Lazo de Amor (MiChaeng)

10

11:45 pm

Ring, Ring, El sonido de su celular sonó en alguna parte de su habitación.

Palmeando el lado vacío de la cama, Mina buscó su teléfono sin poder levantar la cabeza por el sueño pesado que cargaba después de un interesante día.

El teléfono siguió soñando hasta que al fin, Mina pudo encontrarlo.

—Aló...—Con la voz ronca habló entre las almohadas pegando el teléfono a su oído.

—Hola mi amor.—Se oyó por la línea. Mina despertó de golpe sentándose sobre el colchón.

—¿Q-Quien habla?.—Preguntó confusa mientras veía el reloj a un lado de la cama, que 11:48 pm marcaba.

—El amor de tu vida.—Respondió la otra persona soltando una pequeña risa.

—Chaeyoung.—Su mandíbula apretó.

—Sip. Soy el amor de tu vida, admítelo.—Río

—¿Se puede saber que rayos quieres?—Molesta se frotó los ojos.

—Tu supuesta novia me mando para que nos pongamos de acuerdo por el cumpleaños de nuestra hija que es mañana.—.

—¿Siyeon te mandó?.—

—Ajá.—

—¿A esta hora?—

—Bueno no, era por la tarde, pero tenía un asunto que atender primero.—Respondió con la voz relajada.

—Mira, no se que rayos le habrás dicho a MI novia, pero yo no te quiero ver ni mucho menos hablar así que lárgate.—

—Si no vienes iré por ti Mina—Advirtió con la voz seria—y no me importa que tú disque cuñada esté ahí. Quiero preparar algo lindo para nuestra hija así que baja y nos ponemos de acuerdo.—Ordenó.

15 minutos después

—Hola mi amor.—Con ojos risueños Chaeyoung le dijo a la japonesa cuando la tuvo en frente.

—Deja.de.decirme.así.—apretó los dientes furiosa—

—Cuando te enojas... te vez aún más  hermosa.—Chae sonrió

—¿Estás borracha?—Los ojos entrecerró

—Nop.—Sonrió de manera tonta

—Lo estas.—

—Es por tu culpa.—Respondió despegándose de la motocicleta donde anteriormente estaba recostada para plantarse frente a ella.

—¿Por mi?—Mina río, Chae asintió—Estas loca.—ladeó la cabeza.

—Por ti.—afirmó acercándose un poco más a ella y Mina retrocedió hacia atrás.

—Hey, aléjate .—y ahí estaban esos acercamientos peligrosos de nuevo.

—¿Por qué?—Y otro paso ambas dieron en dirección contraria—¿Tienes miedo de perder el control y me vuelvas a besar?—Mina retrocedió.—¿Tienes miedo de ti misma, Mina?.—Preguntó con una sonrisa burlona al ver que la pared de nuevo estaba a su favor, Mina no tenía escapatoria.

—Chae, por favor...—Mina pasó saliva. La coreana la tenía atrapada entre su cuerpo y la pared, otra vez.
Mina sabía que si sus manos llegaban a tocar el cuerpo de la doctora no iba a ser precisamente  para alejarla, si no iba a ser todo lo contrario, últimamente su cuerpo no obedecía a su cerebro.

Chae tenía razón, ella tenía miedo de si misma.

—Por favor, qué mi amor?.— A ella se acercó colocando las manos a los lados de su cabeza sobre la pared.—No sabes las ganas que tengo de besarte,—Con una de sus Manos con delicadeza delineó sus delgados labios— besar cada centímetro de tu cuerpo. Erizarte la piel con el toque de mis labios. Que sientas mi amor en cada caricia, en cada roce, en cada beso. Me muero por tocarte Mina, por tenerte, mi amor.—Terminó de decir rozando sus labios con los de la contraria que se quedó paralizada.