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—¿Como estas?—Comenzó la rubia acomodándose de mejor manera sobre el sofá en la sala de su hogar. Un hogar donde solo había existido felicidad y amor.

—Mmmm bien.—Contestó de vuelta la japonesa tomando asiento en el otro sofá frente a novia que parecía tranquila.

—He notado que últimamente te pasa algo—Hacia el frente se inclinó con los antebrazos apoyados sobre sus rodillas.— y no sé qué es.—Sus ojos observaron a Mina con mucha atención, como si la estuviese estudiándola. Como si estuviese buscando algo.

—Ah...—Se aclaró la garganta Mina mirado sus manos sobre su regazo.—Eh... si, yo no me he sentido bien...—¿Por donde se supone que iba a comenzar? No le podía lanzar la bomba así nada más a la Chica. Decirle que estaba embarazada de otra persona a semanas de su boda no era algo sencillo de contar. Para nada era sencillo soltar la bola de acero sobre todo lo que Siyeon construyó para ellas incluyendo a Miyeon.

—¿Podrías mirarme por favor?—Pidió y Mina obedeció después de cerrar los ojos por un segundo y respirar hondo. Entonces los ojos oscuros de Siyeon se clavaron en los marrones de ella. El ambiente se torno tenso,
frío incluso hasta doloroso.—Las últimas semanas he visto que lloras de la nada, te quedas en silencio por demasiado tiempo, ya no sonríes como antes, no hablas como antes, te ves decaída, enferma, te has distanciado de Miyeon y de mi.—La miró con tristeza. Siyeon tenía razón en todo lo que dijo—¿Que pasa Mina?—Que raro se volvió a escuchar su nombre en los labios de la rubia.

—Y-Yo no sé... p-por donde empezar...—Bajó la mirada comenzado a sentirse ansiosa, aterrorizada. El nudo ya conocido se instaló en su garganta al igual que en la boca de su estómago. Sus dedos comenzó a apretar entre sí.

—¿Que fue lo qué pasó ayer con tu padre?—Preguntó y después continuó al no tener respuesta—Hablé con él y resulta que no le has querido recibir las llamadas en los últimos meses.—Mina siguió con la cabeza gacha no podía mirarla a la cara. Estaba segura que si miraba a su novia a los ojos rompería en llantos antes de tiempo. Por otra parte Siyeon supo que con su prometida algo estaba sucediendo. Lo comenzó a sospechar desde el otro día.—Me habías dicho que entre ustedes dos ya todo estaba bien, que lo perdonaste, pero resulta que no es así. Ayer me di cuenta que lo sigues odiando como antes. Sigues guardando ese dolor y rencor en su contra por lo que te hizo.—Continuó la rubia sin despegar la mirada de Mina—¿Pero por qué?—Su mirada buscó sin éxito.—¿Por qué sigues viviendo en ese pasado? Se supone que ya olvidaste y superaste todo eso, que dejaste atrás ese dolor. Se supone eres feliz ya. ¿Por qué lo sigues odiando? No entiendo...—Bufó peinándose el cabello con una mano enderezándose. Mina tragó y entonces no pudo retener mas sus lágrimas. Estas se deslizaron en silencio por sus mejillas. Intentó contenerlas, pero no pudo. Su dolor era demasiado grande.—Si realmente ya superaste el pasado, ¿no crees que ya es tiempo de que lo perdones y hagas las paces con él?—Entonces Mina al fin levantó la mirada y Siyeon pudo ver sus lágrimas, tomándola por sorpresa.

—¿¡Como voy a perdonar a alguien que me destrozó la vida!?—Exclamó con los ojos rojos de ira y llanto. Siyeon abrió los ojos atónita. Frente a ella estaba la Mina de hace 5 años. La Mina echa pedazos por un amor prohibido.—¿¡Como voy a perdonar a alguien que me apartó y arrebató a la persona que más he amando en la vida!?—Soltó sin más. Entonces la respiración de Siyeon se detuvo.—¡¿Dime cómo voy a perdonar a la persona que me privó de amar, de ser feliz?! ¡Ese hombre jamás volverá a ser mi padre!—La cabeza de Siyeon dio vueltas. Su respiración se entrecortó.

—Ha-Hablas...—Las palabras de la doctoras no querían salir—c-como si aún te doliera ...—Siyeon dijo sintiendo como un dolor desconocido se empezaba a instalar en su pecho al ver a su novia llorar desgarradamente. El terror de oír la respuesta se presentó—¿A-Acaso tu... tu aún amas a Chaeyoung?—Mina se inclinó y tomó la cabeza entre sus dos manos. El alma e ilusiones de Siyeon cayeron a sus pies cuando Mina no respondió en cambio lloró más fuerte.—¿Mina?—Se puso de pie con lentitud agarrándose del sofá como si estuviese en la orilla de un acantilado y tuviera temor de caer al vacío. La observó con atención. Mina siguió llorando ahogado con la cabeza gacha—C-Contéstame... Mina...—A ella se fue acercando con lentitud con la voz rota. Sus labios temblaron, su cuerpo comenzó a temblar u su mirada a cada segundo se fue apagando.

Lazo de Amor (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora