Al día siguiente Hailey se encontraba de vuelta en su oficina.
Por años había sentido una satisfacción enorme en su ego cuando daba la hora de su llegada y oía a todos correr a sus posiciones como hormiguitas. Pero ahora no podía importarle menos. Cuando las puertas del elevador se abrieron y todos fueron conscientes de su presencia se escucharon varios gritos ahogados y como de repente el silencio reinó todo el edificio.-Hailey, lo siento tanto, no sabía que vendrías hoy. Llamaré inmediatamente para que puedan traer tu café.- se lamentó Ly abriéndose paso hasta ella.
Hailey la ignoró, en realidad no tenía ánimos para hacerla sentir miserable por no tener lista su bebida, además, en todo el tiempo de su ausencia, Ly mantuvo a flote el trabajo y no merecía que la hicieran sentir mal. Caminó directo a su oficina y se sentó en su enorme silla detrás del escritorio al que había extrañado tanto.
Miró de reojo el asiento de la esquina, donde Justin había estado inmóvil la única vez que ella lo había llevado ahí.
Se quito las gafas oscuras soltando un suspiro profundo, toda la noche anterior se la había pasado en vela llorando y tenía los ojos hechos un desastre, a pesar de haberse puesto varias de sus cremas especiales y algo de maquillaje.Espabiló la mente y volvió su atención hacia los documentos que la esperaban en su escritorio. Tenía que revisar la edición del próximo mes y supervisar los anuncios de los patrocinadores.
No tardó mucho tiempo en que Ly entrara a su oficina con su tan esperado café y acompañada por Michael Grey.Rápidamente volvió a colocarse las gafas oscuras para cubrir sus ojos argumentando que padecía migraña, parecieron creerle.
-No sabía que estarías de vuelta tan pronto, Hails. Te esperaba hasta la próxima semana.- inquirió su jefe cuando Ly los dejó solos.
-Tenía muchos pendientes, además no puedo dejar que el imbécil de Conan quede a cargo, no hace más que estupideces.- bufó sin dejar de mirar los papeles en su escritorio.
-Curioso que lo pongas de ese modo, ya que los últimos seis días estuve buscándote como desquiciado por todos lados y nunca te dignaste a contestar. Lo último que supe fue que huiste de mi gala con aquel rubio sin gracia.- espetó en tono de reclamo.
Ella lo volteó a ver por primera vez desde que llegó, aunque no se podían percibir sus ojos, la mueca de sus labios demostraba que estaba bastante molesta por aquel comentario.
-Tuve un compromiso importante.
-¿Y el rubio ya no merodeará más por aquí?
-No. Grey tengo que ponerme al corriente con muchas cosas, ¿viste a quien quieren contratar para la portada de la edición de septiembre? Es patético. Si no te molesta, tú si me molestas.
-Hay una junta con los directivos y te quieren presente.- respondió ignorando los malos modos de Hailey, nada podía quitarle su felicidad al saber que por fin se había deshecho del chico insufrible que había aparecido de repente en la vida de su editora en jefe.
-¿Cuándo?- preguntó volviendo su atención a los documentos.
-En quince minutos, sala de juntas.
Volvió a suspirar con descontento, en situaciones normales estaba lista para cualquier junta, pero Justo ahora no podía sentirse más perdida. Hizo señas para que abandonaran su oficina todos los presentes y una vez sola soltó el aire que tenía contenido. Sostuvo en su mano el collar pretendiendo que de algún modo aquella baratija que él ángel le había dejado podía envalentonarla,
Después de algunas horas en la sala de juntas que le resultaba tan desafiante, supo de que se trataba la solicitud de su presencia. Querían hacerla socia de los directivos en la revista. Los varios días que se tomó de vacaciones sirvieron para que reconocieran su trabajo, acorde con los comentarios que le hicieron, Conan no pudo con toda la presión y terminó renunciando, y entre todas las personas que había disponibles, nadie pudo ejercer su autoridad ni liderazgo del mismo modo efectivo que ella.
En todos sus años de trabajo éste había sido su objetivo, llegar hasta arriba, ser de las mejores, pero no le causaba emoción alguna, era preferible el poder sentir odio hacia Justin, rencor, coraje, en últimas instancias poder tener tristeza. Pero ella se sentía vacía. Sin objetivo, sin nada que la complaciera, todo lo que lloraba era porque de repente llegaba las lágrimas a sus ojos sin previo aviso, pero no lloraba con tristeza, sino con un dolor inmenso por no tener con qué cubrir ese vacío que Justin le dejó."Con una condición. Quiero que Ly tome mi lugar."
No dijo nada más en todo el rato, se limitaba a asentir cuando era necesario. El cambio de puesto significaba menos trabajo y más tiempo libre, por lo que aceptó sin problemas el poder ser la mentora de Ly en lo que se acoplaba a su nuevo puesto y seguir supervisando las ediciones. Lo que menos quería era tener tiempo libre donde de repente comenzara a llorar sin motivo.
No había querido hablar de lo sucedido con nadie, de todos modos no sabría explicar cómo fue que un ángel llegó a su vida y ella como estúpida se enamoró de un ser celestial que sólo la estaba utilizando para poder volver al Paraíso y después por algún motivo, le había regalado sus alas.
No le daba mucha vuelta a la lógica del asunto porque la verdad es que no tenía ninguna lógica, sólo sabía que se sentía sola, la ausencia de Justin le había pesado con tanta intensidad que no podía concebir como vivió tantos años reclutada entre su oficina y su departamento sin compañía alguna. Pero tampoco le interesaba ninguna compañía que no fuera su ángel. No tendría sentido.
Cuando salió de su oficina, ya bastante tarde, Ly seguía ahí tomando y realizando llamadas para poder conseguir a Dua Lipa para la portada.
Llamó su atención poniendo la mano en su hombro, Ly volteó asustada y terminó su llamada. Hailey le indicó que dejará todo y se fuera ya a casa.Hasta ese momento, Hailey no supo que sus asistente no tenía auto, así qué pasó a dejarla hasta su casa. Y antes de volver a su departamento, pasó al mini súper a comprar varias botellas de vodka. No podía manejar todas sus emociones estando sobria.

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Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?