Capítulo 17

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Pronto, el brazo de taeyong se volvió pesado sobre los hombros del chico que intento sacárselo, pero el otro no se lo permitió, taeyong lo mantenía cerca de su cuerpo, sin ceder ningún solo centímetro.

Personas cuyos nombres que aún no conocía, se movían de un lado a otro con platos llenos de pequeños bocadillos que cosquilleo en la punta de su nariz, o piezas de mesa que iban a ser construidas en el exterior, ninguno de ellos se detuvo a observarlo, cada uno de ellos parecía estar nervioso, ansioso.

Taeyong siguió tirando de su cuerpo entre los pasillos iluminados por los rayos del sol que atravesaba el cristal de las ventanas, el aroma de la comida incrementaba a cada segundo, no se comparada al aroma del venado, era mucho mas dulce y cítrico.

Ellos se detuvieron y unas puertas se abrieron, un hombre salió de aquella habitación con una pequeña bandeja que estaba repleta por pequeños pasteles de cubierta acaramelada, doyoung pudo ver que había sido decorada con pequeños trozos de fresa.

-El cambio afecto a los más jóvenes- comento taeyong- tuvimos que llevarlos a sus habitaciones.

- ¿Ellos están bien?

-Por el momento, están bien pero no creo que eso dure por mucho tiempo- chasqueo la lengua contra los dientes.

La piel de doyoung se erizo.

-Solo faltan unas horas para que sea luna llena- él continuo- ve a la cocina y ayuda a llevar los platillos al exterior, yo iré a ver como siguen ellos.

Doyoung no tuvo oportunidad de replicar, no tenía sentido de hacerlo, a pesar aun sentía un gran cansancio sobre su cuerpo, no dudo en entrar a aquella habitación caliente. Por un momento, se sintió perturbado por el sonido de los platos y ollas que eran colocadas ruidosamente sobre las hornillas, por los gritos que cruzaban personas que estaban a cada lado de la habitación.

Un hombre que cortaba pequeños trozos de fruta, elevo su mirada hacia él, hubo un ligero destello de reconocimiento en sus ojos marrones.

-Taeyong envio unas manos más- dijo antes de tomar pedazos de manzana y dejarlas en una olla.

-Es el chico de johnny- contesto otro- Hey, niño...

-Soy doyoung.

El primer hombre rio, doyoung intento adivinar cual era la razón.

-Lleva esas bandejas al exterior.

El segundo hombre indico con un gesto a aquella bandeja que estaba llena de pequeños bocadillos de carne y pollo, doyoung no tenía experiencia en llevar una de esas bandejas, nunca lo había hecho, pero no podía negarse, se acerco a la intimidante bandeja, sosteniéndola de ambos lados, sintió como su espalda se contraía cuando levanto esa bandeja.

Era más pesada de los esperado.

Doyoung salió con esos bocadillos de la cocina, no era tan rápido como los otros, él iba a su ritmo.

Cuando llevo a la parte exterior de aquella casa, estaba sorprendido por la rapidez que ellos se movían, las mesas habían sido armadas y bandejas como la que llevaba, habían sido colocadas cuidadosamente. Doyoung vio un rostro conocido entre las personas, jungwoo conversaba con un hombre parado en una escalera que colgaba uno de los extremos de las luces.

Doyoung deposito la bandeja junto a los vasos de gelatina.

-Hey- sonó una voz familiar detrás de él.

Jungwoo se acercaba a doyoung, se veía un fresco y aquellas marcas habían desaparecido debajo de sus ojos, doyoung podía oler el aroma fresco del gel impregnado en su cabello.

- ¿Dónde estabas? - murmuro jungwoo- Taeyong vino a mí, estaba alterado, dijo que no te encontraba en ninguna parte.

-Solo estaba un poco indispuesto, ahora estoy un poco mejor.

Jungwoo guardo silencio por unos segundos, él estaba ordenando sus pensamientos.

- ¿Estabas con johnny?

