Capítulo 26

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Doyoung no recuerda, hay lagunas entre sus memorias.

De un momento a otro, estaba de vuelta en una de las habitaciones de aquella casa, por un momento pensó que solo había sido un mal recuerdo, pero cuando el dolor se instalo en la parte superior de su cabeza, supo que no lo fue. Él busco a su compañero por toda la habitación con la mirada, pero no hubo ni una chispa de su presencia dentro de su habitación.

Él trato de levantarse, pero Taeyong entro justo a tiempo para impedírselo, él dijo que los encontraron en la parte profunda del bosque, a los limites de su territorio, por un momento pensaron que habían sido atacados por otros lobos, pero cuando vieron a esa mujer muerta, supusieron que esa era una historia diferente.

Taeyong no pidió explicación, solo se dedico alimentar a Doyoung por los días siguientes hasta que estuviera lo suficientemente fuerte para salir de esa habitación, hasta que los dolores de cabeza se esfumaran por completo. Doyoung pregunto por Johnny, pero Taeyong seguía respondiendo que solo debía ocuparse de mejorar, que aún seguía débil.

Doyoung deseaba golpear a Taeyong, aunque estuviera siendo amable con él. Deseaba saber que había pasado con Johnny, necesitaba saber que estaba completamente bien.

A la semana, Doyoung pudo salir de su habitación y no dudo ni un segundo en ir en busca de Johnny. Jaehyun y Taeil habían permanecido a su lado mientras él recuperaba su vitalidad, Johnny se veía demasiado pálido en esas sabanas, ninguno de los tres se atrevió a cruzar palabras.

Doyoung camino hasta la cama y se sentó en el suelo con la cabeza apoyada en el borde. Él no escucho las palabras de ninguno de los tres por el resto de los días, doyoung permanecía fiel a aquella habitación, observando cada comida o cada nuevo té que traía Jungwoo, recetas exclusivas de Yuta.

Participaba en cada limpieza, cada vez que debían cambiar la ropa o debían cepillar su cabello.

Al sexto día, Johnny abrió los ojos.

Fue en una tarde, esas tardes solitarias en las que Doyoung se dedicaba a ver por la ventana el atardecer.

-Doyoung- murmuro Johnny.

El chico di un brinco antes de girarse y una sonrisa apareció en su rostro, Johnny no menciono en la forma que esos ojos se llenaron de lagrimas que no fueron derramadas, estaba ocupado recibiéndolo entre sus brazos, a pesar de aun sentirse débil, estrecho su cuerpo contra el suyo.

-Perdóname por ser un inútil, por dejar que te lastimaran- susurro.

-No fuiste ningún inútil, estabas débil y ella estaba dentro de tu cabeza- él contesto, su voz sonaba rasposa y aun cansada- ahora, ayúdame a levantarme, necesito estirar un poco las piernas.

Doyoung salto de la cama, deteniéndolo.

-No puedes, debo llamar a Taeyong para que venga, él sabrá si te puedes levantar.

-Soy un alfa, doyoung-Johnny suspiro- estoy perfectamente, ahora ayúdame a levantarme.

Johnny tenia razón, en la forma que recuperaba el color en su rostro y su cuerpo se volvía más firme a cada paso, ya no necesitaba el apoyo de Doyoung cuando comenzó a caminar por toda la habitación, sus pies ya no se arrastraban ni sus hombro permanecían encorvados, estaban firmes como su espalda.

-Gracias por todo lo que hiciste.

-Mi precioso doyoung- contesta Johnny- no hay nada que agradecer, ese es mi destino- desliza la lengua por encima de sus labios- mi destino es protegerte y mantenerte seguro.

-No puedes tener toda esa carga sobre tus hombros, soy un adulto, puedo protegerme solo- contesto doyoung- no es necesario que tengas que cuidarme todo el tiempo.

Tuyo Mío [Johndo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora