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M-Mina.—Y de nuevo como la otra vez escuchó la voz de Chaeyoung por la línea. Pero esta vez Mina no estaba sola, esta vez su pareja estaba a su lado—¿Q-Que es lo que m-me has hecho?—Pronunció la coreana arrastrando la voz, claramente estaba ebria y por lo que Mina pudo deducir era que esta vez estaba más ebria.

—¿Quien es amor?—Preguntó Siyeon a su lado paralizándola. Al parecer el sonido del teléfono la
Despertó.

—Ah, E-Es, es Sa-Sana.—Mintió nerviosa. Otra mentira más hacia su futura esposa.—T-Tiene una crisis existencial.—Inventó rápidamente, ¿de donde salió esa idea? Ni ella lo sabía.—Ha-Hablaré con ella en-en la sala, tu-tu sigue durmiendo.—En voz baja dijo levantándose despacio, en ese momento agradeció a los Dioses que su prometida tenía el sueño pesado así que de inmediato volvió a quedarse profundamente dormida. De seguro al siguiente día ni se acordaría de aquella llamada.

Colocándose una bata y sus pantuflas, Mina salió hacia la sala. Ahora debía rogar otra vez a los Dioses para que Yoohyeon no estuviera despierta en la cocina comiendo alguna cosa después de llegar de trabajar a medio noche.

Su deseo fue cumplido, no había nadie. Todo estaba oscuro.

—¿Y ahora qué quieres Chaeyoung?.—Susurró con tono molesto.

—Quiero verte.—Se sinceró con la voz débil.

—¿Sabes qué hora es?—

—Si. Ven, e-estoy afuera de tu casa.—

—Dios.—Murmuro Mina pasadose la mano por toda la extensión del rostro.

—Por favor...—Suplicó Chae con la voz apagada.

—Esta bien, está bien.—De un lado a otro caminó—dos minutos y luego te vas lejos de aquí.—Dijo y colgó.
"Estas demente" se dijo así misma antes de abrir la puerta principal y salir como ladrón en casa ajena. ¿Que estás haciendo? Se reprochó en el ascensor, pero ya era tarde. Mina ya estaba en la puerta del edificio sintiendo como el frío de la madrugada helaba su cuerpo.
Cruzándose de brazos sobre su pecho comenzó su recorrido entre los autos buscando a la coreana y la encontró en la parte trasera donde apenas llegaba la iluminación. Ahí estaba Chaeyoung con la mirada clavada al suelo y las manos en los bolsillos.
Con pasos rápidos atándose más la bata a su cintura llego hasta ella.
—Chaeyoung...—Pronunció al llegar frente a ella haciendo que la doctora levantara su mirada al oír su suave voz.—¿¡pero qué rayos te pasó !?—La
Cuestionó cuando vio su rostro golpeado. Asustada tomó su rostro entre sus manos.

—¿Que me hiciste Mina?—La miró con tristeza ignorando la preocupación de la japonesa—¿por qué no sales de mi cabeza?—A puras penas la doctora se podía sostener en pie a un lado de la enorme motocicleta negra.

—¿Que fue lo que te pasó?—Con cuidado acarició el enorme moretón en su pómulo derecho y brazos golpeados.

—Nada.—respondió bajando la mirada.

—Como que nada.—Tomando su mentón levantó su rostro.—Mira cómo estás—Ladeó la cabeza— ¿Te duele?.—La miró con lastima.

—No tanto como el dolor que llevo aquí dentro.—Dijo tocándose el corazón. Mina sabía a qué se refería.
—Te extraño mucho Mina.—Sin poder resistirse, la rodeo de la cintura con ambos brazos pegándola a su cuerpo para luego romper en llantos sobre su hombro—N-No sé cómo dejar de amarte—Sollozó con amargura.—Traté de alejarme de ti, te quise olvidar—La miró con el rostro empapado en lágrimas—pero no pude, porque aún Te amo.—Mina no dijo nada, Mina solo la rodeó de los hombros y fue su turno para pegarla a su cuerpo, envolviéndola entre sus brazos. Mina no dijo nada aunque por dentro su corazón gritaba que también la amaba, que jamás dejó de amarla.— He dejado a una chica semi desnuda en un hotel porque no puedo tocar a otra mujer que no seas tú...—Susurró en su oído haciendo que Mina se desprenda de ella con brusquedad.

Lazo de Amor (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora