Stay || Bradley Simpson

35.

¿Estaba nerviosa? Efectivamente. ¿Sabía por qué? Claro que no.

No tenía ni idea de qué ropa ponerme, había revuelto toda la maleta y nada parecía convencerme del todo.

Agotada me tiré en la cama y me quedé mirando al techo, me pregunto qué estarían haciendo Connor y Tris, después de esa llamada tan rara estaba más que claro que me estaban ocultando algo, los conocía lo bastante bien como para saber cuando lo hacían.

Comprobé la hora y todavía tenía tiempo antes de que Iann pasara a recogerme, así que decidí marcar el número de Connor.

No respondía, el primer pensamiento en mi cabeza fue que estaría ocupado jugando a videojuegos con Tris, aunque mi intuición me decía que no era exactamente eso.

Lo intenté de nuevo, nada.

Dicen que a la tercera va la vencida y así fue.

-¿Connor?

-¿Hola? Me pillas un poco ocupado la verdad -dijo con cierto nerviosismo en su voz.

-¿Por qué? ¿Interrumpo alguna de tus partidas con Tris? -reí.

Entonces no sé si fue real o mi imaginación me jugó una mala pasada que se me pareció escuchar la voz de ¿Brad? ¿Qué estaba pasando?

-¿Estás con Brad?

-¿Qué? Te imaginas cosas Kells -rió al otro lado del teléfono – Te tengo que dejar, ¿si? Luego hablamos.

-Pero... - No tuve tiempo a terminar mi frase ya que Connor colgó la llamada.

Maldito Connor, que raro era en algunas ocasiones.

Decidí no darle más vueltas al asunto y terminé de prepararme.

Minutos después llamaron a la puerta, Iann ya había llegado y además de los nervios mi maravillosa cabeza decidió empezar a pensar en Brad, muy oportuno para pasearse por mi cerebro.

¿Lo extrañaba? No. Bueno, mierda, sí.

Tampoco es que fuese a pasar nada con Iann, ¿no? Solo éramos dos viejos amigos reencontrándose para pasar una agradable noche en la feria.

De repente me encontraba más nerviosa todavía, tanto que ni me había dado cuenta de que tenía a Iann en frente a mis narices.

-¿Te encuentras bien? -dijo observándome preocupado.

Por mi mente pasó la opción de decirle que no, cancelar todos los planes y quedarme en la cama envuelta en mi mantita mientras pasaba por una crisis emocional pero mi boca que siempre se abre cuando no debe se me adelantó.

-Si claro, ¿nos vamos? -dije intentando fingir una sonrisa.

El tiempo pasaba y todo parecía ir bastante bien, de hecho iba genial, Iann era el chico perfecto, tan amable y caballeroso, además de que siempre tenía tema de conversación, eso me gustaba porque nunca había silencios incómodos entre nosotros.

Todo parecía ser como antes, como si todavía fuésemos esos dos niños inocentes que compartían una bonita amistad.

Pero algo dentro de mi no estaba del todo bien, por alguna razón no dejaba de mirar mi teléfono por si recibía algún mensaje, pero nada, ni si quiera sabía qué estaba esperando en realidad.

-Te noto como un poco ausente -dijo Iann devolviéndome a la realidad mientras caminábamos por la feria.

-¿Por qué lo dices?