Fede no está a mi lado, de hecho, por mi culpa está en coma. Odio a mis padres, y ahora mismo no encuentro el valor suficiente para hablar contigo, tampoco creo que sea el momento indicado, podrías distraerte de tus exámenes, y no quiero cargar con más culpas.
Esto es una mierda...me encantaría desaparecer y no volver nunca.
Sigo en la mierda, me estarán buscando por todos lados, yo estoy en la casita del bosque que te conté en una de las cartas. En cierto modo, te echo de menos, pero ahora mismo sigo sin superar lo de mi único amigo. Está al borde de la muerte y ni si quiera he tenido el coraje de ir a verlo. ¿Qué clase de amigo soy?
Han pasado dos semanas, sigue en coma, aún no puedo buscarte Dánae, estoy mal, no puedes verme así, te prometí que iba a cuidarte, y eso hago, te cuido de mí.
Tienes que estar preocupada...Perdóname, estoy intentando curarme primero a mí mismo.
Jamás voy a olvidar el día que te conocí, haya pasado lo que haya pasado.
¿Por qué no te llegan mis mensajes?, ¿Y tampoco mis llamadas?. Empiezo a perder el control sobre mí. Me estás haciendo daño.
Ha pasado un mes y estás mejor sin mí o eso parece...
¿DÓNDE COÑO ESTÁS DÁNAE?, ¡No aguanto esta presión!
Me dejaste cuando más te necesitaba...Vuelve, por favor.
Quisiera tener el valor para volver a cortarme, pero Federico me necesita, tú me necesitas...
Ni si quiera pude leer la carta sin llorar, había ignorado sus sentimientos completamente. Debería haber estado a su lado en esos momentos y sin embargo estaba en la otra punta del mundo dudando sobre él. No tenía la valentía suficiente para leer la última carta, porque me esperaba lo peor. Sólo quedaba esa, y me despediría de él. Con el pecho casi roto e inundado en lágrimas, abrí la carta definitiva.
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Heaven
RomanceEntre libros y música, Dánae llega a Italia, pero no de la manera que más le hubiese gustado. Tras cuatro años viajando por el trabajo de su padre, por fin consigue estar en un lugar dónde se siente cómoda. Aunque la ciudad de Roma será testigo de u...