3.

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Después de comernos la pizza y de que Annie se enamorase perdidamente del repartidor, decidimos ver alguna película en mi habitación. Escuché a Tris entrar en casa hablando con alguien, supuse que con alguno de sus amigos, pero hice caso omiso y volví a poner mi atención sobre la película.

De pronto escuché el sonido de la ducha, este era mi momento, la hora de la venganza había llegado.

-Espera un momento, ahora vuelvo.

-¿A dónde vas? - preguntó Annie confusa.

-Creo que me lo agradecerás. -Sonreí y salí corriendo de la habitación para dirigirme a la cocina.

Una vez allí, saqué todo el hielo que pude del congelador y lo metí en un cubo con agua fría. Caminé hacia el baño, la puerta no tenía el cerrojo echado, así que entré sigilosamente y vacié todo el cubo en la cabeza de Tris para acto seguido salir corriendo de allí.

Enseguida se escuchó un grito de mi hermano por toda la casa, volví a mi habitación y me apoyé en la puerta sin dejar de reír, sabía que Tris aparecería allí en cualquier momento.

-¿Qué has hecho?

-Espera y lo verás – reí.

-¡KELLY EVANS VAS A MORIR! ¡ABREME LA PUERTA!

Me aparté de la puerta para dejar pasar a un Tris empapado y enfurecido con una toalla alrededor de su cintura. La cara de Annie era un auténtico poema, sólo le faltaba el cubo para las babas, toda la escena en general era demasiado cómica.

-¿Por qué gritas Tris? Vas a espantar a Annie – dije imitando su voz. -Oh, por cierto, deberías taparte un poquito.

-¿Cómo te atreves a lanzarme agua helada encima cuando me estoy duchando?

-¿Quién te asegura que he sido yo?

-Desde luego no he sido yo – dijo Levi entre risas apoyándose en el marco de la puerta. -Pero me hubiese gustado ayudar.

-Esto no puede estar pasando – dijo Tris con sus brazos en el aire.

-No seas dramático tío, sólo ha sido una broma de hermanos – Levi desvió su mirada hacia mi y me guiñó un ojo con una sonrisa en su cara.

Annie seguía allí sentada con los ojos como platos recorriendo con la mirada a Tris de arriba a abajo, creo que después de esto me querría más que nunca.

Levi se llevó a mi hermano de allí todavía entre risas mientras este seguía murmurando cosas sin sentido.

-Kelly, creo que te amo – dijo Annie que ya había vuelto al mundo real.

-Te dije que me lo agradecerías – reí.

-Por cierto, el chico este, su amigo del pelo rizo – puso cara de pensativa y luego me miró alzando las cejas – Levi, ¿Verdad? Parece que le gustas.

-Oh por dios – puse los ojos en blanco y me tiré de espaldas en la cama. -No empieces por favor.

-Está más que claro, osea, eres súper borde con él y el pobre siempre tiene una sonrisa para ti, por ejemplo esta mañana, metiendo en tu taquilla las cosas que se te habían caído -hizo una pausa y suspiró – y ahora poniéndose de tu parte con la escena de tu hermano, tan romántico.

-De película -resoplé.

-No seas así -dijo haciendo pucheros hasta que mi móvil empezó a sonar, salvada por la campana.

Nada más cogerlo, pude saber que se trataba de Connor, pues gritó mi nombre tan fuerte que creo que pudo escucharse fuera de la habitación.

-Deberías dejar de meter esos gritos, me vas a dejar sorda. ¿Qué pasa?

Stay || Bradley SimpsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora