Hailey sintió que su pecho había sido abierto y alguien le había extirpado el corazón y se lo había puesto en la mano. No entendía como en su pecho podía caber tanto dolor.
Por unos segundos perdió todo control de sus sensaciones, se sintió aturdida por cada simple cosa a su alrededor.Todo lo que sentía por él había sido planeado, sólo para que pudiera terminar su estúpida misión y volver al Paraíso.
Tuvo que respirar bastante fuerte para poder retomar la concentración en la plática que estaba sucediendo en la otra habitación.
-¿Por qué vuelves hasta ahora?-preguntó Justin.- Mi misión terminó cuando ella habló con aquel humano de sentimientos heridos.
Hailey supuso que se trataba de Jay. Eso quería decir que hace más de una semana él había terminado su misión.
-No, no había acabado ahí, tenías que volverla dócil, cambiar su carácter. Y eso ya pasó, ahora vamos, tenemos un desastre que arreglar.
Cassiel le estiró el dije que le faltaba al collar de Justin para recuperar sus alas, cuando se lo puso, aparecieron en la espalda de Justin dos inmensas y enormes alas que se veían majestuosas.
Ella no pudo sostener más su espionaje, supuso que con las alas, él se iría sin más, y quería enfrentarlo antes de que desapareciera de su vida para siempre.-¿Entonces eso fue todo?- Hailey quiso que esta frase sonara ególatra y furiosa, pero la voz se le quebró, se escuchó más como un chillido que como un reclamo.- Sólo fui un objeto para que pudieras regresar al cielo.
El ángel volteó a verla y su boca se abrió de par en par, y casi de inmediato, volteó de regreso su mirada hacia su hermano.
-Tú sabías que ella estaba escuchando.- afirmó tornando su rostro con furia.
-Debías de dejar de perder tu tiempo con esta tonta humana.
Hailey no pudo permanecer escuchando tantas ofensas hacia su persona. Se vistió lo más rápido que pudo con lo primero que encontró y tomó su bolso, dejando todo lo demás tal y como estaba. Justin no paraba de seguirle en cada paso que ella daba, balbuceando quien sabe qué, ella dejó de prestarle atención.
Salió por la puerta de la habitación y fue ahí cuando el ángel dejó de perseguirla.
Aventó su llave en la recepción anunciando en una corta frase que ya iban a desocupar la habitación y salió para tomar un taxi que la llevara al aeropuerto.Después de algunas horas de espera, por fin pudo tomar su vuelo. El avión iba casi vacío, y hasta el momento que se asomó por la ventanilla y miró cómo iban despegando fue que las lágrimas comenzaron a inundarle los ojos. Lloro en silencio, sin gemidos ni lamentos, pero el agua corría por sus mejillas como fuentes, sentía en su cuerpo las manos de Justin sosteniéndola, oía a la cercanía como él susurraba su nombre, recordaba cada momento de la noche anterior, como si estuviese volviendo a pasar en este mismo momento.
¿Cómo pudo ser tan tonta?
Lo quería, en verdad lo quería. Recordaba que el amor dolía pero nunca pensó que pudiera doler tanto.Lloro sin cesar la mayor parte del vuelo, hasta que los ojos le ardieron y se le hincharon, no le quedó otra más que dormir cuando supo que no podía continuar llorando. El sueño le ayudó a que le dejaran de arder los ojos, pero los seguía teniendo hinchados, por fortuna en su bolso llevaba un par de gafas negras que habían comprado hace un par de días en su paseo por los jardines.
Trago saliva para deshacerse del nudo en la garganta que le generó ese recuerdo y apretó los puños para evitar que las lágrimas volvieran a brotar.Bajando del avión pidió otro taxi que la llevara a casa. Abrió la puerta de su departamento con la intención de meterse a dar un largo baño, pero captó su atención una hoja doblada que reposaba en su bufete, tenía su nombre escrito con letra cursiva.
Se acercó a levantar el papel y lo desdobló para poder leer."Sé que no existen palabras para justificar el dolor que te causé, tú me enseñaste tanto y fui el ser más feliz en estas semanas que pase a tu lado, que me hace sentir tan miserable saber que te pague del peor modo posible. Más allá de lo que el resto de las personas puedan pensar, eres una mujer fantástica, fuerte, capaz y decidida; si no fuese demasiado pedir quisiera pedirte que le permitas al resto del mundo conocer esa parte maravillosa de ti que nadie más en el planeta puede igualar. Conocerte nunca fue un castigo, te considero la bendición más bella que pudo sucederla a mí insignificante existencia.
Honestamente ya no puedo imaginar ningún otro Paraíso después de haber estado contigo, gracias por haberme mostrado las maravillas de la vida en la tierra y por haber sido mi más agradable compañía.
Te prometo que no volveré a molestarte de nuevo.~Tu ángel, Justin."
Aquella carta no era lo único que el ángel había dejado cuando se infiltró en su apartamento. En el mismo mueble se encontró con el collar que Justin siempre traía puesto, incluyendo en el las alas por las que tanto había sufrido. Hailey recordó cuando él le había explicado que nadie podía quitarle su collar, a menos que él decidiera brindarlo. A pesar de que muchas veces Justin le explico el significado simbólico de sus alas y todo lo celestial, ella seguía sin comprender muy bien de qué trataba todo aquello, lo que si sabía muy bien era que sin esas alas, representadas en ese colguije, él no podía volver al Paraíso.
Con miedo levanto el collar entre sus manos, la última vez que intento tocarlo sin la autorización de Justin le había dado una especie de descarga eléctrica. Pero ahora no sintió nada, nada más que su pecho vacío y un dolor punzante en dónde estaba su corazón.
Miró con cuidado el collar y prosiguió a ponérselo alrededor de su cuello.Aquel gesto significaba que Justin había renunciado al Paraíso.

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Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?