-Si- contesto doyoung- parece que pasar una noche en el exterior, no fue una buena idea. Johnny me llevo a su habitación.

El sabor de la mentira era tan acida como el limón, solo deseaba que no fuera descubierta, que olvidara ese tema y siguiera viviendo en la ignorancia. Doyoung doblo uno de sus dedos.

-Si tan solo, mi padre te hubiera escuchado decir eso- dijo jungwoo- ahora mismo, estuvieras metido en una charla eterna sobre como era en su época.

La boca de jungwoo se crispo en una mueca.

-Me tengo que ir, aun tengo muchas cosas para organizar- jungwoo desvió su mirada hacia sus compañeros que seguían en movimiento- esto no me gusta nada, tengo miedo de que algo salga mal.

Doyoung coloco una mano encima de su hombro, hundiendo ligeramente sus dedos.

-Todo saldrá perfectamente, esto es solo un imprevisto.

Él no sabia si esas palabras iban para el consuelo de jungwoo o para él mismo. Jungwoo asintió con una sonrisa antes de irse junto a par, perdiéndose en el interior de la casa, doyoung no lo siguió ni volvió a la cocina.

Doyoung pensaba que estaba bien, que no volvería a pasar pero ahí estaba, atrapado en su propia mente.

Estaba paralizado en ese lugar o estaba merodeando entre los arboles del bosque, donde sea que estuviera, no era nada buenos que hubiese dos de él. El segundo doyoung fijo sus ojos en él, esos ojos que no eran iguales a los suyos, doyoung se movía con la gracia de un venado, sus pasos eran tan ligeros como los de un ratón.

Doyoung dio un paso hacia atrás con el corazón titubeante dentro de su pecho, todo a su alrededor se había desvanecido y el estaba ardiendo. El No-Doyoung dio un paso hacia adelante, no estaba solo, había una sombra detrás de él, doyoung no pudo identificarlo al principio, pero vio los colmillos de ese animal.

Lagrimas refrescaron sus mejillas calientes, dio un paso hacia adelante pero ese animal gruño, intento esconderse detrás de No-Doyoung, pero era ridículamente grande. Doyoung deseaba hundir sus dedos en ese pelaje de tono hermosamente extraño, ese lobo era como las hojas de otoño que caían al suelo.

Doyoung cerro sus ojos e imagino que él era ese lobo, ambos eran solo uno, corrían por aquel bosque junto a otros lobos que aullaban su nombre en el viento, anunciando su llegada a cualquier parte que se dirigieran, doyoung aullaría cada uno de sus nombres.

-Es triste- murmuro el otro- ver como tienes esas fantasías que están tan cerca pero tan lejos.

Doyoung no respondió.

-Nosotros tres, pudimos hacer cosas increíbles, pero tú nos empujaste lejos, nos llevaste a la oscuridad.

-Yo jamás quise que el lobo fuera contigo, tú me lo arrebataste.

El lobo gimió detrás del segundo doyoung, sus orejas estaban pegadas a su cráneo.

-Él no lo cree de esa manera, nos abandonaste doyoung. Cuando vas a entender, que nosotros tres somos uno.

-Tú no eres yo, yo no soy tú- gruño doyoung, dando un paso hacia adelante- no somos uno, lo único que quiero es a mi lobo de vuelta.

-Te lo dije- el no-doyoung, rasco detrás de las orejas del animal- solo te ve como una cosa que puede poseer.

El corazón de doyoung se detuvo por un momento, su mirada se cruzo con la del animal, podía ver su desconfianza.

-No, no, no- murmuro doyoung, no desvió su mirada del lobo- tú eres yo, yo soy tú, nosotros nacimos juntos. Yo nunca quise que te fueras, te recuperare, pronto volveremos a correr por el bosque como antes.

El No-Doyoung sonrió cuando la imagen de ambos comenzó a desvanecerse.

-Es divertido oír tus delirios, doyoung.

En esa ocasión, no escucho su propia voz saliendo de esa boca. 

Tuyo Mío [Johndo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora