Stay || Bradley Simpson

10.

Habían pasado semanas desde el día de la encerrona de Connor, las cosas se habían arreglado con Brad, pero algo había cambiado entre los dos.

A decir verdad habían cambiado para todos, Annie pasaba mucho tiempo con James, ultimamente nos veíamos muy poco.

Brad y yo estábamos como... ¿distanciados? Todo estaba bien pero a la vez todo estaba mal. Él pasaba más tiempo entrenando y saliendo con los chicos del equipo y yo empecé a ver a Levi más a menudo, lo que para mi sorpresa tenía a Tris encantado.

Y bueno Connor, seguía siendo Connor, hay cosas que nunca cambian.

La verdad es que echaba de menos como era todo antes, pero Brad había decidido comportarse como un completo idiota, incluso Connor me había contado que se estaba acercando a Sarah de nuevo después de que decidiéramos no seguir con aquel estúpido plan que solo traía problemas.

Nunca entenderé la mente masculina.

-Buenos díaaaas -dijo un efusivo Levi levantándome en el aire.

He de decir que desde el día que hice el ridículo de mi vida llamándolo para contarle mis dramas nos habíamos unido bastante, incluso había insistido en pasar a buscarme todas las mañanas para acompañarme al instituto y bueno, los días en los que Tris conseguía levantarse a tiempo íbamos los tres.

-¿Qué desayunas por las mañanas para estar tan despierto? Es imposible tener esa energía a estas horas. -reí.

-Es la emoción de verte a ti -me guiñó un ojo y empezó a caminar, lo que me hizo sonrojar un poco- ¿vamos?

De camino hablamos de un montón de cosas, las conversaciones nunca se terminaban con Levi, pero me hacía reír y por momentos me olvidaba de la realidad en la que vivía ahora.

Nada más entrar por la puerta del instituto tuve que presenciar una de las escenitas que había estado intentando evitar, Sarah apoyada en su estúpida taquilla con el estúpido de Bradley Simpson a su lado sonriéndole como el gran estúpido que era.

-Menudo imbécil. -murmuré.

-Wow, tranquila mini Evans -dijo Levi soltando una carcajada. -Te acompaño a clase, ¿vale?

-Vale -asentí y pasó su brazo por mi hombro comenzando a caminar.

-Yo que tu dejaría de mirar, no vaya a pensar que estás celosa -rió.

-No lo estoy.

-Seguro que no.

-Pues no.

Cuando llegamos a la puerta de clase nos despedimos y besó mi mejilla justo en el momento que pasó Brad a nuestro lado. Nos miró pero no nos dio ni los buenos días.

Vaya, el efecto Sarah era peor de lo que pensaba.

Intenté ignorar el tema y fui a sentarme con Connor, el que por no variar, ya estaba dormido babeando su mesa.

Las horas parecían no pasar, cada vez se me cerraban más los ojos y Brad parecía darse cuenta, pues no me quitaba la vista de encima desde su mesa. Decidí pedir permiso para ir al baño a echarme agua en la cara y que me diese un poco el aire, la mañana se me estaba haciendo eterna.

Me quedé allí un rato asomada a la ventana para hacer tiempo hasta que sentí que alguien tocó mi hombro.

-¿Estás bien? - me giré y me llevé la sorpresa al ver que era Brad.

-¿Ahora si me hablas?

-Si te hablo Kells, no sé por qué dices eso -suspiró.

-¿Tengo que recordarte lo de hace un rato?

-No quería interrumpir, parecías ocupada con tu nuevo amigo.

-¿Celoso Simpson? -reí.

-¿Por qué iba a estarlo? -dijo acercándose más a mi.

Si el tiempo parecía no pasar antes ahora mismo estaba completamente parado, tenía esos ojos clavados en los míos y me estaba empezando a poner nerviosa, maldito Bradley.

La suerte pareció ponerse a mi favor por una vez y sonó el esperado timbre que indicaba el final de las clases por fin.

Me aparté de él y me fui sin decir nada, cada día los encuentros con Brad eran más raros, no sabía lo que pasaba en su cabeza, aunque para ser sinceros tampoco sabía qué pasaba en la mía.

-¡Kelly espera!

-Lo siento, me tengo que ir, Tris me estará esperando fuera -dije sin mirar atrás.

Se me daba muy bien huír de los problemas y era la hora de ponerlo en práctica. Corrí a clase para recoger mis cosas lo más rápido posible y salí del instituto, pero la buena suerte me había abandonado, pues me choqué con alguien nada más pasar la puerta y me caí de culo, literalmente.

-¿Quieres mirar por donde vas? -solté indignada.

-Lo siento mucho, ¿estás bien?

Observé que esa persona a la que todavía no le había visto la cara me ofrecía su ayuda para levantarme, entonces miré hacia arriba y me encontré el rostro de el famoso James del que tanto había oído hablar.