras por Nueva York, y, cuando al fin habían conseguido el vestido perfecto, comenzaron su ritual de belleza en Spa Belles. Después de la manicura continuaron en J. Aveda, dónde les dieron el peinado y maquillaje que necesitaban. Y por fin, a las ocho con trece de la noche estaban llegando al Per Se, el restaurante que habían elegido para la cita.
Kendall pidió la reservación a nombre de Jay Steeves, y le dijo a Hailey que había olvidado su celular en el auto, y debía volver por este, antes de que la rubia pudiera objetar, Kendall salió corriendo del restaurante dejándola sola.
-¿Vamos?- le insistió la hostess del restaurante, quién llevaba esperando que Hailey le siguiera hasta la mesa de su reservación.
Entendió que había caído en una trampa muy bien elaborada de Kendall para reunirse con su antigua pareja, y se resignó a seguir el plan. La hostess la llevó a una mesa dónde Jay ya la esperaba, le sonrió al verla. La realidad es que él era un hombre muy guapo, y así se veía aún mejor, metido en un traje con su corbata mal acomodada. Ella le devolvió la sonrisa y se sentó frente a él.
-Me alegra tanto verte, Rhode.- la saludó Jay, sonando un poco nervioso.
-¿Por qué? ¿Pensaste que no vendría?- se burló Hailey, él comenzó a bailotear con sus dedos y miró hacia abajo, con una risita nerviosa.- Oh por favor, en verdad lo pensaste.- le reclamó atrapando entre sus delgadas manos las de él.
-Creí que Kendall se burlaba de mi cuando me dijo que estabas de vacaciones, porque, bueno, tú no tomas vacaciones.- Jay volvió a soltar una risita nerviosa, y Hailey se cruzó de brazos pretendiendo estar ofendida, no pudo reclamar nada porque el mesero los interrumpió ofreciendo vino.
Ella hizo la cata de la botella que les habían llevado y pidió que la dejaran para acompañar la cena.
La verdad es qué pasó una noche muy agradable, Jay seguía siendo igual de elocuente que como lo recordaba, y era el único que toleraba sus comentarios pasivos agresivos sin sentirse ofendido, hablaron sobre todo lo que había pasado en sus vidas estos últimos años sin verse, hablaron de su tiempo en la universidad, hablaron de todo.
El tiempo les hizo falta para seguir hablando, así que cuando el restaurante cerró sus puertas, ellos se montaron en la motocicleta de Jay y fueron a rodar por todo Central Park. Hailey había olvidado lo bien que se sentía pasear en moto, el viento en tu rostro, respirar el aire, sentir la adrenalina.El amanecer los atrapó sentados en una banca del centro, compartiendo una botella de vodka que habían adquirido en una vinatería, felices, riendo.
-Vuelve a mi vida, Hailey.- le pidió de repente Jay arrodillándose frente a ella.- Te amo tanto como el día en que te fuiste, y no pasa un solo momento en que no piense en ti, y en la vida que pudimos haber tenido.
La sonrisa de la chica se borró, hasta este momento, teniendo a su ex arrodillado y ebrio frente a ella, no había recobrado el sentido de la realidad.
-No puedo.- respondió mientras una lágrima se asomaba por su mejilla.- Perdóname, yo no quise ilusionarte, mereces a alguien que te haga su prioridad, y tú nunca serías mi prioridad.
-Hails, yo...
-No, Jessey, lo mejor será que no volvamos a vernos.
Él siguió hablando, pero ella estaba tan agobiada que no le entendía. Caminó con lentitud trastabillando hasta la avenida, Jay seguía gritando su nombre pidiéndole por favor que volviera. Hailey le dirigió una mirada que comenzaba a bloquearse por las lágrimas antes de subirse al taxi que había detenido.
¡Tonta, tonta! ¡Eres una tonta, Hailey Baldwin! Se reclamó internamente mientras luchaba con todo su poder para evitar que sus ojos generaran más agua.
"No debiste haber ido a esa estúpida cita, no debiste haber confiado en Kendall, no debiste ponerte ese vestido rojo entallado, no debiste irte con él del restaurante, ni comprar alcohol, ni ponerte ebria con él, no debiste haber hecho nada de lo que hiciste, la volviste a joder."
Llegó a su departamento alrededor de las siete de la mañana, abrió con lentitud la puerta y se encontró con Justin, esperándola sentado en su comedor.
-¿Dónde te habías metido?- le reprochó mientras se levantaba a recibirla en sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?