Capítulo 16

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Salieron a hurtadillas por la puerta de atrás, escondiéndose del jefe de Hailey, quién se miró muy molesto cuando notó que la compañía de la rubia era el mismo chico que se encontraba siempre a lado de ella. La realidad es que Justin tuvo que hacer uso de algunos de sus "poderes angelicales" para que Michael no los viera, porque desde que salieron de la limo hasta los últimos momentos en su mesa, no les quito la vista de encima.

El ángel entendía un poco más ahora los sentimientos del jefe de Hailey al verla con otro, el mismo Justin experimentó esa sensación desagradable en su vientre cuando vio a la chica con su ex pareja, y cada vez le era más difícil contener esa sensación cuando se la imaginaba con alguien más; los celos era otro de los múltiples sentimientos humanos que no entendía, y mucho menos le agradaba.

Cruzaron la avenida corriendo para evitar las cámaras que por algún motivo seguían acechando el recinto, detuvieron el primer taxi que pasaba y se subieron lo más aprisa posible.

-Al aeropuerto.- ordenó Hailey al chófer, ignorando la sorpresiva mirada del ángel quién no se imaginaba cuál sería el plan de la rubia.

Cuando se bajaron del vehículo, él se quedó en espera y agudizó lo más que pudo el oído para alcanzar a escuchar lo que Hailey hablaba con la recepcionista de la aerolínea, pero otro de los efectos que había tenido su extenso tiempo en la tierra, era que había perdido la capacidad  de ver u oír cosas a una lejana distancia. No tuvo más que resignarse a quedar a la voluntad de cualquier loco plan en el que la rubia lo quisiera inmiscuir.
Supo su destino una vez que estuvieron arriba del avión.

Hailey había decidido que si iba a mandar a la mierda su trabajo escapando de aquel evento, debían visitar un lugar que valiese la pena el sacrificio. Le parecía que Paris era una buena idea.

-También podíamos pasar el fin de semana viendo películas en tu apartamento.- comentó Justin cuando escuchó en la radio del avión su destino.

-No me obligaste a tomar vacaciones para quedarme postrada en mi sofá. ¿Cierto?

Él soltó una risa incrédula y recibió con brazos abiertos a Hailey, quien optó por ocupar el cuerpo del Ángel como almohada por el resto del vuelo, aunque el vestido era incómodo y habían llamado bastante la atención al entrar al avión sin maletas y con esos atuendos.

En el fondo, ella buscaba alguna forma de que Justin admitiese tener algún sentimiento por ella, algún modo de que no se fuera de la tierra y pudieran pasar más tiempo juntos. Pero sabía que era imposible, es decir, ¿quien renunciaría al Paraíso y a poderes celestiales para poder estar con ella? Honestamente ella misma no lo haría. Pero ¿que podía perder? El "no" ya lo tenía dado por hecho, además, qué mejor forma de hacerlo que llevando al ángel a la ciudad más romántica del mundo.

Después de varias horas, llegaron al día siguiente a su destino. Por suerte, no era temporada turística, así que les fue sencillo conseguir habitación en el Ibis Paris Tour Eiffel Cambronne 15ème, además Justin hablaba francés a la perfección y era muy hábil para convencer.

-¿Ya habías estado antes en Paris?- le preguntó Hailey después de que les dieron su habitación.

-Puede sonarte extraño, pero la realidad es que no conozco más que los lugares a los que tú me has llevado. La verdad estás han sido mis primeras semanas en la tierra.

-Bueno y ¿te gusta?- volvió a preguntar deshaciéndose del estorboso vestido y poniéndose una de las batas del hotel.

-Si, me gusta todo lo que hago contigo.

Ella trato de esconder entre sus labios una sonrisa embobada por el comentario del Ángel, lo logró, a medias. Se recostó en la amplia cama a lado de él y se quedaron un buen rato mirándose a los ojos y acariciando el rostro del otro.

-Debemos ir a comprar ropa.- comentó Hailey rompiendo el silencio.- Pero que sea mañana, yo todavía no recupero el sueño de las últimas noches.

Justin soltó una risa enternecida y permitió que ella se acomodara entre sus brazos para dormir.

No volvió a despertar hasta que el constante sonido y vibración de su teléfono la levantaron. Miró a la pantalla y decidió apagar el aparato al ver el nombre de su jefe en ella. A la mierda todo lo relacionado con el trabajo por los días que iban a pasar aquí.

Justin la miraba desde el sofá, intercambiando su visión entre ella y el programa de televisión que estaban pasando. Cuando notó que se había levantado, se acercó con algo de ropa y se la extendió.

-Es mía. Supuse que te iba a quedar, yo sé que los humanos ocupan ropa interior pero no tengo nada de eso para ti.

Hailey recibió en pants y la sudadera gustosa, y se ruborizó un poco cuando él mencionó la ropa interior.

-¿Quiere decir que tú no usas ropa interior?- se burló sosteniendo la risa.

-Debo hacerlo cuando me pongo lo que tú me obligas. En el Paraíso no suelo ocuparla.- admitió sintiendo calientes las mejillas.

-Tomare un baño antes de vestirme, de todos modos mañana tendremos que ir a comprar ropa interior, no me incomoda pasear sin sostén pero definitivamente necesito bragas.- terminó sin poder aguantar las carcajadas al oír que los Ángeles paseaban por ahí sin nada que los cubriera.

Entró al baño y tomó una larga ducha en la enorme bañera que había, intento no pensar en nada, pero se atrapó a sí misma imaginando a Justin con ella de una forma más allá de la amistad; lo deseaba, tanto. Le palpitaba el corazón al verlo sin playera, cuando sonreía, le encantaban sus ojos, su cabello... Decidió por terminar su tiempo de relajación cuando fue consciente de que no podía dejar de pensar en Justin y en lo mucho que le atraía.

Como ya se había puesto la bata de baño todo el día, no le quedó de otra más que cubrirse con una de las diminutas toallas que había. Salió en busca de la ropa que el ángel le había dado y se encontró con él de frente.

Justin volvió a tener esa pulsación en su entrepierna al verla con tan poca ropa, fue más instinto que conciencia lo que lo poseyó cuando se aventuró a lanzarse sobre ella, reclamando a sus labios de forma dominante.

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