Justin estaba siendo dramático, la realidad es que él sabía donde había estado Hailey y con quién, pero no pudo continuar con su drama porque ella se puso a llorar en cuanto él la envolvió en un abrazo.
-Lo jodí, Justin, otra vez.- se lamentaba sin parar de llorar.
Él la levantó con cuidado y la sentó en la mesa, se arrodilló ante ella y le quitó ambos zapatos, volvió a levantarse y la ayudó a deshacerse de su chaqueta de cuero, ella se colgó de nueva cuenta en el cuello del chico, y este aprovechó para tomarla entre sus brazos y llevarla cargando hasta su habitación.
La recostó en la cama y le bajó el cierre de su vestido, tomó una de las playeras que Hailey había comprado para él y la ayudó a ponérsela.Ella seguía llorando, pero entre el sueño y el alcohol, ya no podía decir ni una palabra que tuviera lógica. Sólo alcanzó por tercera vez el cuello de Justin y lo jalo hacia ella para robarle un beso.
No fue tan significativo como los anteriores porque Hailey casi se quedaba sin conciencia del cansancio. Hasta entonces Justin había creído que eso de los besos era algo que sólo las mujeres podían dar, ahora su hermano Cassiel le explicó que él también estaba en su libre derecho de besarla si quería, aunque no se sentía con la plena confianza de hacerlo.
Dormían juntos, pasaban la mayor parte del tiempo juntos, y casi siempre ella estaba buscando su tacto, recostándose en él, entrelazando sus dedos, tocando sus pies con los pies de ella; pero besarse seguía siendo tan íntimo para él, no se sentía con el pleno derecho de tomar los labios de la chica entre los suyos, no le parecía correcto, por bien que se sintiera.Hailey durmió la mayor parte del día, el sol comenzaba a esconderse cuando ella se despertó, con algo de jaqueca y un mal sabor de boca. Por suerte, Justin estaba a su lado, esperándola con una taza de café. Una de las mejores cosas que pudo hacer con ese hombre fue enseñarle a usar una cafetera, el café le quedaba delicioso. Recibió la taza que él le ofrecía y se la llevó a su boca hasta que el líquido caliente le recorrió la garganta.
La cabeza le punzaba un poco y sentía los ojos arder por haber llorado, ella no estaba acostumbrada a llorar.-Siento que tenía una eternidad sin verte.- murmuró Hailey recostando su cabeza en su mano.-¿Ya me vas a decir que es lo que sucede en tu celestial universo?
Justin soltó una risa sarcástica, le quitó la taza de café a la rubia y le extendió los brazos para que ella se acomodara en su pecho tibio. Él no traía puesta ninguna playera, fue más fácil para Hailey distinguir de este modo que él se había hecho un tatuaje nuevo, de un ave en su cuello.
-Verás,- comenzó a explicar.- tu especie conoce a todo ser que parezca humano pero tenga alas como "ángel". No todos lo somos. Existen nueve categorías entre los "ángeles" dependiendo de que tan cerca estén de Él o de la humanidad. Yo soy un Serafín.- Hailey no pudo evitar generar una risa burlona, Justin la miró mal antes de continuar.- Los serafines somos en la jerarquía de ángeles los que más alejados estamos de la humanidad y más cerca de Él. Parte de mis tareas era regular la convivencia entre las nueve jerarquías de ángeles, pero le presté más atención de la debida a las necesidades y opiniones de ángeles y arcángeles, que son la jerarquía más cercana a la humanidad; así fue que ayude a algunas almas inocentes a abandonar el infierno y ascender al cielo. Cuando Él me desterró del Paraíso y me envió contigo comenzaron tensiones entre las jerarquías, ángeles y arcángeles comenzaron a revelarse contra serafines y querubines. Cassiel es un arcángel, vino por mi para intervenir y calmar las cosas.
-¿Y hace dos días porque llegaste sangrando?- interfirió Hailey.
-Mi hermano Jael, él está una jerarquía bajo la mía, se molestó al verme tratando de entrar al Paraíso estando desterrado y me impidió el paso de una manera no muy grata. Por gracioso que parezca, entre más cerca estén de Él, más agresivos se vuelven, la mayoría de mis hermanos han perdido el piso y sentido de la realidad, contrario a los ángeles que tienen más de humano que de celestiales.
-¿Y en el cielo hay tatuadores?- continuó su cuestionario mientras le acariciaba con su pulgar el nuevo tatuaje de ave, Justin atrapó su delgada mano entre las de él y la acercó a sus labios para plantarle un beso en el dorso.
-Aparecen de repente, usualmente después de completar una tarea fuera de mis responsabilidades básicas.
-Me alegra que hayas vuelto.- murmuró cerrando los ojos.
Se sentía bien volver a tenerlo de cerca, percibir su calor, acariciar su rostro, cada día se volvía más apuesto. Después de lo que había pasado con Jay se sentía muy vulnerable, seguía teniendo claro que la cercanía con Justin no era buena porque él la iba a dejar, pero no podía evitarlo. Los gestos de aprecio le brotaban naturalmente como respirar cuando estaba cerca de él. Le gustaba mirarlo, aspirar su aroma, que él la acariciara donde fuese.
No pudo evitar sentir la desesperación de besarlo, ella era muy reservada, por eso solo se atrevía a besarle cuando estaba ebria, pero ahora no pudo contenerse, se sentó a horcajadas sobre él y lo miró a esos preciosos ojos color miel que Justin tenía, mientras deslizaba sus dedos entre el despeinado cabello del Ángel.
Busco en su mirada la aprobación que ella necesitaba para juntar sus labios y creyó haberla encontrado, o se convenció de que así era. Él estaba confundido, pero eso no disminuía la cantidad de deseo que ella le generaba, por lo que abrió lentamente sus labios para recibir los de ella, y la jalo del cuello para terminar con esa corta distancia que los mantenía jadeantes de ansia.
En sus largos siglos de existencia, Justin había experimentado muchas sensaciones, la mayoría ni siquiera eran conocidas por los humanos, pero por más celestiales que fuesen, no se comparaban en lo mínimo con el placer de tenerla entre sus brazos, de sentirla cerca, de poder besarla y acariciarla y disfrutar de cómo se apretaba contra él.¿Qué era lo que ella tenía que lo hacía sentirse así? ¿Cómo podría detenerlo? Él es un inmortal ángel cuyas tareas celestiales no incluyen la posibilidad de que este revoloteo en el estómago que siente cuando está con ella permanezca. Y ella es solo una humana, que debe continuar con su ciclo de vida donde él no encajaba.
Ambos sabían que estaba mal continuar con esta cercanía porque iba a afectarles cuando todo terminara, pero ninguno estaba dispuesto a parar, al menos no por ahora, a la mitad del beso más erótico e intenso que podía existir.

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Beauté
FanfictionÉl no podía volver al cielo sin su ayuda. Y ella jamás entraría al cielo si él no la ayudaba. Pero ¿funcionaría?