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Antes de iniciar, quiero agradecerles a todos ustedes lectores que están aquí en cada capítulo. Gracias a ustedes esta historia ha llegado a los 13k leídas. Esto significa mucho para mi. En fin... disfruten estos últimos capítulos.

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5 meses después...

Seúl

—¡Abuelo!—Emocionada Miyeon corrió hasta donde se encontraba el hombre sentado, que al ver a su nieta se agachó para esperarla y poder tomarla entre sus brazos y luego alzarla por lo alto.

—Hola mi pequeña...—Le dijo el sonriente dejándole un cálido beso en la mejilla—¿Como has estado?—Le preguntó feliz de ver de nuevo a su primera Nieta después de meses.

—Bien.—Contestó ella

—Mira, te traje regalos.—Dijo bajándola al suelo para luego entregarle dos bolsas con juguetes dentro.

—¡Juguetes!—La casa de Mina pronto se convertiría en una juguetería a ese paso. Todo el mundo le compraba juguetes todo el tiempo.

—Mami mira...—Se giró a Mina que se había quedado unos metros atrás. Esta le sonrió.—¿Puedo sacarlos?—Preguntó antes

—Solo uno bebé.—Le dijo acercándose a ellos. —Se pueden ensuciar a aquí.—Miyeon felizmente sacó el premier juguete. Una bella muñeca de Merida, la princesa valiente.—Hola papá.—Saludó sentándose un poco alejada de él en la ancha banca del parque donde Sana le dijo que se encontrarían.—¿Que te trae a Corea?—Preguntó sin mirarlo, solo observando cómo Miyeon corría de un lado a otro con su nueva muñeca peliroja en mano.

—Quise venir a visitar a mis hijas y nieta ya que ellas no lo hacen allá en Japón—Contestó él contemplando el hermoso y perfecto perfil de su hija menor. Mina seguía sin mirarlo a los ojos, eso le dolía al hombre. Deseaba tanto hacer las paces con ella, pero lo hecho estaba hecho. El dolor en Mina no iba a borrarse tan fácilmente.

—No he tenido tiempo—Mintió. Ella aún no puede perdonarlo.—y supongo que Sana tampoco.—Contestó sin atreverse a mirarlo.

—¿Como estas?—Sus ojos bajaron a su vientre ya abultado. Era la primera vez que él la miraba en su estado.

—Bien.—Contestó cortante y sin ánimos. No le interesaba hablar con él. Estaba allí porque Sana prácticamente la obligó. Para ella, el hombre dejó de ser su padre hace mucho.

—¿Chaeyoung sabe del bebé?—Pronunció y hasta en ese momento Mina lo miró. Pero no fue una mirada cálida, más bien una cargada de resentimiento y dolor. Ella apretó la mandíbula, ¿Por que rayos preguntaba eso?

—No. No lo sabe.—Contestó seca. Bien sabía que Siyeon le había contado todo lo que sucedió entre las dos y el motivo principal de su separación, pero creía que él no tenía ningún derecho a preguntar nada.

—¿Y por qué no se lo has dicho?—Preguntó lo más tranquilo que pudo. No quería echar a perder ese pequeño momento que tenía con ella.

—¿Sabes por qué?—Los ojos de Mina se volvieron rojos—Porque ella ya tiene una familia. Por eso.—

—Deberías decírselo.—Él hombre dijo mirado a Miyeon—Ella merece saberlo aunque ya tenga una familia.—

—¿Desde cuando a ti te importa lo qué pasa entre ella y yo?—El tono de su voz subió el doble—Lo último que yo recuerdo es que la querías lejos de mi y de Miyeon.—Escupió comenzado a acalorarse.

Lazo de Amor (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora