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—¿Sana?—Su frente se tomó después de abrir los ojos y ver a su hermana sentada a dos metros revisando su teléfono.

—Gracias al cielo...—Su hermana hasta ella de acercó rápidamente, aliviada de verla despertar. La chica había pasado tremendo susto después de que Mina se desvaneciera sobre el suelo. Afortunadamente estaba en la clínica por lo que fue atendida inmediatamente.

— ¿Que pasó?—Preguntó Mina haciendo gesto de dolor en la cabeza.

—Pasó de que te desmayaste...—

—¡Mi bebé!—Exclamó tomando su vientre cuando recordó que en medio de la discusión con su padre y hermana todo desapareció.—¿¡Comp esta mi bebé!?—Preguntó entrando en pánico.

—Tranquila, tranquila...—Se apresuró a decir—Afortunadamente la caía no provocó nada en el bebé, el esta bien, pero tú no tuviste tanta suerte.—Señaló su frente con una pequeña bandita.

—Gracias a Dios.—Respiró aliviada al saber que si pequeño estaba bien.—Auch...—Se quejó cuando se tocó la parte lastima por haber chocado contra el piso.

—Mina por favor, tienes que controlarte. No debes alterarte. Piensa en el bienestar de tu bebé.—Sana le dijo frotando su eñ hombro con una mano.

—Esta bien... ¿Cuanto tiempo pasó?—

—Mmmm más o menos como 5 horas.—

—¿Y... Chae?—Preguntó con temor.

—Igual.—Ella suspiró. Ojalá todo hubiese sido solo una pesadilla.—Te llevaré a casa. Siyeon dice que debes reposar al menos dos días.—Indicó

—¿Dos Dias?—Los ojos agrandó. No podía irse de ahí por dos días. Chayeoung la necesitaba, Ella necesitaba a Chaeyoung.

—Si, dos días. Y nadie aceptará un no como respuesta, Mina.—

—Pero Chaeyoung...—

—A Chaeyoung no le gustará nada oír lo que acaba de pasar. Ella estará de acuerdo con que reposes.—La interrumpió. Mina suspiró rendida. Para Chaeyoung primero estaba el bebé y eso Mina lo sabía perfectamente.

Después de algunas indicaciones de parte de una de las enfermas y despedirse de Siyeon, Mina acompañada de Sana caminó a pasos lentos fuera del frío hospital dejando al amor de su vida luchando por sobrevivir.

—¿Y... Y papá?—Mina preguntó después de un rato de silencio en el auto de su hermana.

—Está en mi casa. Se fue después de asegurarse que tú y el bebé estaban bien.—

—¿Tu le dijste lo de Chaeyoung?—

—Si—Mina la miró con resentimiento—Cuando viaje a Japón... por Chaeyoung.—Agregó—Mina, Ahora más que nunca necesitamos de todos para poder ayudarla. Papá estuvo moviendo sus contactos en los hospitales de allá para ayudarme a...—

—¿Él hizo eso?—Sana asintió sin despegar la mirada de las concurridas calles—Mañana volverá a Japón para intentar conseguir algún donante.—Mina se quedó sin palabras después de todo lo que Sana dijo—Mina,—Habló al parar en un semáforo en rojo—¿por qué no haces las paces con papá? Él de verdad está muy arrepentido por lo que hizo. Me lo ha dicho.—

—No es fácil Sana. Me es muy difícil olvidar lo que hizo... y con esto...—A la Situación de Chaeyoung se refirió—peor. Bien pude haber estado al lado de Chaeyoung todo este tiempo... pero él me privó de eso y... y ahora quizá jamás vuelva a ver a Chaeyoung.—Sus lágrimas aparecieron automáticamente.

—Ya, tranquila.—Su mano acarició levemente antes de retomar el camino. El resto del viaje hasta el apartamento fue en total silencio. Mina quedó perdida en sus recuerdo con Chaeyoung.

Al llegar a casa fue recibida por una emocionada Miyeon y por una dormilona So Hee. A pesar de que esta última no era su hija, ya la quería como tal a pesar de haberla conocido hace poco. Ahora Solo quería cuidarla y darle todo el amor que esa pequeña merecía.

7:36 de la noche...

—¿Mina?—Sana tocó la puerta para luego asomarse con cuidado de no despertar a So Hee que dormía al lado de la cama de Mina en la antigua cuna de Miyeon.—Papá... él vino a despedirse de Miyeon.—A la habitación semi iluminada se adentró y en voz baja le habló a su hermana que estaba acostada.

—Está bien.—Por el tono de su voz, Sana supuso que estaba llorando. Sana suspiró triste y su pierna acarició.

—Preparé la cena. Ven a comer.—

—No-No tengo hambre.—Sus mejillas limpió.

—Mina...—

—Está bien. A-Ahora voy.—Sana asintió con una pequeña sonrisa. Mina debía comer y descansar bien ahora más que nunca. Mina a la Cuna de So Hee se asomó cuando se levantó. La pequeña dormía profundamente tal y como lo ha estado haciendo desde que se ha quedado con ella. Chaeypung tenía razón en decir que era muy tranquila. Su pequeña cabecita acarició, sintiendo la suavidad de sus cabellitos y automáticamente sus lágrimas se asomaron.—¿Extrañas a mamá?—En voz baja habló—Y-Yo la extraño mucho. E-Estoy segura que pronto estará con nosotras.—Susurró entre sollozos quedándose ahí por unos minutos hasta calmarse antes de salir de su habitación.

—¡Mami!—

—Bebé, So Hee está dormida.—Su madre le dijo haciendo un gesto de silencio en el pasillo.

—Está bien.—Obedeció susurrando—Mira lo que el abuelo me trajo.—Mostró el peluche de cisne.

—Que lindo bebé.—Una sonrisa triste le dedicó ya que ese peluche le recordó a algo que tenía que ver con el hombre de unos 50 años sentado en la sala que las observaba.

—Papá, ven a comer.—Llamó Sana desde la mesa.

—Ah... gracias, pero creo que ya debo irme a descansar...—Se levantó dispuesto a irse. Sana y Mina intercambiaron miradas entonces la menor habló.

—A Miyeon le encantará que te quedes un rato más.—Entonces el hombre sonrió levemente. No quería molestar a su hija con su presencia después de lo qué pasó en el hospital, pero se negaba volver a Japón sin despedirse de su nieta.

—Bebé, lleva a tu abuelo a lavarse las manos y de paso hazlo tú también.—

—Si mami. Abuelo ven.—Felizmente Miyeon tomó la mano del hombre y juntos desaparecieron por el pasillo.

—Hiciste bien.—Sana le sonrió con calidez tomando asiento a su lado. Momentos después, todos estaban cenando en la pequeña mesa para cuatro personas. Después de muchísimo tiempo, padre e hija menor compartían una mesa juntos.

En medio de la cena, el teléfono de Mina sonó en alguna parte y su cuerpo se paralizó. Sobre el plato soltó el tenedor haciendo un ruido fuerte. El terror fue evidente en sus ojos.

—¿Tal vez Siyeon quiere saber cómo estás?—Sana frotó su hombro en cuanto vio su reacción. Mina tragó y se levantó para ir en busca de  su teléfono sobre la mesa central de la sala. Su corazón comenzó a martillar bajo su pecho y su respiración se había vuelto pesado.

—A-Aló.—Contestó temblorosa.

—Mina,—Era Siyeon—Tenemos un donante—Informó por el teléfono. La Sangre de Mina subió hasta su cabeza que dio vueltas. ¿Acaso escuchó bien?

—¿U-Un donante?—Sana se levantó y corrió hasta ella temiendo que se desmayase por la impresión o algo. Su padre sentado en la mesa fue bañado de alivio al oír que había un donate.

—Si.—Siyeon contesto en la línea.

—Oh, por Dios...—




N/A
¿Sobrevivirá? ¿Morirá?

¿Que opinan?

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Lazo de Amor (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora