30. Capricornio y Leo

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Dánae

Año nuevo había llegado y con él, tocaba volver a las clases, otra vez a la normalidad. Alessandra me convenció para hacer la típica lista de propósitos que finalmente nunca consigues cumplir. En mi caso había puesto algunas tonterías como leer diez libros al mes, sacar el curso con muy buenas notas y terminar todos los discos de My Chemical Romance, que por el momento era el único propósito que estaba consiguiendo. Algunas canciones no me agradaban, pero las baladas eran mis favoritas como The world is ugly, I don't love you o Summertime, pero en general era una banda interesante, la cual ya había añadido a mi lista de reproducción en YouTube.

En cuanto a mis dudas con mi orientación cada vez iba a mejor, tenía claro lo que me gustaba y no sentía vergüenza, ni si quiera tenía miedo de que alguien me rechazara por ello. Por otro lado, mis sentimientos sí eran una montaña rusa, no perdía la ilusión cada vez que pensaba en él, cada vez que me miraba o se acercaba hasta mí para darme un beso. Aún no sabía lo que sentía por él, si lo quería o si era algo más fuerte, ¿Estaba enamorada?, quizás era demasiado temprano para saberlo, aunque siempre pensé que no es el tiempo sino la complicidad, y nosotros de eso, teníamos suficiente.

No habíamos dejado nada claro sobre lo que éramos, sólo nos divertíamos sin ponernos ninguna etiqueta por el momento, además la palabra "novio" me daba miedo, estábamos bien así, yo no cambiaría nada a no ser que él me lo pidiese.

—¿Qué van hacer este viernes?—preguntó Matteo. Nos encontrábamos todos sentados en la cafetería, todos, menos a quién quería tener realmente a mi lado.

—Angus y yo pensábamos ir al cine.

—Oh, vaya, ¿Y tú que harás Dánae?

—Nada, ¿Desde cuando hago algo un viernes por la tarde?—sonreí. Aunque estaba mintiendo, últimamente salía más de lo normal con Jay, Fede y Gina, que cada vez me caían mejor.

—Bueno es que es el cumpleaños de mi hermanastro y se irá con sus amigos, por lo que tendré la casa sola, podríamos quedar los cinco para estar en la piscina.—me quedé varios segundos callada, pensando, Matteo no tenía hermanos, y la única persona que vivía con él quitando a sus padres era Jay, por lo que eran hermanastros.

¿Por qué Jay no me había contado nada?, y lo más importante, ¿Por qué no me dijo que era su cumpleaños?, me dolía que no me contase cosas así de importantes, pero al fin y al cabo no era su novia, no tenía por qué decírmelo.

—Capricornio y Leo...—susurré.

—¿Qué?—Dijo Matteo frunciendo el ceño.

No contesté, sólo había sido uno de mis tontos pensamientos sobre el horóscopo, si me guiaba por eso, Jay y yo no deberíamos ni si quiera mirarnos, cero compatibles, ni amistad ni amor, totalmente diferentes. Eso no era importante, debía preocuparme por su regalo y... ¡No tenía ni una idea de qué regalarle!

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