Capitulo 2

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Ya no estaba en esas calles oscuras con el cielo estrellado sobre su cabeza, esos brazos ya no rodeaban su cuerpo ni ese pecho se apretaba contras el suyo. Doyoung no había tenido el valor de mover algún musculo de su cuerpo, estaba quieto como un ratoncito en su escondite.

Doyoung giro sobre su espalda con lentitud con el corazón acelerado dentro de su pecho ante la expectativa de encontrar a ese hombre al otro lado de la cama o sentado en una silla, esperándolo pacientemente pero no había nadie, estaba completamente solo.

Sentándose en el borde de la cama con los pies colgando por un lado de esta, intento recordar algo que lo llevara a la inconciencia, pero no hubo nada, solo una ola de oscuridad, lo arrastro hacia su interior. Él se levantó, observando la simpleza de la habitación, una cama con dos mesas de noche a cada lado, un chuchillo brillaba sobre una de ellas, un armario y un espejo.

Doyoung deslizo los dedos por encima del metal frio, pero no lo agarro, no hubo necesidad.

Avanzo hacia las pesadas cortinas, corriéndolas hacia un lado.

Ya no era de noche, ya no estaba oscuro.

Definitivamente ya no estaba en ese pueblo viejo y sin color, empujo la ventana y el aroma de las flores hizo que suspirara de puro placer. Había pasado un tiempo desde que vio un jardín tan hermoso como ese, las flores se mecían al ritmo del viento helado que congelaba el rostro del chico, pero este no se aparto de la ventana.

Cerro sus ojos e imagino que estaba en la mitad de ese jardín con los pétalos rosando sus dedos, cortaría las flores mas pequeñas con un tallo flexible para poner en marcha a lo que alguna vez le enseño su hermana.

Corona de flores.

Haría miles de ellas o al menos, hasta que sus manos estuvieran cansadas.

Doyoung deseaba volver a esos tiempos que eran fáciles, deseaba volver a ese chico que no tuvo la necesidad de escapar de su casa y ser un vagabundo, ir casa es casa para escapar de su pasado, de su error. Pero el destino era caprichoso, estaba conspirando en su contra.

Su cuerpo se tensó cuando escucho la puerta abrir y ese aroma que se interpuso sobre cualquier otro. Doyoung cerro la ventana y giro sobre los talones de sus pies y ahí estaba, esa vibración debajo de su piel cuando sus miradas se cruzaron.

-Pensé que dormirías un poco más-el chico cerro la puerta a su espalda, ya no tenia la ropa sucia- te ves hermoso cuando duermes.

-Dios, que tétrico- murmuro doyoung

El hombre se encogió de hombros.

- ¿Quién eres? ¿Por qué me persigues? ¿Qué quieres de mí? – Doyoung intento recordar la noche anterior, pequeños detalles- ¿Cómo conoces mi nombre? Tú me llamaste por mi nombre.

Doyoung retrocedió un paso cuando el hombre dio uno.

-Eres muy descuidado, no pensé que te percatarías de ese pequeño detalle sin importancia, fui descuidado- respondió- doyoung, estuviste en mis sueños por muchos años o al menos, el eco de ti- hubo un destello extraño en sus ojos- cuando te vi por primera vez, supe que era tú, debías ser tú, eras como yo- hizo una pausa- llevo observándote por varias semanas, doyoung. Mi plan era acercarme a ti, ser tu amigo y luego, otra cosa más- paso la lengua por encima de sus labios, colocando las manos encima de sus caderas.

-Ni siquiera te hubiera dado la oportunidad de acercarte, hubiera sabido que era desde el primer momento en que te viera.

-Si, lo sé- sus hombros perdieron tensión- por eso me mantuve oculto, cuidando tu espalda hasta el momento indicado hasta que supe que te mudarías a otro lugar, me dejarías atrás. No podía permitir que te fueras, tuve que actuar, pero todo salió mal o no completamente todo.

Doyoung se sintió invadido, todo este tiempo, nunca estuvo solos, casi podía imaginarlo detrás de las ventanas de su casa, vigilándolo. Sus dientes se apretaron, ese hombre había cruzado una fina línea y no se dio cuenta, demasiada comodidad había hecho que sus alertas bajaran.

-Tú...hombre egoísta con poco cerebro.

Las palabras no salían de la garganta de doyoung, se atoraban

- ¿No completamente todo? - logro decir

-Estas aquí.

-No por mucho tiempo.

-No esperaba nada menos de ti, doyoung.

El cuerpo de doyoung se estremeció cuando su nombre fue pronunciado como si fuera un ruego o una plegaria, el hombre se acercaba cada vez mas y doyoung dejo de retroceder, permitió que ese hombre se acercara y lo envolviera entre sus brazos, dejo que el aroma de su piel fría hiciera que su mente se confundiera.

Por un momento, olvido donde estaba y se sintió en casa. Todo sentimiento que hacía presión sobre su pecho, se esfumo.

Oh, se sentía tan bien estar en casa.

-Johnny- murmuro el hombre contra su cabeza- ese es mi nombre- sus manos se deslizaban por el largo de su espalda- no suena tan dulce como el tuyo, pero...- johnny deslizo sus labios contra el cuello de doyoung- quiero que sea el nombre que grites cuando este empujando dentro de ti.

Doyoung intento alejarse, temeroso que un beso fuera robado, pero johnny no lo intento. Deslizo el pulgar por encima de la mejilla del chico, su tacto picaba en la piel del hombre.

-No te obligare a besarme ni a otra cosa- murmuro- no puedo llegar a ese nivel.

Doyoung suspiro cuando el aliento choco sus labios.

-Se que siente lo mismo que yo, esa fuerza que te empuja hacia mí, esa sensación de estar en casa. Eres mío y yo soy tuyo, nacimos para estar juntos- johnny observaba el rostro del otro- te esperare hasta que este listo, hasta que tu mismo busques mis labios y te subas a mi regazo.

-Eso jamás pasara, no podria entregar a una persona que no amo ni aprecio. Yo...solo le pertenezco a una sola persona

El dolor ilumino los ojos de johnny.

-Soy paciente, puedo esperar y esperare hasta que me puedas ver de la misma manera de la que te veo yo. Hasta que llegue ese momento, no te dejare ir.

-Esto se llama secuestro, johnny.

El chico sonrió, no parecía importarle.  

Tuyo Mío [Johndo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora