Capítulo 1

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Podía sentir mis alas emocionarse cuando empecé a reconocer el bosque tan familiar de mi ciudad natal. Después de diez años fuera de aquí, volver me hacia sentir mejor, la cálida bienvenida de los paisajes conocidos y el fresco abrazo del viento sur, si bien ya había vuelto a la ciudad hace unos días, aún no me había pasado por aquí. Suspiré sonriendo de lado al divisar la casa en donde habitaban mis padres y Sarah.

Con mi bolso sobre el hombro bajé hasta tocar suelo y caminé hasta la entrada, toqué el timbre y esperé paciente a que alguien abriera la puerta. A los segundos escuché movimiento dentro de la casa y luego la puerta se abrió.


-¿Sí...? ¡Huh! -mamá abre los ojos de par en par al verme frente a ella.

-Hola, mamá -saludé sonriendo.

-Dylan -ella sonríe ampliamente antes de saltar a abrazarme, dejé caer mi bolso para recibirla con alegría.

-¿Evett? ¿Qué sucede, quién es? -escuché la voz de mi padre cuando se acercó y al verle igual se sorprendió-. Dylan, haz vuelto.

-Hola, papá. Sí, ya quería hacerlo -comenté separándome de mi madre.

-Que alegría volver a verte, hijo -papá también me abraza con una sonrisa-. Te ves muy bien, ya todo un hombre.

Sonreí como respuesta pero mamá acuna mi rostro entre sus manos y sonríe más que antes. Aunque tuve que agachar un poco la cabeza porque no lograba alcanzar bien mi rostro.

-Estás... gigante... creciste más de lo que esperaba -mencionó ella.

Cerré los ojos al sentir su tacto suave y reconfortante. El tacto de una madre es tan delicado y cálido... casi lo había olvidado.

-Te extrañamos mucho -dice ella.

Agarré una de sus manos en mi mejilla y sonreí tiernamente.

-Y yo a ustedes.

-Ven, entremos -mamá toma mi mano para entrar a la casa y yo agarré mi bolso nuevamente para seguirla.

Papá cierra la puerta tras de mí al entrar, mamá quiso llevarme a la sala para hablar pero empezamos a escuchar unos pasos rápidos bajando las escaleras.

-¿Mamá? ¿Papá? ¿Quién está en la puerta?

La voz de mi hermanita había cambiado bastante, sonaba más madura de lo que recordaba. Volteé para verla, notando que no había terminado de bajar las escaleras pero ya me estaba examinando y mirando confundida.

Vaya, cambió bastante... creo que tendré que cumplir con mi papel de hermano sobreprotector mucho más que en la escuela.

-¿Qué sucede, pequeña? Solo pasaron seis años, ¿no me reconoces? -cuestioné cruzándome de brazos mientras que ella abre los ojos de par en par.

-¿Dylan? ¿En serio eres tú? -pregunta terminando de bajar las escaleras.

-El mismo, peque.

Ella corre hasta mí y yo la recibí con los brazos abiertos atrapándola rápidamente en cuanto saltó para abrazarme.

-¡Volviste! ¡Te he extrañado tanto!

-También te extrañé, Sarah.

-¿A dónde fuiste? Luego de mudarnos nos llega la noticia de que te fuiste y ni siquiera sabíamos a donde -dice bajándose y separándose de mí.

-Pues en realidad estuve en muchos lugares... oh, eso me recuerda una cosa... -busqué en mi bolso y saqué tres pequeñas bolsas de regalos.

-¿Qué es? ¿Qué es? -pregunta Sarah, impaciente como siempre ha sido.

APOSTEMOS A LA VERDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora